14 Apr, 2019, 10:50 PM
Y llegue al "paraíso". Por fin llegue a una congregación que se ajustaba al modelo que describe la WT, buen ambiente, interés por todos, unidad, celo por la predicación, ancianos amorosos, siervos ministeriales laboriosos, todo lo que un TJ anhela ver.
Así que no fue difícil integrarnos a nuestra nueva congregación, estábamos felices, los siguientes ochos años fueron los años más felices dentro de la WT.
El trabajo que desempeñaba comenzó a rendir frutos. Acomodador, sonido, literatura, cuentas, lector, entrevistas en asambleas, asignación en la EMT en las asambleas de circuito, cuando la escuela era parte del programa, participación en dramas, en fin, todo era felicidad. Incluso llegue a tener un par de intervenciones en la EMT que solo se asignaban a ancianos. Y en la predicacion ayude a varios a ser TJ.
Realmente era feliz, pasaba por alto algunas ofensas (imprudencias les llamaba yo en ese tiempo) de algunos publicadores. Incluso pase por alto una gran falta de respeto de uno de los ancianos hacia mi esposa, cuando esta enfermo. Cuando ella cayo en cama, el anciano que fue a visitarnos con el objetivo de animarnos, tuvo el atrevimiento de decirle, entre la platica, que algún día todos nos íbamos a morir, que no nos preocupáramos; que falta de amor y empatia.
Y años pasaban, años venían, esos ocho años fueron para mi como algunos meses, no me preocupaba que aun no me nombraran siervo ministerial ni se sentía mal cuando anunciaban el nombramiento de algún publicador como SM, algunos sin algún merito; y no me preocupaba porque la congregación me veía no como ministerial sino como anciano.
Hasta que por fin llego mi nombramiento. Mi sueño hecho realidad.
Así que no fue difícil integrarnos a nuestra nueva congregación, estábamos felices, los siguientes ochos años fueron los años más felices dentro de la WT.
El trabajo que desempeñaba comenzó a rendir frutos. Acomodador, sonido, literatura, cuentas, lector, entrevistas en asambleas, asignación en la EMT en las asambleas de circuito, cuando la escuela era parte del programa, participación en dramas, en fin, todo era felicidad. Incluso llegue a tener un par de intervenciones en la EMT que solo se asignaban a ancianos. Y en la predicacion ayude a varios a ser TJ.
Realmente era feliz, pasaba por alto algunas ofensas (imprudencias les llamaba yo en ese tiempo) de algunos publicadores. Incluso pase por alto una gran falta de respeto de uno de los ancianos hacia mi esposa, cuando esta enfermo. Cuando ella cayo en cama, el anciano que fue a visitarnos con el objetivo de animarnos, tuvo el atrevimiento de decirle, entre la platica, que algún día todos nos íbamos a morir, que no nos preocupáramos; que falta de amor y empatia.
Y años pasaban, años venían, esos ocho años fueron para mi como algunos meses, no me preocupaba que aun no me nombraran siervo ministerial ni se sentía mal cuando anunciaban el nombramiento de algún publicador como SM, algunos sin algún merito; y no me preocupaba porque la congregación me veía no como ministerial sino como anciano.
Hasta que por fin llego mi nombramiento. Mi sueño hecho realidad.
Todo hombre aspira al poder: cada uno desearía ser un dictador; casi todos sacrificarían el bienestar del prójimo por alcanzar sus metas personales
Los protocolos de los sabios de Sión