31 Oct, 2021, 07:45 PM
1. El Viejo de la Chapelle. Hombre de La Chapelle-aux-Saints, La Chapelle-aux-Saints o simplemente "El Viejo". Es un esqueleto parcial de Homo neanderthalensis de hace unos 60 000 años. Se considera a estos restos como los típicos de la anatomía clásica del Neandertal de Europa Occidental. Fue descubierto en la localidad francesa de La Chapelle-aux-Saints por A. y J. Bouyssonie, y L. Bardon en 1908 y estudiado por primera vez por Marcellin Boule, cuya reconstrucción anatómica, publicada en 1911, se convirtió en la más popular de la especie en los años siguientes.
2. Sediba. El primer espécimen de Australopithecus sediba fue hallado por el hijo del paleontólogo Lee Rogers Berger, Matthew, el 15 de agosto de 2008 mientras exploraba cerca del lugar donde trabajaba su padre en Sudáfrica. En el mismo lugar había gran variedad de fósiles de animales, incluyendo dientes de sables, mangostas, hienas y antílopes. Australopithecus sediba es una especie extinta de homínido australopitecino de entre 1.78 a 1.95 millones de años de antigüedad. En la actualidad se tienen dos esqueletos parciales: un macho de unos 10 años y una hembra de entre 20 y 30 años.
3. El Niño de Taung. Es un fósil de un primate infantil bí[palabra inapropiada] perteneciente al género de los Australopithecus y fue asignado por Raymond A. Dart a la especie Australopithecus africanus. Se halló en 1924 a unos kilómetros de Johannesburgo, Sudáfrica. El niño de Taung representó la primera vez que los investigadores observaron a un primate que caminaba erguido.
4. Lucy. Se trata del conjunto de fragmentos óseos más famosos de la paleontología, perteneciente a un Australopithecus afarensis de 3.5 a 3.2 millones de años de antigüedad, descubierto por el equipo formado por Donald Johanson, Yves Coppens y Maurice Taieb el 24 de noviembre de 1974, a 159 km de Adís Abeba, Etiopía. Está conformado por el 40 % del esqueleto de un ejemplar de alrededor de 1.10 metros de altura, cuya masa en vida era de unos 27 kg de peso y unos 20 años de edad. Su cráneo es similar al de un chimpancé actual y caminaba sobre sus patas posteriores, signo de una evolución hacia la hominización.
5. El Hombre de Pekín. Se trata de una subespecie de Homo erectus propia de China: Homo erectus pekinensis. Datan de hace entre 780 000 y 230 000 años. Los restos fueron encontrados entre 1921 y 1937, pero se perdieron en 1941, durante la Segunda Guerra Sino-japonesa, conservándose hoy sólo réplicas, fotografías, dibujos y descripciones que se hicieron tras las excavaciones y algunos pocos restos más obtenidos del yacimiento con posterioridad.
6. Flo, el Hobbit o El Hombre de Flores. En 2003, en yacimientos en la cueva de Liang Bua, Indonesia, se descubrió un esqueleto fosilizado de 18 000 año. En años posteriores se obtuvieron 9 ejemplares más y algunas herramientas. Se trataba de una especie nueva: los Homo floresiensis. Estudios recientes indican que esta especie, que convivió en épocas con los Homo sapiens y Homo neanderthalensis, se pudo haber extinguido hace unos 50 000 años. Los Homo floresiensis tenían cuerpos pequeños, como de un metro de estatura, 25 kg de peso y un cerebro de menos de 400 centímetros cúbicos.
Fuentes: Siete Esqueletos de Lydia Pyne (Crítica), Wikipedia y Página Web del Museo Nacional de Antropología de México.
2. Sediba. El primer espécimen de Australopithecus sediba fue hallado por el hijo del paleontólogo Lee Rogers Berger, Matthew, el 15 de agosto de 2008 mientras exploraba cerca del lugar donde trabajaba su padre en Sudáfrica. En el mismo lugar había gran variedad de fósiles de animales, incluyendo dientes de sables, mangostas, hienas y antílopes. Australopithecus sediba es una especie extinta de homínido australopitecino de entre 1.78 a 1.95 millones de años de antigüedad. En la actualidad se tienen dos esqueletos parciales: un macho de unos 10 años y una hembra de entre 20 y 30 años.
3. El Niño de Taung. Es un fósil de un primate infantil bí[palabra inapropiada] perteneciente al género de los Australopithecus y fue asignado por Raymond A. Dart a la especie Australopithecus africanus. Se halló en 1924 a unos kilómetros de Johannesburgo, Sudáfrica. El niño de Taung representó la primera vez que los investigadores observaron a un primate que caminaba erguido.
4. Lucy. Se trata del conjunto de fragmentos óseos más famosos de la paleontología, perteneciente a un Australopithecus afarensis de 3.5 a 3.2 millones de años de antigüedad, descubierto por el equipo formado por Donald Johanson, Yves Coppens y Maurice Taieb el 24 de noviembre de 1974, a 159 km de Adís Abeba, Etiopía. Está conformado por el 40 % del esqueleto de un ejemplar de alrededor de 1.10 metros de altura, cuya masa en vida era de unos 27 kg de peso y unos 20 años de edad. Su cráneo es similar al de un chimpancé actual y caminaba sobre sus patas posteriores, signo de una evolución hacia la hominización.
5. El Hombre de Pekín. Se trata de una subespecie de Homo erectus propia de China: Homo erectus pekinensis. Datan de hace entre 780 000 y 230 000 años. Los restos fueron encontrados entre 1921 y 1937, pero se perdieron en 1941, durante la Segunda Guerra Sino-japonesa, conservándose hoy sólo réplicas, fotografías, dibujos y descripciones que se hicieron tras las excavaciones y algunos pocos restos más obtenidos del yacimiento con posterioridad.
6. Flo, el Hobbit o El Hombre de Flores. En 2003, en yacimientos en la cueva de Liang Bua, Indonesia, se descubrió un esqueleto fosilizado de 18 000 año. En años posteriores se obtuvieron 9 ejemplares más y algunas herramientas. Se trataba de una especie nueva: los Homo floresiensis. Estudios recientes indican que esta especie, que convivió en épocas con los Homo sapiens y Homo neanderthalensis, se pudo haber extinguido hace unos 50 000 años. Los Homo floresiensis tenían cuerpos pequeños, como de un metro de estatura, 25 kg de peso y un cerebro de menos de 400 centímetros cúbicos.
Fuentes: Siete Esqueletos de Lydia Pyne (Crítica), Wikipedia y Página Web del Museo Nacional de Antropología de México.
Si Lucifer fue capaz de incitar una rebelión en el cielo, eso significa celos, envidia y violencia en el cielo pese a prometerte un paraíso perfecto