13 Oct, 2023, 04:52 PM
Holaaa
¿Cómo han estado? Me encontré una página en Facebook llamada Desde el vacío: Leyendas y Narraciones de horror, que irá subiendo cuentos cortos de horror en este mes de Octubre.
Les iré compartiendo las que me resulten interesantes. Que las disfruten
Diario de un niño desaparecido
Tiempo de lectura: 8 minutos.
22 de mayo 2019
Hoy nos cambiamos de casa. Yo no quería que nos mudáramos, pero mi papá no me hizo caso y mi mamá siempre hace lo que mi papá le ordena. Se supone que es porque acá estaremos muy cerca de la casa de la abuela, y como mi hermanito ya va a nacer, mamá necesita que alguien le ayude y la cuide. Odio que siempre piensan en todos, menos en mí.
Nadie me toma en cuenta para las decisiones de la casa, como si yo no existiera. ¡Y luego vivir casi en el desierto! Según me dijeron mis papás, estamos muy cerca de Estados Unidos, en particular, del desierto de Nuevo México. ¿Y por qué se llama así? ¿Vivimos en el México viejo? En fin. Todos mis amigos se quedan en la ciudad, y no sé como le voy a hacer para conocer a nuevas personas acá. El clima no me gusta. Cuando visitamos a la abuela, siempre me la paso mal porque hace mucho calor. La orientadora de mi secundaria me dijo que todos los cambios son oportunidades, pero no entiende lo que significa cambiar de vida. Ella me recomendó que empezara a escribir un diario, dice que me puede ayudar. Ojalá. Lo único bueno de vivir cerca de la abuela es el Canelo.
A veces quisiera tener otra familia.
26 de mayo 2019
Fue mi primer día en la escuela. No estuvo tan mal, pero todos me veían como si fuera un bicho raro. Menos mal tengo música en mi celular, el que me regaló mi tío Alfredo. Él sí que me entiende, es muy buena onda. Con mis ahorros me compré unos audífonos, así evito que me molesten las cosas que digan de mí en la escuela. Me gusta caminar con el Canelo. Es un perro muy grande, y desde que era un cachorro juega conmigo. La casa de la abuela está cerca de nuestra casa nueva, pero es nuestra única “vecina”.
La casa de mis otros tíos está a varios kilómetros, y casi no vienen, según me dice mi abuela. Ella y mi abuelo tienen una granja de pollos y cabras, y entre ambos las cuidan, con ayuda de Canelo, que es muy bravo para cuando se acercan coyotes. Mi abuelo ha matado a un par, y tiene sus pieles colgadas en la pared de su sala. Dice que un día de estos me va a enseñar a
usar el rifle para que le ayude a cuidar la casa.
14 de junio 2019
Tenía rato sin escribir, pero la verdad he estado ocupado con cosas de la escuela y con mis nuevos amigos. Se llaman Darío y Andrés, van conmigo en mi salón y es muy divertido salir con ellos. Cuando les conté donde vivía se quedaron asombrados, pues dicen que mi casa está muy aislada del pueblo. Me contaron algunas de las historias del desierto, de la gente del otro lado y se enojaron cuando me reí. Papá dice que esas son historias de gente de pueblo, que no deberíamos hacerles caso. En fin, mamá anduvo con dolores hoy y probablemente mi hermanito ya va a nacer.
¡Me emociona mucho por fin conocerlo!
15 de junio 2019
¡Hoy es el día! Mi mamá se sintió un poco mal, y tuvimos que llevarla al hospital. Ya se quedó, pues mi papá dice que ya está en trabajo de parto (aunque que yo sepa, mi mamá no trabaja). Me voy a quedar con mis abuelos, pues papá la acompañará. No me molesta quedarme con los
abuelos, aunque a veces mi celular no tiene señal. Lo bueno es que tengo mis audífonos y la música en mi celular. Además, ahí estará el Canelo.
p.d.
