[MarcosTroncoso]

Si...si... habéis leído bien el título... el Demonio o Satanás o Diablo o el Angel Negro Lucifer o Belcebu ..o el ángel más bello y querido...es el protagonista de este post ...
¿Sientes algún rechazo y a la vez cierta curiosidad? ...si...yo sé que sea cual sea tu opción, vas a leer este post hasta el final...no te sientas mal , eres humano...

Hacer pactos con el Diablo ¿Es posible? Dicen que todos podemos hacerlo pero no todos usamos ese ofrecimiento, digo " ofrecimiento" porque toda persona creyente acepta que será tentada por el Demonio, pero en realidad...¿Quién tienta a quien? dicen que el Diablito o Satanás quiere apoderarse de las almas y ha de concederles algo para obtenerlas, más también podemos mirarlo desde el otro lado...del lado del ser humano que  puede obtener del Diablo aquello que más desea concediéndole algo.
En cualquiera de los dos casos, ambos dan y ambos obtienen ganancia...

No quiero extenderme, os comparto esta canción de Amaral que es de mis favoritas, trata de una mujer que ama a un hombre que parece inalcanzable por varios motivos...por la distancia...por estar casado y por la diferencia de edad, es un AMOR complicado, pero ella está dispuesta a jurarle al mismísimo ángel Negro que si rompe todo lo que le separa de él ...le dará su alma...

¿Que otras canciones conoces con este tema tan sensible?

Uff! por fin volvió la electricidad. 
Pude recuperar lo escrito, así que lo comparto. 
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Hola, Betfagué. 
Muy interesante el hilo que propones. 
Hace un par de años estuve cautivado por la figura del "Diablo" y leí cuanta literatura encontré al respecto, desde lo más canónico y anatematizador hasta lo más romántico y reivindicativo. 
Recuerdo que me colaba a la tercera planta (¿o sería la cuarta) de la neogótica biblioteca de la Universidad Federico Santamaría, en Valparaíso, Chile. El lugar era demasiado humanista por ser frecuentado por la masa estudiantil, (tendiente más hacia los números que no a las letras), y contaba además con toda una sección dedicada a la enigmática y compleja figura del "Diablo". Allí, en compañía de mi curiosidad, soledad y mis temores, me lo leí todo sobre él. Bien poco recuerdo, eso sí, de todas esas lecturas. 20 años han pasado de esas, mis primeras incursiones hacia el "mundano-mundo" (¡uf!, ¡cómo pasa el tiempo!).
¿De canciones? 
La verdad es que no sé de ninguna que trate sobre el "Suprascripto". Pero, en compensación, te puedo contar una anécdota de mi tierra que se relaciona con él. Espero la disfrutes (usaré un poco el estilo de lenguaje "acampesinado" de mi tierra para generar ambiente, ¿vale?, así que no seas muy exigente con las cuestiones gramaticales, ¿ok?)

"En las zonas rurales de Chile existe la creencia de que si esperas al Diablo debajo de una higuera con una guitarra, en la noche de San Juan, éste te la enseñará a tocar. Pues bien, hace un par de años, escuché una anécdota relatada por un muchacho en una radio de la localidad donde yo residía. Este chico contó que en la noche de San Juan del año anterior, él y su guitarra se habían animado a esperar sentados al Diablo debajo de una higuera grande que había en el patio de su casa. El caso es que, a eso de las 12 de la noche, y sin el ruido de un alma, él, de pronto, comenzó a sentir los pies muy-muy helados y comenzó a ver que todo a su alrededor se agigantaba. Sobrecogido de terror, pensó que lo que estaba viviendo era la clara evidencia de la inminente presencia de "Don Sata" (que así se le llama al Diablo en mi país, entre muchos otros nombres). Sin esperar a que se le apareciera "El Hombre", para darle su musical lección, -atemorizado-, corrió como un galgo a guarecerse al interior de su casa. Su familia lo vio entrar, desesperado y pálido, y así mismito se fue a acostar, sin mediar una palabra. 
Al otro día, al levantarse, y todavía preso del susto, le pidió a su padre que lo acompañara a recuperar silla y guitarra, que en la huida habían quedado abandonadas. 
Grande fue su sorpresa al llegar al lugar y percatarse que justo-justito donde él estaba sentado la noche anterior, -debajo de la higuera-, yacía la guitarra toda embarrada y la silla, -también en el barro-, a medio enterrar.
Grande fue su sorpresa al recordar que justo-justito a las doce de la noche del día anterior, abrían las compuertas de regadío que permitían el paso de agua hacia diversos esteros (arroyuelos) que conducían el agua a las chacras cercanas, uno de los cuales pasaba, justo-justito, debajo de la higuera grande del patio de su casa.
Grande fue su sorpresa al concluir, entonces, que el frío de sus pies de la noche anterior no era la inminente cercanía del "Maligno" sino que simplemente del agua se trataba y, por consiguiente, que el agigantamiento del entorno no era la proverbial presencia del "Mandinga" sino que la silla, por la natural acción del agua y el reblandecimiento de la tierra, a medio enterrar reposaba."

Moraleja: Y así como ésta, deben haber muchísimas más apariciones que, por no esperar la luz del sol, quedan sin ser reveladas. Así nacen las leyendas, así, los cuentos de hadas... 
Un abrazo y espero te haya gustado esta pequeña anécdota de mi tierra.