02 Aug, 2019, 04:51 AM
No voy a entrar a discutir todo lo escrito por Miker, porque, como suele ser habitual en él, básicamente escribe invenciones novelísticas del tipo: “Betel está lleno de jóvenes pajeros”, “una amiga mía me dijo que los ancianos le dijeron esto”, “si subes detrás de una mujer la escalera te echan de Betel” y demás afirmaciones que, claro, no podemos comprobar de ninguna manera, sino solamente asumir sin rechistar que son verdad por el hecho de estar escritas en un foro.
Solo me gustaría puntualizar que en la Biblia no hay ningún miedo ni temor a mencionar el sexo y las relaciones sexuales, a las que se hace referencia por cientos de veces desde el primer libro hasta el último. Si la sociedad a lo largo de los siglos ha ido creando tabúes es otra cosa distinta.
Por otro lado, el hecho de que algo sea natural e incluso una necesidad inherente para el ser humano, no significa que no tenga que estar sujeto a normas de tipo moral. Todos los días atendemos necesidades fisiológicas y lo hacemos respetando algún tipo de norma moral establecida: salvo que Miker no tenga problema en ponerse a mear en un florero en medio de la reunión de su oficina. Es una simple falacia, por tanto, decir que todos deberíamos ser libres de actuar como nos plazca en lo relativo al sexo. Una falacia muy extendida, aceptada, y aplaudida, pero una falacia al fin y al cabo.
Aceptando que todos respetamos normas de tipo moral en distintos campos de nuestra vida, la cuestión sería qué normas me parece bien respetar en el campo del sexo. Para ello, debería tener en cuenta , como mínimo, dos cosas: quién pone las normas, y qué resultados producen. Cada uno que decida.
En cuanto al tema de la “culpa”, es otro de los argumentos vacíos que esgrime Miker con cierta frecuencia. Está claro que con decir “que nadie te haga sentir culpable” ya tienes mucho ganado, todos felices y contentos. Pero, lamentablemente, solo es otra falacia más. Un mono no se sentirá culpable por comerse el trozo de pizza que le correspondía a su amigo mono mientras que este se levanta para ir a baño de los monos. Supongo que un humano, a diferencia de cualquier otro ser vivo, nunca haría eso por el desarrollo de su corteza cerebral que le indica que eso no está bien, pese a no ser más que un primate más desarrollado. Y en caso de hacerlo, se sentirá culpable (salvo que hablemos del primate Miker).
La culpa es producto de la conciencia que los humanos tenemos y de la que carecen otros seres. Igual que el dolor nos protege, la culpa también lo hace.
En definitiva, creo que el hecho de sujetarse a ciertas normas de tipo moral no es una forma de esclavitud, sino que, al contrario, confiere dignidad al ser humano. Lo opuesto, hacer lo que a uno le plazca, asumir que debemos dar rienda suelta a todos nuestros deseos por el hecho de tenerlos, nos acerca mucho más al mundo animal.
Solo me gustaría puntualizar que en la Biblia no hay ningún miedo ni temor a mencionar el sexo y las relaciones sexuales, a las que se hace referencia por cientos de veces desde el primer libro hasta el último. Si la sociedad a lo largo de los siglos ha ido creando tabúes es otra cosa distinta.
Por otro lado, el hecho de que algo sea natural e incluso una necesidad inherente para el ser humano, no significa que no tenga que estar sujeto a normas de tipo moral. Todos los días atendemos necesidades fisiológicas y lo hacemos respetando algún tipo de norma moral establecida: salvo que Miker no tenga problema en ponerse a mear en un florero en medio de la reunión de su oficina. Es una simple falacia, por tanto, decir que todos deberíamos ser libres de actuar como nos plazca en lo relativo al sexo. Una falacia muy extendida, aceptada, y aplaudida, pero una falacia al fin y al cabo.
Aceptando que todos respetamos normas de tipo moral en distintos campos de nuestra vida, la cuestión sería qué normas me parece bien respetar en el campo del sexo. Para ello, debería tener en cuenta , como mínimo, dos cosas: quién pone las normas, y qué resultados producen. Cada uno que decida.
En cuanto al tema de la “culpa”, es otro de los argumentos vacíos que esgrime Miker con cierta frecuencia. Está claro que con decir “que nadie te haga sentir culpable” ya tienes mucho ganado, todos felices y contentos. Pero, lamentablemente, solo es otra falacia más. Un mono no se sentirá culpable por comerse el trozo de pizza que le correspondía a su amigo mono mientras que este se levanta para ir a baño de los monos. Supongo que un humano, a diferencia de cualquier otro ser vivo, nunca haría eso por el desarrollo de su corteza cerebral que le indica que eso no está bien, pese a no ser más que un primate más desarrollado. Y en caso de hacerlo, se sentirá culpable (salvo que hablemos del primate Miker).
La culpa es producto de la conciencia que los humanos tenemos y de la que carecen otros seres. Igual que el dolor nos protege, la culpa también lo hace.
En definitiva, creo que el hecho de sujetarse a ciertas normas de tipo moral no es una forma de esclavitud, sino que, al contrario, confiere dignidad al ser humano. Lo opuesto, hacer lo que a uno le plazca, asumir que debemos dar rienda suelta a todos nuestros deseos por el hecho de tenerlos, nos acerca mucho más al mundo animal.