¡No recordaba que mi abuela cocinaba tan rico! Comimos mucho, y luego me dieron postre.Pero me pasó algo raro. Desde que me dejaron en la casa de los abuelos hoy en la tarde, el Canelo anduvo muy raro. Es un perro grande, de pelo café y muy alegre. Antes, cuando venía de visita, el Canelo se emocionaba de verme, y jugábamos mucho, Pero ahora, cuando quise
salir a caminar con el, me miró muy raro, como si estuviera enojado. Incluso me gruñó. Mi abuela me dijo que ya tenía un par de días que andaba raro. Me dijo que el Canelo había desaparecido durante dos noches, desde el viernes pasado. Incluso pensaron que lo habían envenenado o atropellado, pero regresó el lunes. Y cuando regresó, andaba muy arisco. Dice que es porque ya está viejo, aunque está muy raro. Cuando estábamos cenando, el Canelo se paró frente a mi y se me quedó viendo muy extraño, durante mucho tiempo, casi desde que empecé, hasta que terminé de comer. Le arrojé uno de los huesos del pollo que nos comimos y ni siquiera lo olió, y eso que el pollo es su favorito. El abuelo dice que desde regresó, Canelo no
ha querido comer, pero el perro no se ve flaco. De hecho, se ve muy fuerte, incluso más grande.Pero no quiere jugar conmigo, ni siquiera que me le acerque. Siento feo, pero no importa.
Supongo que es normal.
17 de junio 2019
Mamá tuvo algunas complicaciones, según me dijo mi papá cuando llamó por la mañana. Asíque tendré que quedarme más días con los abuelos. Está bien, no me molesta. Me la he pasado muy bien, pero mi abuela se ha sentido mal este par de noches. Tiene fiebre y dice que se siente débil, y tampoco ha podido dormir. Según me cuenta, ha tenido pesadillas, aunque no las recuerda. La llevamos a la farmacia, pero sólo le dieron vitaminas y le dijeron que descansara. Yo le ayudo con las cosas que me pide. Me preocupa porque cada vez se ve más demacrada. El Canelo sigue portándose extraño, ya no es el perro juguetón e inteligente que yo conocí.
19 de junio 2019
La abuela hoy no pudo levantarse, por lo que yo tuve que ayudar a cocinar y a echarle alimento a las gallinas y cabras con el abuelo. El Canelo ya me da miedo, se pasa todo el día echado en un rincón de la sala, mirándonos fijamente, siguiendo nuestros pasos con unos ojos muy raros. Siempre tiene la mirada perdida, a no ser que pasemos enfrente de el, porque entonces se te queda viendo con una especie de sonrisa. Ahora que recuerdo, desde que llegué acá, no lo he escuchado ladrar ni una sola vez, y eso que antes le ladraba hasta las moscas.
Quien sabe que tenga, parece que alguien le hubiera robado la alegría a mi Canelito.
21 de junio 2019
Hoy me costó mucho trabajo levantarme. De hecho, ni siquiera recuerdo a qué hora me dormí. Lo último que recuerdo es que estaba por irme a lavar los dientes y después, amanecí en mi cama. Me da pena escribir esto, pero me hice pipí en la cama. Tal vez sea porque tomé mucha agua en la noche.
Me sentí mareado y me dolía mucho la cabeza. Además, sé que estuve soñando algo feo, pero no logro recordar que fue. No quise ir a la escuela hoy, y mi abuelo me dio permiso para quedarme en casa. Dice que me veo pálido y que el se encargaría de la comida hoy. Mi abuela no pudo levantarse tampoco, anda muy débil. Todo el día he tenido la sensación de que estoy
olvidando algo.
p.d.
