08 Mar, 2019, 02:40 PM
Job 32:9
9 No son los que simplemente abundan en días los que resultan sabios, ni los [que] simplemente [son] viejos los que entienden el juicio.
Salmo 119:100
100 Me porto con más entendimiento que hombres de más edad, porque he observado tus propias órdenes.
Eclesiastés 4:13
13 Mejor es un niño necesitado, pero sabio,+ que un rey viejo, pero estúpido, que no ha llegado a saber lo suficiente como para que se le advierta ya más.
“ME ARREPIENTO EN POLVO Y CENIZA”
(Job 32:1–42:17)
Un joven llamado Elihú ha estado escuchando con paciencia la discusión sin participar. Ahora interviene y corrige tanto a Job como a sus tres crueles acusadores.
Tan pronto como Elihú termina de hablar, Jehová contesta desde una tempestad. Aunque no explica el motivo del sufrimiento de Job, el Todopoderoso hace que este se dé cuenta de Su impresionante poder y gran sabiduría mediante una serie de preguntas. Job admite que habló sin entendimiento y añade: “Por eso me retracto, y de veras me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42:6). La prueba de Job termina, y se recompensa su integridad.
Lecciones para nosotros:
32:8, 9. La edad no hace necesariamente que una persona sea sabia. Para eso se requiere entendimiento de la Palabra de Dios y la guía de su espíritu santo.
35:2. Elihú escuchó atentamente y, antes de hablar, determinó con exactitud cuál era el problema (Job 10:7; 16:7; 34:5). Cuando los ancianos cristianos van a dar un consejo, primero han de escuchar con atención, averiguar la verdad de lo sucedido y comprender claramente las cuestiones implicadas (Proverbios 18:13).
ANCIANO
Tanto la palabra hebrea za•qén como la griega pre•sbý•te•ros significan “hombre mayor” o “anciano”, y su uso no se circunscribe a la acepción literal, personas de edad avanzada (Gé 18:11; Dt 28:50; 1Sa 2:22; 1Ti 5:1, 2) o de más edad que otras (Lu 15:25), sino que también aplica de manera especial a aquellos que ocupan una posición de autoridad y responsabilidad en una comunidad o nación. Es en este último sentido como con mayor frecuencia se utiliza este término tanto en las Escrituras Hebreas como en las Griegas.
Desde tiempos antiguos se ha acostumbrado a tener en alta estima al hombre de edad avanzada y a respetarlo por su experiencia y conocimiento, así como por la sabiduría y el buen juicio que ese bagaje puede aportar. Los habitantes de muchas naciones se han sometido a la dirección de sus ancianos, ya fueran los miembros de más edad de algunos linajes o los que se destacaban por su conocimiento y sabiduría. Como resultado, la expresión “anciano” tenía un doble significado: tanto podía aplicar en sentido físico como designar un puesto o cargo. Las referencias a los “ancianos [“funcionarios que tenían autoridad”, VP] de la tierra de Egipto”, así como a “los ancianos de Moab y los ancianos de Madián”, no incluían a todos los varones de edad avanzada de esas naciones, sino que aplicaban a aquellos que servían como consejo para dirigir y guiar los asuntos nacionales: eran los “príncipes [heb. sa•rím; “jefes”, VP]” de esas naciones. (Gé 50:7; Nú 22:4, 7, 8, 13-15; Sl 105:17, 21, 22.)
De la misma manera, las expresiones “ancianos de Israel”, “ancianos de la asamblea”, “ancianos de mi pueblo” y “ancianos del país”, se utilizan en este sentido oficial, y no aplican a cada hombre de edad avanzada de la nación de Israel. (Nú 16:25; Le 4:15;1Sa 15:30; 1Re 20:7, 8.) En los relativamente pocos casos donde aparece zeqe•ním (ancianos) sin ninguna palabra calificativa, hay que contar con el contexto para determinar si aplica simplemente a varones ancianos o a los que tienen un puesto oficial de jefes.
En consecuencia, las Escrituras Hebreas recalcan que la edad por sí sola no basta, que si bien “la canicie es corona de hermosura”, solo resulta ser así “cuando se halla en el camino de la justicia”. (Pr 16:31.) “No son los que simplemente abundan en días los que resultan sabios, ni los que simplemente son viejos los que entienden el juicio”, sino aquellos que, además de su experiencia, dejan que el espíritu de Dios los guíe y adquieren entendimiento de su Palabra. (Job 32:8, 9; Sl 119:100; Pr 3:5-7; Ec 4:13.)
