20 Dec, 2021, 05:22 PM
La cúpula de los testigos de Jehová son muy buenos para buscar paralelismos a cualquier situación, para cualquier tontería que hagan ya tienen en mente algún pasaje bíblico que utilizan para apoyar su postura, sobre todo los del antiguo testamento.
Así, veremos, por ejemplo, que exigen a los betelitas no masturbarse con almohadas porque los sacerdotes Israelitas recibieron la orden de ser limpios tal como Jehová era limpio, y de alguna manera creen que la masturbación contamina a las personas. También, se valen del ejemplo de Jehová matando a Nadab y Abihú, para enseñarnos que un cristiano no debe sentirse triste ni bajar su rendimiento en la predicación y asistencia a las reuniones por el simple hecho de que un hijo haya sido expulsado, pues Jehová ordenó a Aarón no llorar por sus hijos… y así nos podemos pasar todo el día con ejemplos absurdos.
En fin, examinar la Talaya es ver un sinfín de referencias al antiguo testamento, pero rara vez les gusta estudiar el nuevo testamento, ¿el motivo? Tal vez la historia de Israel y su sistema político-religioso se adapta perfectamente a lo que los ocho gerontos les gusta, en vez del cristianismo puro.
Y es precisamente uno de estos temas del nuevo testamento, el que se evita explicar al testigo de a pie. Me refiero a los Samaritanos. La organización es experta en explicar las diferencias raciales entre los Samaritanos y judíos, hablan de sus diferencias de origen y cómo básicamente se evitaban por ser de naciones diferentes. Si le preguntamos a cualquier testigo de Jehová ¿por qué se odiaban los judíos y Samaritanos? La respuesta más probable es que dirá que era por ser de distinta nación.
Debido a esto, la parábola de Jesús del buen samaritano, es resumida por la organización a simplemente mostrar bondad a personas de otra raza, y ya, se acabó la lección. Pero… ¿qué nos ocultan sobre los samaritanos? Pensemos en el siguiente punto que aborda La Atalaya w93 1/1 págs. 24-25
“La adoración adulterada de los samaritanos aceptaba como las Escrituras solo los primeros cinco libros de Moisés, el Pentateuco. Alrededor del siglo IV a.E.C. los samaritanos edificaron en el monte Guerizim un templo que rivalizaba con el templo de Dios de Jerusalén. Tiempo después, el templo de Guerizim fue dedicado a Zeus (o Júpiter) y finalmente fue destruido. No obstante, el centro de adoración de los samaritanos siguió siendo Guerizim. Hasta el día de hoy los samaritanos celebran una Pascua anual en Guerizim. Se degüellan varios corderos. Luego se sumergen sus cuerpos en barriles de agua hirviendo para poder arrancarles la lana, y después se cocina la carne por varias horas en hoyos. A la medianoche centenares de samaritanos, muchos de ellos de Jerusalén, disfrutan de su comida pascual”.
Así que, la organización ha ignorado el contexto histórico, a saber, que los Samaritanos eran APÓSTATAS de la religión oficial. Convenientemente ignoran que los samaritanos en realidad sí compartían algo de origen racial con los Israelitas, pues la nación surgió de la mezcla de Israelitas con extranjeros, así que el punto principal de Jesús no era solamente ayudar a otras personas, aunque sean de otra nación, creo que en realidad su punto implicaba ayudar a cualquier persona que lo necesite aun cuando no comparte nuestras creencias, lo cual incluye a los “apóstatas”.
Los Samaritanos tenían su propia versión del pentateuco, tenían su propio templo, lejos del templo oficial de Jerusalén, tenían su propia forma de adoración basada en el judaísmo, pero tomando solamente los elementos que ellos quisieron y desechando los demás. Con todo, Jesús enseñó que ser un buen prójimo implica a prestar asistencia a cualquiera que lo necesite, sin importar su religión. Veamos en la Atalaya w15 15/3 págs. 7-11 qué supuesta lección extrae el cuerpo gobernante de la parábola del buen samaritano:
“Hoy nuestras publicaciones usan esta parábola para explicar que debemos ser imparciales, especialmente a la hora de ayudar a otros a conocer a Jehová. ¿Verdad que nos alegra entender la Biblia con mayor claridad?”
Ahí está su alimento espiritual al tiempo apropiado. La próxima vez que platique con un testigo de Jehová sobre el relato del buen samaritano, hágale notar que ese Samaritano era un apóstata, y si se busca un paralelismo actual, quiere decir que incluso los apóstatas modernos tienen más corazón que un testigo de Jehová.