Dos cosas muy raras: Tengo una marca como de dientes en mi pierna. No recuerdo tampoco haberme pegado o lastimado (y obviamente yo no me mordí a mi mismo) Y luego, hace rato, ya que estaba oscureciendo, salí a meter a las gallinas al corral, y escuché unos susurros en la parte de atrás del gallinero. Me asomé pensando que era el abuelo, pero sólo vi al Canelo, que estaba sentado y mirando hacia el monte. Volteó muy lento cuando se dio cuenta que yo estaba ahí. Se me quedó viendo y estoy casi seguro de que me sonrió. Era una sonrisa fea. ¿Sería él quien susurraba? De repente se paró y comenzó a caminar hacia mí, y yo mejor me metí corriendo, me dio mucho miedo. Los ojos de Canelo brillaban muy raro. Antes yo creía que se
estaba portando raro, pero ahora le tengo mucho miedo. Ojalá que mi mamá salga pronto del hospital y nos vayamos a casa con mi hermanito.
22 de junio 2019
No sé como escribir esto. Estoy muy asustado, y me encerré en el cuarto porque no sé que hacer. Descubrí que fue lo que pasó ayer, lo que no podía recordar. Hoy fui a la escuela, aunque me seguía doliendo la cabeza. No quería estar en la casa, ni cerca de Canelo. Mi abuela está muy mal, y el abuelo parece que anda distraído, se queda parado en medio del patio, como si esperara a alguien. Mis papás no han venido por mi y tengo miedo de que ya nunca vengan. Hace rato que llegué de la escuela, el abuelo me dijo que fuera por leña al potrero que está a la orilla del terreno. Le pedí que me acompañara, pero insistió en que fuera yo solo, así que agarré el machete (era raro que me lo prestara y eso me emocionó un poco) y fui por la leña.
Cuando llegué a donde se amontona la leña, vi que había una zanja que habían rellenado con piedras. No recordaba haber visto esa zanja antes, pero me di cuenta de que se veía algo como un hueso asomándose en los huecos que quedaban entre las piedras. Iba a irme, eso hubiera sido lo mejor, pero algo me dijo que tenía que saber que había ahí. Así que tomé un palo y empecé a mover algunas de esas piedras. Terminé descubriendo el cuerpo de un perro. Me asusté mucho, pero era imposible que fuera mi Canelo, él estaba en la casa, con mis abuelos. No estaba seguro, el cuerpo del perro no tenía piel, parecía que se la habían arrancado por completo. Con el machete, revisé el hocico del perro muerto, sólo para ver el colmillo roto que siempre fue seña del Canelo que yo conocía (se lo rompió una vez que estábamos jugando con hueso de res) Pero si ese cuerpo de la zanja era el de Canelo, ¿quién o qué era lo que había estado viviendo en la casa de los abuelos? En ese momento, de golpe, recordé todo lo que había pasado la noche anterior:
Fui a lavarme los dientes, y mientras caminaba al baño, sin querer me asomé al cuarto de la abuela, para ver como estaba. Pero lo que vi fue horrible. El Canelo estaba encima de la abuela, y un vapor verdoso salía de la boca de mi abuela, y el hocico del perro parecía absorberlo. En ese momento, supe que el Canelo o esa cosa que se hacía pasar por el Canelo le estaba robando la vida a mi abuela, y que por eso ella estaba tan demacrada y débil. Yo grité y en ese momento, el perro miró hacia mí. Pero su cara no era la de Canelo, era algo horrible, tenía la cara de un demonio o algo aterrador. Se bajó de la cama, y luego se levantó en sus dos patas traseras. Incluso escuché los crujidos de sus huesos al tomar esa posición. Y luego, empezó a carcajearse. Yo estaba parado ahí sin poder moverme, y sentí caliente en mi pijama, me había hecho pipi del miedo. El Canelo habló y me dijo: “nadie va a creerte. La vieja es mía.” Yo empecé a caminar de espaldas, hacia mi cuarto, pero esa cosa corrió muy rápido y me mordió la pierna. Creo que entonces me desmayé del miedo y cuando desperté en la mañana, estaba en mi cama, y ya tenía la marca de dientes en la pierna. Esa cosa que se hace pasar por Canelo debió hacerme algo para que olvidara lo que había pasado. Por eso me dolía la cabeza cuando trataba de recordar. En ese momento, me comenzó a picar la pierna, donde tengo la mordida. No son dientes de perro, parece la mordida de una persona…
Todo esto me llegó como un flashback, y la cabeza comenzó otra vez a dolerme. Pero no había duda, algo había matado a mi Canelito y se había hecho pasar por él. Recordé lo que me contaron Darío y Andrés, acerca de gente mala que venía del otro lado, brujos del desierto y que podían convertirse en animales y les gustaba terminar con la vida de otras personas. Eran capaces de imitar a otras personas y hacerse pasar por ellas, provocarles pesadillas y atormentarlos durante semanas. Me dio tanto miedo que me regresé corriendo a la casa, solo para encontrarme con el Canelo, o lo que fuera esa cosa, bloqueando la entrada. Ahora era más grande, era casi del tamaño de mi papá y sus ojos brillaban como dos focos verdes. En cuanto me vio, se me aventó rugiendo como el diablo, y me mordió el brazo.