Ancianos de la congregación cristiana. Partiendo de esta base, no es difícil entender las referencias a los “ancianos” (pre•sbý•te•roi) de la congregación cristiana. Al igual que en el Israel natural, en el Israel espiritual los “ancianos” u “hombres mayores” eran los encargados de dirigir la congregación.
LA JUVENTUD NO ES OBSTÁCULO
● Aunque se reconoce que la Biblia es el más grande almacén de sabiduría y la personificación de la doctrina religiosa correcta, no necesariamente se requieren la vejez y la mucha experiencia para entender algunas de sus verdades fundamentales. Como dijo en una ocasión el joven Eliú: “No son aquellos que solo abundan en días quienes resultan sabios, ni los meramente ancianos quienes entienden el juicio.” (Job 32:9) Esto se ejemplificó por la experiencia que se contó en una reciente asamblea de circuito de los testigos de Jehová. Dijo una niña de once años:
“Siempre había deseado participar aunque fuera poco en hacer discípulos de gente de todas las naciones. Pero desde que me bauticé deseaba más que eso... deseaba conducir un estudio bíblico con alguien. Se me presentó la oportunidad el verano pasado. Había colocado una Biblia y el folleto ‘Estas buenas nuevas del reino’ con una señora a solo tres cuadras de casa. De modo que Kathy, mi hermana menor, y yo pudimos ir solas a hacer la revisita.
“Nos preparamos bien antes de salir a hacer la visita. La señora convino en dejarnos estudiar con ella. Debido a su trabajo a veces nuestros estudios se terminaban antes de la hora. Pero durante todo el verano dejábamos de jugar, nos aseábamos e íbamos a conducir este estudio con regularidad. Después de terminar varios folletos comenzamos el libro ‘Imposible que mienta.’ Para este tiempo su interés había aumentado tanto que las preguntas que hacía eran muy difíciles para que yo las contestara, de modo que mi madre nos acompañó para ayudarnos. ¿El resultado? La señora viene ahora al Salón del Reino con regularidad y da testimonio a sus parientes.
“La parte que me gusta más es que ella estaba perpleja en cuanto a por qué insistía en que ella estudiara sus lecciones con anticipación. Ahora comprende que esto es lo que ella había estado buscando toda su vida, y yo participé en ayudarla.”
Parte de lo que dice la WT en un momento pongo referencias.
9 No son los que simplemente abundan en días los que resultan sabios, ni los [que] simplemente [son] viejos los que entienden el juicio.
Salmo 119:100
100 Me porto con más entendimiento que hombres de más edad, porque he observado tus propias órdenes.
Eclesiastés 4:13
13 Mejor es un niño necesitado, pero sabio,+ que un rey viejo, pero estúpido, que no ha llegado a saber lo suficiente como para que se le advierta ya más.
“ME ARREPIENTO EN POLVO Y CENIZA”
(Job 32:1–42:17)
Un joven llamado Elihú ha estado escuchando con paciencia la discusión sin participar. Ahora interviene y corrige tanto a Job como a sus tres crueles acusadores.
Tan pronto como Elihú termina de hablar, Jehová contesta desde una tempestad. Aunque no explica el motivo del sufrimiento de Job, el Todopoderoso hace que este se dé cuenta de Su impresionante poder y gran sabiduría mediante una serie de preguntas. Job admite que habló sin entendimiento y añade: “Por eso me retracto, y de veras me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42:6). La prueba de Job termina, y se recompensa su integridad.
Lecciones para nosotros:
32:8, 9. La edad no hace necesariamente que una persona sea sabia. Para eso se requiere entendimiento de la Palabra de Dios y la guía de su espíritu santo.
35:2. Elihú escuchó atentamente y, antes de hablar, determinó con exactitud cuál era el problema (Job 10:7; 16:7; 34:5). Cuando los ancianos cristianos van a dar un consejo, primero han de escuchar con atención, averiguar la verdad de lo sucedido y comprender claramente las cuestiones implicadas (Proverbios 18:13).
ANCIANO
Tanto la palabra hebrea za•qén como la griega pre•sbý•te•ros significan “hombre mayor” o “anciano”, y su uso no se circunscribe a la acepción literal, personas de edad avanzada (Gé 18:11; Dt 28:50; 1Sa 2:22; 1Ti 5:1, 2) o de más edad que otras (Lu 15:25), sino que también aplica de manera especial a aquellos que ocupan una posición de autoridad y responsabilidad en una comunidad o nación. Es en este último sentido como con mayor frecuencia se utiliza este término tanto en las Escrituras Hebreas como en las Griegas.