Así, veremos, por ejemplo, que exigen a los betelitas no masturbarse con almohadas porque los sacerdotes Israelitas recibieron la orden de ser limpios tal como Jehová era limpio, y de alguna manera creen que la masturbación contamina a las personas. También, se valen del ejemplo de Jehová matando a Nadab y Abihú, para enseñarnos que un cristiano no debe sentirse triste ni bajar su rendimiento en la predicación y asistencia a las reuniones por el simple hecho de que un hijo haya sido expulsado, pues Jehová ordenó a Aarón no llorar por sus hijos… y así nos podemos pasar todo el día con ejemplos absurdos.
En fin, examinar la Talaya es ver un sinfín de referencias al antiguo testamento, pero rara vez les gusta estudiar el nuevo testamento, ¿el motivo? Tal vez la historia de Israel y su sistema político-religioso se adapta perfectamente a lo que los ocho gerontos les gusta, en vez del cristianismo puro.
Y es precisamente uno de estos temas del nuevo testamento, el que se evita explicar al testigo de a pie. Me refiero a los Samaritanos. La organización es experta en explicar las diferencias raciales entre los Samaritanos y judíos, hablan de sus diferencias de origen y cómo básicamente se evitaban por ser de naciones diferentes. Si le preguntamos a cualquier testigo de Jehová ¿por qué se odiaban los judíos y Samaritanos? La respuesta más probable es que dirá que era por ser de distinta nación.
Debido a esto, la parábola de Jesús del buen samaritano, es resumida por la organización a simplemente mostrar bondad a personas de otra raza, y ya, se acabó la lección. Pero… ¿qué nos ocultan sobre los samaritanos? Pensemos en el siguiente punto que aborda La Atalaya w93 1/1 págs. 24-25
“La adoración adulterada de los samaritanos aceptaba como las Escrituras solo los primeros cinco libros de Moisés, el Pentateuco. Alrededor del siglo IV a.E.C. los samaritanos edificaron en el monte Guerizim un templo que rivalizaba con el templo de Dios de Jerusalén. Tiempo después, el templo de Guerizim fue dedicado a Zeus (o Júpiter) y finalmente fue destruido. No obstante, el centro de adoración de los samaritanos siguió siendo Guerizim. Hasta el día de hoy los samaritanos celebran una Pascua anual en Guerizim. Se degüellan varios corderos. Luego se sumergen sus cuerpos en barriles de agua hirviendo para poder arrancarles la lana, y después se cocina la carne por varias horas en hoyos. A la medianoche centenares de samaritanos, muchos de ellos de Jerusalén, disfrutan de su comida pascual”.
Así que, la organización ha ignorado el contexto histórico, a saber, que los Samaritanos eran APÓSTATAS de la religión oficial. Convenientemente ignoran que los samaritanos en realidad sí compartían algo de origen racial con los Israelitas, pues la nación surgió de la mezcla de Israelitas con extranjeros, así que el punto principal de Jesús no era solamente ayudar a otras personas, aunque sean de otra nación, creo que en realidad su punto implicaba ayudar a cualquier persona que lo necesite aun cuando no comparte nuestras creencias, lo cual incluye a los “apóstatas”.
Los Samaritanos tenían su propia versión del pentateuco, tenían su propio templo, lejos del templo oficial de Jerusalén, tenían su propia forma de adoración basada en el judaísmo, pero tomando solamente los elementos que ellos quisieron y desechando los demás. Con todo, Jesús enseñó que ser un buen prójimo implica a prestar asistencia a cualquiera que lo necesite, sin importar su religión. Veamos en la Atalaya w15 15/3 págs. 7-11 qué supuesta lección extrae el cuerpo gobernante de la parábola del buen samaritano:
“Hoy nuestras publicaciones usan esta parábola para explicar que debemos ser imparciales, especialmente a la hora de ayudar a otros a conocer a Jehová. ¿Verdad que nos alegra entender la Biblia con mayor claridad?”
Ahí está su alimento espiritual al tiempo apropiado. La próxima vez que platique con un testigo de Jehová sobre el relato del buen samaritano, hágale notar que ese Samaritano era un apóstata, y si se busca un paralelismo actual, quiere decir que incluso los apóstatas modernos tienen más corazón que un testigo de Jehová.
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