Pero yo le clavé el machete en la barriga, haciendo que empezara a aullar muy fuerte y a decirme groserías con una voz horrible. Esa cosa empezó a botar sangre de la boca y se echó a correr hacia el monte, a la oscuridad. Mientras se iba, seguía maldiciéndome y diciendo que iba a regresar por mi y por mi hermanito, por toda mi familia. Cuando entré a la casa, no encontré al abuelo y creo que mi abuela ha fallecido, no se despierta, aunque la moví muy fuerte. Me encerré en mi cuarto. No sé qué hacer…
p.d.
Salí a buscar al abuelo, pero ya es de noche y me da miedo. He intentado llamar a la policía, aunque mi celular no tiene señal y el teléfono de la casa no funciona. Mientras buscaba al abuelo, en el patio vi el rastro de sangre que dejó la cosa esa mientras huía. Más adelante, encontré la piel del Canelo, ensangrentada y vacía. Seguro que aquel ser se la quitó y la tiró
como si fuera basura. Me regresé corriendo a casa y me encerré. He estado llorando por el pobre Canelo, no se merecía lo que le hicieron. Y llorando porque mis papás no vienen por mí. Yo los quiero mucho, aunque a veces no me entiendan. Tengo mucho miedo, porque se fue la luz y no encuentro la linterna del abuelo ni las velas que la abuela guarda en la alacena. Tampoco encuentro el machete. Y ahora escucho que algo está intentando entrar a la casa.
Escribo todo esto alumbrándome con la lámpara de mi celular para que, si me pasa algo, sepan que fue lo que realmente ocurrió. Me duele mucho mi brazo. Esconderé mi diario debajo del colchón. Ojalá esa cosa no lo encuentre. Si alguien encuentra mi diario, no piense que estoy loco por favor. Busquen en la zanja del potrero, ahi hallarán el cuerpo del Canelo de a de veras y sabrán que todo lo que les digo es cierto. Si no vuelvo a ver a mis papás quiero que sepan que los quiero y que también quiero a mi hermanito. Los ruidos que hace esa cosa, golpeando las paredes, son cada vez más fuertes y su risa de loco me da mucho miedo. Se está burlando de mí, porque estoy solo en la casa. También aúlla como un lobo, no puedo dejar de escucharlo, ni aunque me tape las orejas.
¡Creo que ya entró! Iré a esconderme. Me llamo Antonio López, tengo 13 años y no estoy loco. Alguien ayudeme
Este diario se halló en la casa de la familia Lopez durante las investigaciones del caso de desaparición de cuatro miembros de la familia (3 personas y un perro). El paradero de Eleuterio López (abuelo), Magdalena Reyes (abuela) y Antonio Lopez (presunto autor de este escrito) aún es desconocido. Las imágenes que se presentan a continuación se extrajeron del celular hallado en los linderos del terreno propiedad de los López. Presuntamente pertenece al niño desaparecido. Las investigaciones siguen en curso, y las fotografias, así como las evidencias halladas en la propiedad están siendo analizadas por un equipo de expertos con la esperanza de arrojar un poco de luz en este misterioso caso.
Historia original de Adrian Plancarte, escrita para Desde el Vacío. Las imágenes se crearon con un software de inteligencia artificial.
