15 Oct, 2023, 03:05 PM
La Laguna.
Tiempo de lectura: 2 minutos.
Para celebrar su primer año en la universidad, seis amigos decidieron pasar unos días de acampada, en un bosque lejos de la ciudad. Después de conducir por varias horas desde el pueblo más cercano, descubrieron que había una preciosa laguna situada a un lado de un barranco, la cual era ideal para bucear. Instalaron su campamento en un claro del bosque y pasaron la tarde nadando en el agua cálida y clara.
Cuando el sol se hundió detrás de los árboles, uno de los amigos, el más intrépido, fue hasta el punto más alto del barranco y saltó a las aguas, mientras que los otros cinco lo observaban divertidos. Sin embargo, la risa del grupo se atenuó lentamente a medida que esperaban a que su amigo saliera a la superficie. Solo les tomó medio minuto para que se lanzaran al agua en búsqueda de su compañero, quien a esas alturas, debía estar a punto de ahogarse. Las aguas de la laguna, claras durante el día, ahora eran oscuras, plagadas de troncos y algas que amenazaban con hundirles en la oscuridad. Durante varias horas lo buscaron inútilmente. Al final, se dieron por vencidos. Se liberaron de las aguas oscuras y subieron a la superficie, pero nunca vieron a su amigo de nuevo.
Con el corazón roto, regresaron a la ciudad y experimentaron un año solitario y extraño, en el que su único consuelo era el conocimiento de que regresarían a la laguna para honrar el aniversario de la muerte de su amigo.
Pasó un año y regresaron a la laguna a manera de homenaje. Al acercarse a la orilla, increíblemente, vieron a su amigo parado ahí con la cabeza inclinada, en un gesto que parecía de mucha tristeza. El grupo de amigos no podía creer lo que sus ojos miraban. Emocionados, le llamaron y comenzaron a dirigirse hacia él, pero el chico parecía no escucharles; no se dio la vuelta. A medida que se acercaban, lo llamaban más desesperadamente, pero fue en vano. El joven bajó del acantilado y se marchó, sin mirarles.
Los cinco amigos corrían agitando los brazos hacia su amigo, pero se detuvieron en seco cuando vieron que no había una cruz en la orilla de la laguna, sino que había cinco.
Crédito a su autor.
Imagen: Desde el Vacío.
Tiempo de lectura: 2 minutos.
Para celebrar su primer año en la universidad, seis amigos decidieron pasar unos días de acampada, en un bosque lejos de la ciudad. Después de conducir por varias horas desde el pueblo más cercano, descubrieron que había una preciosa laguna situada a un lado de un barranco, la cual era ideal para bucear. Instalaron su campamento en un claro del bosque y pasaron la tarde nadando en el agua cálida y clara.
Cuando el sol se hundió detrás de los árboles, uno de los amigos, el más intrépido, fue hasta el punto más alto del barranco y saltó a las aguas, mientras que los otros cinco lo observaban divertidos. Sin embargo, la risa del grupo se atenuó lentamente a medida que esperaban a que su amigo saliera a la superficie. Solo les tomó medio minuto para que se lanzaran al agua en búsqueda de su compañero, quien a esas alturas, debía estar a punto de ahogarse. Las aguas de la laguna, claras durante el día, ahora eran oscuras, plagadas de troncos y algas que amenazaban con hundirles en la oscuridad. Durante varias horas lo buscaron inútilmente. Al final, se dieron por vencidos. Se liberaron de las aguas oscuras y subieron a la superficie, pero nunca vieron a su amigo de nuevo.
Con el corazón roto, regresaron a la ciudad y experimentaron un año solitario y extraño, en el que su único consuelo era el conocimiento de que regresarían a la laguna para honrar el aniversario de la muerte de su amigo.
Pasó un año y regresaron a la laguna a manera de homenaje. Al acercarse a la orilla, increíblemente, vieron a su amigo parado ahí con la cabeza inclinada, en un gesto que parecía de mucha tristeza. El grupo de amigos no podía creer lo que sus ojos miraban. Emocionados, le llamaron y comenzaron a dirigirse hacia él, pero el chico parecía no escucharles; no se dio la vuelta. A medida que se acercaban, lo llamaban más desesperadamente, pero fue en vano. El joven bajó del acantilado y se marchó, sin mirarles.
Los cinco amigos corrían agitando los brazos hacia su amigo, pero se detuvieron en seco cuando vieron que no había una cruz en la orilla de la laguna, sino que había cinco.
Crédito a su autor.
Imagen: Desde el Vacío.
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And one day the girl with the books, became the woman writing them [Kristen Costello]