16 Apr, 2019, 10:19 AM
Al fin era parte del selecto grupo de hombres nombrados de la congregación. La antesala a la crema y nata de la congregación, la de los capacitados para enseñar.
Mi nombramiento fue bien recibido, mi familia y yo teníamos el cariño de la congregación, así que todo marchaba viento en popa, y ahí estábamos tres meses después en la sala B, el famoso cuartito de la congregación, ese recinto sagrado de los ancianos, donde se toman las decisiones más importantes para la congregación, sea para bien o para mal.
Era la reunión trimestral y los SM fuimos invitados, hubo algunos ajustes. Allí se me indico que era ahora el encargado de la EMT, ademas me dieron 1 bosquejo para empezar a prepararlo y presentarme como orador en la congregación. Se han de imaginar como me sentí, las bendiciones fluían. Además se presentaron a dos ancianos que se mudaron a la congregación para apoyarla, ya que crecíamos en numero, 120 publicadores y una asistencia de 180 a 190. Se necesitaba apoyo.
Ahora eramos 4 SM y 5 ancianos, los 2 recien llegados, el coordinador y el de servicio aprox. de 60 años (de la vieja escuela) y el secretario de 30 años, al que veian y preparaban, como el futuro coordinador. Fue el trabajo de estos 3 últimos hombres con el apoyo de los SM la base del crecimiento de la congregación.
Y una congregación grande habla bien de quienes los presiden, da fama y prestigio, más si se pone como modelo en una asamblea. Y desde mi opinión fue lo que despertó la ambición en los recién llegados, quienes con sus esposas, e hijas de uno de ellos, empezaron a poner en tela de juicio la idoneidad del comité de servicio, se ganaron la confianza de los publicadores con comidas e invitaciones a reuniones sociales donde se dejaba fuera a los ancianos del CS.
Por lo que en la siguiente visita hubo cambios, ahora los recién llegados tenían el control de la congregación, uno de ellos coordinador y conductor de la Atalaya, el otro, secretario y superintendente de la EMT, el secretario se fue de superintendente de servicio que después fue reemplazado por otro anciano precursor que llego. Cabe señalar que el SC era un hombre déspota, indiferente, que solo le preocupaban sus gastos.
En mi caso no se me notifico del cambio hasta el mismo día de la reunión de la escuela. Otro golpe en mi vida cristiana. Así que le pedí al coordinador (presidente en ese tiempo) hablar con él al finalizar la reunión, lo cual hizo junto con el secretario. Allí les pedí que me explicaran por que no habían tenido la deferencia de hablar conmigo sobre el cambio de conductor de la EMT, y con una sonrisa burlona de ambos el coordinador me dijo que no lo habían visto necesario, pero que ahora que ya lo sabia, me sometiera al orden teocratico (mas bien a su tiranía), y que me ocupara en cumplir con los trabajos mecánicos de un SM. Percibiendo que no podía jugar con Sansón a las patadas, agradecí su tiempo y les pedí que me siguieran ayudando.
Fui testigo cercano de un periodo de tiranía y conducta desvergonzada.
Pero me consolaba el hecho de que en las Escrituras se mencionara a reyes fieles e infieles que guiaron a la antigua nación de Israel para el cumplimiento del propósito de Dios. Ahora era igual, con ancianos fieles e infieles el propósito de Dios tendría que cumplirse.
Y yo iba a ayudar.
Mi nombramiento fue bien recibido, mi familia y yo teníamos el cariño de la congregación, así que todo marchaba viento en popa, y ahí estábamos tres meses después en la sala B, el famoso cuartito de la congregación, ese recinto sagrado de los ancianos, donde se toman las decisiones más importantes para la congregación, sea para bien o para mal.
Era la reunión trimestral y los SM fuimos invitados, hubo algunos ajustes. Allí se me indico que era ahora el encargado de la EMT, ademas me dieron 1 bosquejo para empezar a prepararlo y presentarme como orador en la congregación. Se han de imaginar como me sentí, las bendiciones fluían. Además se presentaron a dos ancianos que se mudaron a la congregación para apoyarla, ya que crecíamos en numero, 120 publicadores y una asistencia de 180 a 190. Se necesitaba apoyo.
Ahora eramos 4 SM y 5 ancianos, los 2 recien llegados, el coordinador y el de servicio aprox. de 60 años (de la vieja escuela) y el secretario de 30 años, al que veian y preparaban, como el futuro coordinador. Fue el trabajo de estos 3 últimos hombres con el apoyo de los SM la base del crecimiento de la congregación.
Y una congregación grande habla bien de quienes los presiden, da fama y prestigio, más si se pone como modelo en una asamblea. Y desde mi opinión fue lo que despertó la ambición en los recién llegados, quienes con sus esposas, e hijas de uno de ellos, empezaron a poner en tela de juicio la idoneidad del comité de servicio, se ganaron la confianza de los publicadores con comidas e invitaciones a reuniones sociales donde se dejaba fuera a los ancianos del CS.
Por lo que en la siguiente visita hubo cambios, ahora los recién llegados tenían el control de la congregación, uno de ellos coordinador y conductor de la Atalaya, el otro, secretario y superintendente de la EMT, el secretario se fue de superintendente de servicio que después fue reemplazado por otro anciano precursor que llego. Cabe señalar que el SC era un hombre déspota, indiferente, que solo le preocupaban sus gastos.
En mi caso no se me notifico del cambio hasta el mismo día de la reunión de la escuela. Otro golpe en mi vida cristiana. Así que le pedí al coordinador (presidente en ese tiempo) hablar con él al finalizar la reunión, lo cual hizo junto con el secretario. Allí les pedí que me explicaran por que no habían tenido la deferencia de hablar conmigo sobre el cambio de conductor de la EMT, y con una sonrisa burlona de ambos el coordinador me dijo que no lo habían visto necesario, pero que ahora que ya lo sabia, me sometiera al orden teocratico (mas bien a su tiranía), y que me ocupara en cumplir con los trabajos mecánicos de un SM. Percibiendo que no podía jugar con Sansón a las patadas, agradecí su tiempo y les pedí que me siguieran ayudando.
Fui testigo cercano de un periodo de tiranía y conducta desvergonzada.
Pero me consolaba el hecho de que en las Escrituras se mencionara a reyes fieles e infieles que guiaron a la antigua nación de Israel para el cumplimiento del propósito de Dios. Ahora era igual, con ancianos fieles e infieles el propósito de Dios tendría que cumplirse.
Y yo iba a ayudar.
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