[Milton Avendaño]

Este fin de año me pareció curioso que mis cuñados le hicieron una fiesta a mi sobrinita, de 10 años. La pusieron en una silla como las que ve uno en las fiestas de 15 años, igualita, con la decoración y todo. Su nombre se lo hicieron en letras gigantes y brillantes, le compraron un pastel, hubo piñata y llevaron regalos. Todo era como si fuera un cumpleaños. Y aquí viene lo interesante. Sin haberles preguntado nada, sus padres se justificaron diciendo: "Es que como no le celebramos cumpleaños, pues le damos los regalos y la fiesta en otra fecha".

¿Y acaso no es lo mismo con la navidad? Sabemos que Jesús no nació en diciembre, ¿entonces por qué tanto problema? Estamos celebrándole una fiesta a Jesús pero en una fecha que no es el cumpleaños, porque sabemos que los cumpleaños son del Diablo...

Stargate muy interesante la experiencia que relatas!

El ser humano por naturaleza tiene la necesidad de sentirse reconocido ante la sociedad. El querer tener reconocimiento, no tiene nada que ver con ser egocéntrico, si no mas bien  es un recurso muy sano para tener una buena autoestima. El tener una buena autoestima como consecuencia le permite al ser humano sentir bienestar,  tener sentido de logro,fomenta las buenas relaciones interpersonales y contribuye a que se sea una persona honorable, que aporta al equilibrio de la sociedad.

Para mi los cumpleaños se convirtieron para mi como una excusa perfecta para hacerle un sentido homenaje, una vez al año a ese amigo o familiar que aprecias y amas. Es la excusa perfecta para reunirse y festejar juntos!

Esta doctrina de no festejar cumpleaños a larga puede afectar gravemente la parte afectiva, emocional y la autoestima de las personas; La secta mediante sus publicaciones promueve a los padres a realizar secciones de practica con su hijos para que le hagan frente a la presión de grupo. Aqui se expone un modelo:



LOS CUMPLEAÑOS
Melisa: Hola, Julio. ¿Quieres venir a mi fiesta?
Julio: Gracias por invitarme. Pero ¿qué vas a festejar?
Melisa: Mi “cumple”.
Julio: Muchas gracias. Lo que pasa es que yo no celebro cumpleaños.
Melisa: ¿Y eso por qué? Todo el mundo lo hace. Mis papás se pusieron muy contentos el día que yo nací.
Julio: Y los míos también. Pero no hacemos una fiesta ese día. A veces, el que cumple años se cree la persona más importante del mundo. Pero el más importante es Dios, ¿no te parece? ¿Y no crees que debemos darle las gracias por la vida?
Melisa: Pero ¿qué quieres decir? ¿Que no debo hacer una fiesta de cumpleaños?
Julio: Bueno, eso lo tienes que decidir tú. Tú sabes que a muchos les gusta recibir regalos de cumpleaños, pero la Biblia dice que hay más felicidad en dar que en recibir. Para mí es mucho más importante que cualquier regalo darle las gracias a Dios y ayudar a los demás.
Melisa: Nunca había pensado en eso. ¿Entonces tus papás nunca te dan regalos?
Julio: ¡Claro que me los dan! Pero no esperan a que llegue mi cumpleaños. Me los dan siempre que quieren. Ahora, ¿sabes cómo empezaron a celebrarse los cumpleaños?
Melisa: ¿Lo sabes tú?
Julio: Bueno, mañana te cuento una historia muy interesante sobre un cumpleaños que se celebró hace muchísimo tiempo.

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https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/2010921#h=14