¿Cómo han estado? Me encontré una página en Facebook llamada Desde el vacío: Leyendas y Narraciones de horror, que irá subiendo cuentos cortos de horror en este mes de Octubre.
Les iré compartiendo las que me resulten interesantes. Que las disfruten
Diario de un niño desaparecido
Tiempo de lectura: 8 minutos.
22 de mayo 2019
Hoy nos cambiamos de casa. Yo no quería que nos mudáramos, pero mi papá no me hizo caso y mi mamá siempre hace lo que mi papá le ordena. Se supone que es porque acá estaremos muy cerca de la casa de la abuela, y como mi hermanito ya va a nacer, mamá necesita que alguien le ayude y la cuide. Odio que siempre piensan en todos, menos en mí.
Nadie me toma en cuenta para las decisiones de la casa, como si yo no existiera. ¡Y luego vivir casi en el desierto! Según me dijeron mis papás, estamos muy cerca de Estados Unidos, en particular, del desierto de Nuevo México. ¿Y por qué se llama así? ¿Vivimos en el México viejo? En fin. Todos mis amigos se quedan en la ciudad, y no sé como le voy a hacer para conocer a nuevas personas acá. El clima no me gusta. Cuando visitamos a la abuela, siempre me la paso mal porque hace mucho calor. La orientadora de mi secundaria me dijo que todos los cambios son oportunidades, pero no entiende lo que significa cambiar de vida. Ella me recomendó que empezara a escribir un diario, dice que me puede ayudar. Ojalá. Lo único bueno de vivir cerca de la abuela es el Canelo.
A veces quisiera tener otra familia.
26 de mayo 2019
Fue mi primer día en la escuela. No estuvo tan mal, pero todos me veían como si fuera un bicho raro. Menos mal tengo música en mi celular, el que me regaló mi tío Alfredo. Él sí que me entiende, es muy buena onda. Con mis ahorros me compré unos audífonos, así evito que me molesten las cosas que digan de mí en la escuela. Me gusta caminar con el Canelo. Es un perro muy grande, y desde que era un cachorro juega conmigo. La casa de la abuela está cerca de nuestra casa nueva, pero es nuestra única “vecina”.
La casa de mis otros tíos está a varios kilómetros, y casi no vienen, según me dice mi abuela. Ella y mi abuelo tienen una granja de pollos y cabras, y entre ambos las cuidan, con ayuda de Canelo, que es muy bravo para cuando se acercan coyotes. Mi abuelo ha matado a un par, y tiene sus pieles colgadas en la pared de su sala. Dice que un día de estos me va a enseñar a
usar el rifle para que le ayude a cuidar la casa.
14 de junio 2019
Tenía rato sin escribir, pero la verdad he estado ocupado con cosas de la escuela y con mis nuevos amigos. Se llaman Darío y Andrés, van conmigo en mi salón y es muy divertido salir con ellos. Cuando les conté donde vivía se quedaron asombrados, pues dicen que mi casa está muy aislada del pueblo. Me contaron algunas de las historias del desierto, de la gente del otro lado y se enojaron cuando me reí. Papá dice que esas son historias de gente de pueblo, que no deberíamos hacerles caso. En fin, mamá anduvo con dolores hoy y probablemente mi hermanito ya va a nacer.
¡Me emociona mucho por fin conocerlo!
15 de junio 2019
¡Hoy es el día! Mi mamá se sintió un poco mal, y tuvimos que llevarla al hospital. Ya se quedó, pues mi papá dice que ya está en trabajo de parto (aunque que yo sepa, mi mamá no trabaja). Me voy a quedar con mis abuelos, pues papá la acompañará. No me molesta quedarme con los
abuelos, aunque a veces mi celular no tiene señal. Lo bueno es que tengo mis audífonos y la música en mi celular. Además, ahí estará el Canelo.
p.d.
