[El Zelote]

PARTE 5: La Última Asamble de Distrito

Estadio de Beisbol Monterrey, Monterrey México

Finales de noviembre de 2012

Llegó el gran día y el viernes empezó la asamblea, era nuestra última asamblea de distrito porque en 2013 serían conocidas como asambleas regionales, también fue la última vez que los TJ utilizamos el estadio antes de mudarnos a la Arena Monterrey. El estadio de béisbol tiene 3 niveles, el segundo y tercer nivel eran dirigidos cada uno por un coordinador de área, el primer nivel se dividía en área A y área B, y el último eran las gradas de concreto.

A mi me tocó en el 1 nivel área B. Las hermanas llegaron y a cada una se le entregó su cajita previamente preguntarle su nombre completo y congregación, luego se cotejaba con la fotografía que les habían tomado para comprobar la identidad de las jóvenes. Salían en fila india detrás de su capitán y las ubicaban en puntos estratégicos, mi trabajo era cuidarlas y reemplazarlas si alguna tenía que ir al baño (WC). Hay un Departamento de Seguridad del que muy pocos conocen su existencia, son como un Servicio Secreto de infiltrados que vigilan a los capitanes y las hermanas para que no les vaya a pasar nada, aunque realmente era como equipo de prevención de fraudes para disuadir acciones deshonestas de parte de los capitanes.

Se supone que quienes trabajan en Seguridad son privilegios "confidenciales" y NO pueden decirle ni a su esposa que están sirviendo en ese departamento, ellos se identifican como acomodadores pero no son acomodadores y no traen gafetes, andan de incógnito y también vigilan a todos los hermanos para identificar personas con malas intenciones. Pero no es tan secreto porque en los años que serví siempre son los mismos, sus miradas inquisitivas los delatan.

Al terminar el primer turno de las cajitas las hermanas regresaron a la oficina y dejaron las cajas de donaciones en orden de numeración, se fueron y cerramos la puerta. Lo que pasó a continuación solo lo vi una vez en la vida, se nos indicó a los auxiliares de capitán que nos quitáramos los sacos y los dejáramos lejos de nosotros, debíamos también quitarnos anillos, relojes y billeteras. Solo teníamos que permanecer en pie y observar:

Tres ancianos sacaron una bolsa de seguridad de plástico resistente con un número de folio y un cincho foliado, ellos 3 abrieron caja por caja y vaciaron todo el dinero en el suelo, caín monedas, billetes, cheques, anillos, relojes y joyas. El ruido que el dinero hacía al caer era muy fuerte y para no levantar sospechas pusieron música del celular para que quienes estuvieran afuera no escucharan, todo era ingresado a la bolsa y nosotros éramos TESTIGOS presenciales de que esos 3 hermanos no se robaran nada.

Cuando el vaciado terminaba los coordinadores informaban a Seguridad el número de folio de la bolsa y el cincho foliado, luego Seguridad informaban por radio a la oficina donde se realizaría el conteo del dinero recaudado. Mi coordinador de área me dijo que lo acompañara al baño, el traía una sombrilla muy abultada en una mano como si llevara algo guardado ahí adentro, le acompañé y primero fuimos al 3 nivel disque buscando un hermano, luego ingresamos al 2 nivel y caminamos por los pasillos, luego volvimos al 1 nivel y al llegar a una puerta tocó 3 veces, un hombre abrió y nos miró detenidamente, mi coordinador le susurró algo en el oído y luego me dijo: "espérame aquí". Antes de que la puerta se cerrara alcancé a ver una escalera que daba a un nivel intermedio y privado entre los niveles 1 y 2, levanté la cabeza y lo vi tocar una puerta de madero y el proceso con el guardia de abajo fue similar arriba. Regreso 10 minutos después pero sin la sombrilla.

Después fuimos al baño y luego regresamos a la oficina, mi amigo de la congre me dijo: "¿ya dejaron el dinero?". Así fue como supe qué era lo que había en la sombrilla, NUNCA me imaginé que mi coordinador de área me utilizara y yo sin saberlo, mi amigo me explicó los procedimientos de traslado del dinero y que la contraseña cambiaba cada 3 o 4 horas. A partir de allí nunca más vi un vaciado de dinero ni participé en un traslado, solo me tocaba estar afuera pero con la oreja pegada a la puerta y a pesar de la música escuchaba el dinero caer caja por caja.

El proceso fue similar durante los 3 días de la asamblea de distrito y el domingo nos fuimos hasta las 8:30 de la noche, mi amigo, su hermana, 2 jovencitas de la congre y yo fuimos los últimos testigos de Jehová en abandonar el estadio de béisbol, los guardias del inmueble cerraron el portón cuando salimos de allí.