Desde tiempos antiguos se ha acostumbrado a tener en alta estima al hombre de edad avanzada y a respetarlo por su experiencia y conocimiento, así como por la sabiduría y el buen juicio que ese bagaje puede aportar. Los habitantes de muchas naciones se han sometido a la dirección de sus ancianos, ya fueran los miembros de más edad de algunos linajes o los que se destacaban por su conocimiento y sabiduría. Como resultado, la expresión “anciano” tenía un doble significado: tanto podía aplicar en sentido físico como designar un puesto o cargo. Las referencias a los “ancianos [“funcionarios que tenían autoridad”, VP] de la tierra de Egipto”, así como a “los ancianos de Moab y los ancianos de Madián”, no incluían a todos los varones de edad avanzada de esas naciones, sino que aplicaban a aquellos que servían como consejo para dirigir y guiar los asuntos nacionales: eran los “príncipes [heb. sa•rím; “jefes”, VP]” de esas naciones. (Gé 50:7; Nú 22:4, 7, 8, 13-15; Sl 105:17, 21, 22.)
De la misma manera, las expresiones “ancianos de Israel”, “ancianos de la asamblea”, “ancianos de mi pueblo” y “ancianos del país”, se utilizan en este sentido oficial, y no aplican a cada hombre de edad avanzada de la nación de Israel. (Nú 16:25; Le 4:15;1Sa 15:30; 1Re 20:7, 8.) En los relativamente pocos casos donde aparece zeqe•ním (ancianos) sin ninguna palabra calificativa, hay que contar con el contexto para determinar si aplica simplemente a varones ancianos o a los que tienen un puesto oficial de jefes.
En consecuencia, las Escrituras Hebreas recalcan que la edad por sí sola no basta, que si bien “la canicie es corona de hermosura”, solo resulta ser así “cuando se halla en el camino de la justicia”. (Pr 16:31.) “No son los que simplemente abundan en días los que resultan sabios, ni los que simplemente son viejos los que entienden el juicio”, sino aquellos que, además de su experiencia, dejan que el espíritu de Dios los guíe y adquieren entendimiento de su Palabra. (Job 32:8, 9; Sl 119:100; Pr 3:5-7; Ec 4:13.)
Ancianos de la congregación cristiana. Partiendo de esta base, no es difícil entender las referencias a los “ancianos” (pre•sbý•te•roi) de la congregación cristiana. Al igual que en el Israel natural, en el Israel espiritual los “ancianos” u “hombres mayores” eran los encargados de dirigir la congregación.
LA JUVENTUD NO ES OBSTÁCULO
● Aunque se reconoce que la Biblia es el más grande almacén de sabiduría y la personificación de la doctrina religiosa correcta, no necesariamente se requieren la vejez y la mucha experiencia para entender algunas de sus verdades fundamentales. Como dijo en una ocasión el joven Eliú: “No son aquellos que solo abundan en días quienes resultan sabios, ni los meramente ancianos quienes entienden el juicio.” (Job 32:9) Esto se ejemplificó por la experiencia que se contó en una reciente asamblea de circuito de los testigos de Jehová. Dijo una niña de once años:
“Siempre había deseado participar aunque fuera poco en hacer discípulos de gente de todas las naciones. Pero desde que me bauticé deseaba más que eso... deseaba conducir un estudio bíblico con alguien. Se me presentó la oportunidad el verano pasado. Había colocado una Biblia y el folleto ‘Estas buenas nuevas del reino’ con una señora a solo tres cuadras de casa. De modo que Kathy, mi hermana menor, y yo pudimos ir solas a hacer la revisita.
“Nos preparamos bien antes de salir a hacer la visita. La señora convino en dejarnos estudiar con ella. Debido a su trabajo a veces nuestros estudios se terminaban antes de la hora. Pero durante todo el verano dejábamos de jugar, nos aseábamos e íbamos a conducir este estudio con regularidad. Después de terminar varios folletos comenzamos el libro ‘Imposible que mienta.’ Para este tiempo su interés había aumentado tanto que las preguntas que hacía eran muy difíciles para que yo las contestara, de modo que mi madre nos acompañó para ayudarnos. ¿El resultado? La señora viene ahora al Salón del Reino con regularidad y da testimonio a sus parientes.
“La parte que me gusta más es que ella estaba perpleja en cuanto a por qué insistía en que ella estudiara sus lecciones con anticipación. Ahora comprende que esto es lo que ella había estado buscando toda su vida, y yo participé en ayudarla.”
Parte de lo que dice la WT en un momento pongo referencias.
Bereano