¡No recordaba que mi abuela cocinaba tan rico! Comimos mucho, y luego me dieron postre.Pero me pasó algo raro. Desde que me dejaron en la casa de los abuelos hoy en la tarde, el Canelo anduvo muy raro. Es un perro grande, de pelo café y muy alegre. Antes, cuando venía de visita, el Canelo se emocionaba de verme, y jugábamos mucho, Pero ahora, cuando quise
salir a caminar con el, me miró muy raro, como si estuviera enojado. Incluso me gruñó. Mi abuela me dijo que ya tenía un par de días que andaba raro. Me dijo que el Canelo había desaparecido durante dos noches, desde el viernes pasado. Incluso pensaron que lo habían envenenado o atropellado, pero regresó el lunes. Y cuando regresó, andaba muy arisco. Dice que es porque ya está viejo, aunque está muy raro. Cuando estábamos cenando, el Canelo se paró frente a mi y se me quedó viendo muy extraño, durante mucho tiempo, casi desde que empecé, hasta que terminé de comer. Le arrojé uno de los huesos del pollo que nos comimos y ni siquiera lo olió, y eso que el pollo es su favorito. El abuelo dice que desde regresó, Canelo no
ha querido comer, pero el perro no se ve flaco. De hecho, se ve muy fuerte, incluso más grande.Pero no quiere jugar conmigo, ni siquiera que me le acerque. Siento feo, pero no importa.
Supongo que es normal.
17 de junio 2019
Mamá tuvo algunas complicaciones, según me dijo mi papá cuando llamó por la mañana. Asíque tendré que quedarme más días con los abuelos. Está bien, no me molesta. Me la he pasado muy bien, pero mi abuela se ha sentido mal este par de noches. Tiene fiebre y dice que se siente débil, y tampoco ha podido dormir. Según me cuenta, ha tenido pesadillas, aunque no las recuerda. La llevamos a la farmacia, pero sólo le dieron vitaminas y le dijeron que descansara. Yo le ayudo con las cosas que me pide. Me preocupa porque cada vez se ve más demacrada. El Canelo sigue portándose extraño, ya no es el perro juguetón e inteligente que yo conocí.
19 de junio 2019
La abuela hoy no pudo levantarse, por lo que yo tuve que ayudar a cocinar y a echarle alimento a las gallinas y cabras con el abuelo. El Canelo ya me da miedo, se pasa todo el día echado en un rincón de la sala, mirándonos fijamente, siguiendo nuestros pasos con unos ojos muy raros. Siempre tiene la mirada perdida, a no ser que pasemos enfrente de el, porque entonces se te queda viendo con una especie de sonrisa. Ahora que recuerdo, desde que llegué acá, no lo he escuchado ladrar ni una sola vez, y eso que antes le ladraba hasta las moscas.
Quien sabe que tenga, parece que alguien le hubiera robado la alegría a mi Canelito.
21 de junio 2019
Hoy me costó mucho trabajo levantarme. De hecho, ni siquiera recuerdo a qué hora me dormí. Lo último que recuerdo es que estaba por irme a lavar los dientes y después, amanecí en mi cama. Me da pena escribir esto, pero me hice pipí en la cama. Tal vez sea porque tomé mucha agua en la noche.
Me sentí mareado y me dolía mucho la cabeza. Además, sé que estuve soñando algo feo, pero no logro recordar que fue. No quise ir a la escuela hoy, y mi abuelo me dio permiso para quedarme en casa. Dice que me veo pálido y que el se encargaría de la comida hoy. Mi abuela no pudo levantarse tampoco, anda muy débil. Todo el día he tenido la sensación de que estoy
olvidando algo.
p.d.
Dos cosas muy raras: Tengo una marca como de dientes en mi pierna. No recuerdo tampoco haberme pegado o lastimado (y obviamente yo no me mordí a mi mismo) Y luego, hace rato, ya que estaba oscureciendo, salí a meter a las gallinas al corral, y escuché unos susurros en la parte de atrás del gallinero. Me asomé pensando que era el abuelo, pero sólo vi al Canelo, que estaba sentado y mirando hacia el monte. Volteó muy lento cuando se dio cuenta que yo estaba ahí. Se me quedó viendo y estoy casi seguro de que me sonrió. Era una sonrisa fea. ¿Sería él quien susurraba? De repente se paró y comenzó a caminar hacia mí, y yo mejor me metí corriendo, me dio mucho miedo. Los ojos de Canelo brillaban muy raro. Antes yo creía que se
estaba portando raro, pero ahora le tengo mucho miedo. Ojalá que mi mamá salga pronto del hospital y nos vayamos a casa con mi hermanito.
