[Quinto Mucio Escévola]

En mi época de anciano (allá por el pleistoceno superior) en la terna de adalides como era el que dominaba este tema siempre me tocaba, todos los eneros, dar la famosa asignación en la Reunión de Servicio de Congregación sobre la sangre (¿os acordáis?).

Luego aparecieron las tarjetitas. ¿Os acordáis de aquellas tarjetas que se doblaban en dos y que teníamos que llevar encima llamada “Alerta médica. No acepto transfusiones de sangre” (o algo parecido, ya ni me acuerdo).

Esas tarjetas, con el tiempo fueron cambiando su formato. Mientras se nos recordaba en las reuniones la necesidad de llevar el último formato encima, el contenido de la charla servía como excusa para atornillar en nuestras mentes la necesidad de continuar negándonos a una transfusión sanguínea.

Después, por lo menos en España, llegó el DVA (Documento de Voluntades Anticipadas) que, de alguna manera, vino a reemplazar a las anteriores tarjetas de Alerta Médica. Menudo revuelo se montada cada cierto tiempo con los dichosos Documentos. Más o menos una vez por año también.

Y ahora mi reflexión. Aquellos que llevamos mucha décadas y hemos vivido con intensidad lo anterior ¿no os parece extraño que en los últimos años, unos cuantos años, no sólo uno, dos o tres, este tema ya no se trate en reuniones ni en publicaciones? ¿Por qué ha decaído el interés de parte del CG-EFP por el tema? ¿Por qué no nos dan la matraca (expresión española) como antes? ¿Estará pasando algo entre bambalinas con este tema y por eso ese dejar caer el tiempo y el espacio (el tiempo y el espacio lo olvida todo)?

¿Qué opinas sobre el significado de esa caída de interés de nuestros ínclitos jefes por el tema?

Quinto Mucio Escévola