05 Jan, 2023, 02:45 PM
En lo más profundo de una negra vaina de vainilla,
donde el olor y el sabor son intensos, nació...
Yaquelin Dina, minina de vainilla,
Con su largo cabello rubio pajizo, de pálida piel, sus labios de fresas ácidas,
gatuno ojos, con tímido brillo de esmeralda, bajo luna de miel.
Ella siempre cantaba en silencio, siendo voces en grito desconsolado,
cantaba en silencio, letras de sollozo.
Esperando la apertura de una rancia piel de corteza,
de una dura y negra vaina de vainilla,
donde minina nació.
Una noche de invierno, acurrucada en la estrechez de su rutina,
un repentino soplo de aire fresco, hizo que la vaina se precipitara a un espacio,
donde el margen le permitió...
estirar sus piernas, sus deseos, sus manos, sus inquietudes, su mirar...
y entregándose por completo al vértigo, como estampida de colores, suspiró.
Suspiró en llanto y alegría, corrió despacio y caminó deprisa,
dejando rastro de dulce aroma en sinfonía, con sonrisas nuevas, en estaciones frías.
Y voló, con aire fresco voló y sigue volando.
Y aún no dejando de existir el negro... Yaquelin Dina, minina de vainilla,
degustó un sin fin de colores.
donde el olor y el sabor son intensos, nació...
Yaquelin Dina, minina de vainilla,
Con su largo cabello rubio pajizo, de pálida piel, sus labios de fresas ácidas,
gatuno ojos, con tímido brillo de esmeralda, bajo luna de miel.
Ella siempre cantaba en silencio, siendo voces en grito desconsolado,
cantaba en silencio, letras de sollozo.
Esperando la apertura de una rancia piel de corteza,
de una dura y negra vaina de vainilla,
donde minina nació.
Una noche de invierno, acurrucada en la estrechez de su rutina,
un repentino soplo de aire fresco, hizo que la vaina se precipitara a un espacio,
donde el margen le permitió...
estirar sus piernas, sus deseos, sus manos, sus inquietudes, su mirar...
y entregándose por completo al vértigo, como estampida de colores, suspiró.
Suspiró en llanto y alegría, corrió despacio y caminó deprisa,
dejando rastro de dulce aroma en sinfonía, con sonrisas nuevas, en estaciones frías.
Y voló, con aire fresco voló y sigue volando.
Y aún no dejando de existir el negro... Yaquelin Dina, minina de vainilla,
degustó un sin fin de colores.