22 de junio 2019
No sé como escribir esto. Estoy muy asustado, y me encerré en el cuarto porque no sé que hacer. Descubrí que fue lo que pasó ayer, lo que no podía recordar. Hoy fui a la escuela, aunque me seguía doliendo la cabeza. No quería estar en la casa, ni cerca de Canelo. Mi abuela está muy mal, y el abuelo parece que anda distraído, se queda parado en medio del patio, como si esperara a alguien. Mis papás no han venido por mi y tengo miedo de que ya nunca vengan. Hace rato que llegué de la escuela, el abuelo me dijo que fuera por leña al potrero que está a la orilla del terreno. Le pedí que me acompañara, pero insistió en que fuera yo solo, así que agarré el machete (era raro que me lo prestara y eso me emocionó un poco) y fui por la leña.
Cuando llegué a donde se amontona la leña, vi que había una zanja que habían rellenado con piedras. No recordaba haber visto esa zanja antes, pero me di cuenta de que se veía algo como un hueso asomándose en los huecos que quedaban entre las piedras. Iba a irme, eso hubiera sido lo mejor, pero algo me dijo que tenía que saber que había ahí. Así que tomé un palo y empecé a mover algunas de esas piedras. Terminé descubriendo el cuerpo de un perro. Me asusté mucho, pero era imposible que fuera mi Canelo, él estaba en la casa, con mis abuelos. No estaba seguro, el cuerpo del perro no tenía piel, parecía que se la habían arrancado por completo. Con el machete, revisé el hocico del perro muerto, sólo para ver el colmillo roto que siempre fue seña del Canelo que yo conocía (se lo rompió una vez que estábamos jugando con hueso de res) Pero si ese cuerpo de la zanja era el de Canelo, ¿quién o qué era lo que había estado viviendo en la casa de los abuelos? En ese momento, de golpe, recordé todo lo que había pasado la noche anterior:
Fui a lavarme los dientes, y mientras caminaba al baño, sin querer me asomé al cuarto de la abuela, para ver como estaba. Pero lo que vi fue horrible. El Canelo estaba encima de la abuela, y un vapor verdoso salía de la boca de mi abuela, y el hocico del perro parecía absorberlo. En ese momento, supe que el Canelo o esa cosa que se hacía pasar por el Canelo le estaba robando la vida a mi abuela, y que por eso ella estaba tan demacrada y débil. Yo grité y en ese momento, el perro miró hacia mí. Pero su cara no era la de Canelo, era algo horrible, tenía la cara de un demonio o algo aterrador. Se bajó de la cama, y luego se levantó en sus dos patas traseras. Incluso escuché los crujidos de sus huesos al tomar esa posición. Y luego, empezó a carcajearse. Yo estaba parado ahí sin poder moverme, y sentí caliente en mi pijama, me había hecho pipi del miedo. El Canelo habló y me dijo: “nadie va a creerte. La vieja es mía.” Yo empecé a caminar de espaldas, hacia mi cuarto, pero esa cosa corrió muy rápido y me mordió la pierna. Creo que entonces me desmayé del miedo y cuando desperté en la mañana, estaba en mi cama, y ya tenía la marca de dientes en la pierna. Esa cosa que se hace pasar por Canelo debió hacerme algo para que olvidara lo que había pasado. Por eso me dolía la cabeza cuando trataba de recordar. En ese momento, me comenzó a picar la pierna, donde tengo la mordida. No son dientes de perro, parece la mordida de una persona…
Todo esto me llegó como un flashback, y la cabeza comenzó otra vez a dolerme. Pero no había duda, algo había matado a mi Canelito y se había hecho pasar por él. Recordé lo que me contaron Darío y Andrés, acerca de gente mala que venía del otro lado, brujos del desierto y que podían convertirse en animales y les gustaba terminar con la vida de otras personas. Eran capaces de imitar a otras personas y hacerse pasar por ellas, provocarles pesadillas y atormentarlos durante semanas. Me dio tanto miedo que me regresé corriendo a la casa, solo para encontrarme con el Canelo, o lo que fuera esa cosa, bloqueando la entrada. Ahora era más grande, era casi del tamaño de mi papá y sus ojos brillaban como dos focos verdes. En cuanto me vio, se me aventó rugiendo como el diablo, y me mordió el brazo.
Pero yo le clavé el machete en la barriga, haciendo que empezara a aullar muy fuerte y a decirme groserías con una voz horrible. Esa cosa empezó a botar sangre de la boca y se echó a correr hacia el monte, a la oscuridad. Mientras se iba, seguía maldiciéndome y diciendo que iba a regresar por mi y por mi hermanito, por toda mi familia. Cuando entré a la casa, no encontré al abuelo y creo que mi abuela ha fallecido, no se despierta, aunque la moví muy fuerte. Me encerré en mi cuarto. No sé qué hacer…
p.d.
Salí a buscar al abuelo, pero ya es de noche y me da miedo. He intentado llamar a la policía, aunque mi celular no tiene señal y el teléfono de la casa no funciona. Mientras buscaba al abuelo, en el patio vi el rastro de sangre que dejó la cosa esa mientras huía. Más adelante, encontré la piel del Canelo, ensangrentada y vacía. Seguro que aquel ser se la quitó y la tiró
como si fuera basura. Me regresé corriendo a casa y me encerré. He estado llorando por el pobre Canelo, no se merecía lo que le hicieron. Y llorando porque mis papás no vienen por mí. Yo los quiero mucho, aunque a veces no me entiendan. Tengo mucho miedo, porque se fue la luz y no encuentro la linterna del abuelo ni las velas que la abuela guarda en la alacena. Tampoco encuentro el machete. Y ahora escucho que algo está intentando entrar a la casa.
Escribo todo esto alumbrándome con la lámpara de mi celular para que, si me pasa algo, sepan que fue lo que realmente ocurrió. Me duele mucho mi brazo. Esconderé mi diario debajo del colchón. Ojalá esa cosa no lo encuentre. Si alguien encuentra mi diario, no piense que estoy loco por favor. Busquen en la zanja del potrero, ahi hallarán el cuerpo del Canelo de a de veras y sabrán que todo lo que les digo es cierto. Si no vuelvo a ver a mis papás quiero que sepan que los quiero y que también quiero a mi hermanito. Los ruidos que hace esa cosa, golpeando las paredes, son cada vez más fuertes y su risa de loco me da mucho miedo. Se está burlando de mí, porque estoy solo en la casa. También aúlla como un lobo, no puedo dejar de escucharlo, ni aunque me tape las orejas.
¡Creo que ya entró! Iré a esconderme. Me llamo Antonio López, tengo 13 años y no estoy loco. Alguien ayudeme
Este diario se halló en la casa de la familia Lopez durante las investigaciones del caso de desaparición de cuatro miembros de la familia (3 personas y un perro). El paradero de Eleuterio López (abuelo), Magdalena Reyes (abuela) y Antonio Lopez (presunto autor de este escrito) aún es desconocido. Las imágenes que se presentan a continuación se extrajeron del celular hallado en los linderos del terreno propiedad de los López. Presuntamente pertenece al niño desaparecido. Las investigaciones siguen en curso, y las fotografias, así como las evidencias halladas en la propiedad están siendo analizadas por un equipo de expertos con la esperanza de arrojar un poco de luz en este misterioso caso.
Historia original de Adrian Plancarte, escrita para Desde el Vacío. Las imágenes se crearon con un software de inteligencia artificial.
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And one day the girl with the books, became the woman writing them [Kristen Costello]