03 Mar, 2025, 04:17 PM
Como se ha venido comentando, el artículo de estudio 2 de La Atalaya de enero 2025 sugiere un cambio con respecto a las prácticas sexuales dentro del matrimonio. Los Anuncios y Recordatorios de marzo de 2025 lo confirman:
Con anterioridad, y tal como indica la revista de 1983, se hablaba de "prácticas sexuales pervertidas" dentro del matrimonio y se les definía como "las diversas clases de actividades sexuales que pudieran tener lugar en una casa de prostitución, donde se venden y compran favores sexuales". Otras actividades podían entrar como "inmundicia". En términos generales esto se traducía a que prácticas como sexo oral, anal y quizá otros juegos sexuales (foreplay o juego previo) podían conducir a que alguien dejara de ser ejemplar, no pudiera recibir "privilegios especiales" o, incluso a ser atendido en un comité.
Desde aquel entonces la revista ya indicaba que no correspondía a los ancianos estar vigilando los asuntos maritales. Y dado que estos asuntos ocurren en pareja, mientras se mantuvieran en privado o en secreto por la pareja y no llegaran a los oídos de la congregación, todo quedaba en un terreno un tanto seguro.
La revista del 2025 admite que la Biblia no especifica qué es o no es una práctica sexual pura o impura en el matrimonio y por tanto se traduce a un asunto de conciencia, que debe permanecer como asunto íntimo y exclusivo de la pareja. Mientras se mantenga privado y no genere controversia en la congregación, lo que se haga en la cama con su conyuge no debería importar para considerar o no a alguien ejemplar. Y es una llamada de advertencia de que los ancianos no deberían de indagar en estos asuntos.
Al final me quedo con dos cosas. Primero, este asunto, como el de las barbas, vuelve a traer el tema de decisiones que cada individuo o pareja debe tomar ejerciendo su libre albedrío y no por lo que dicte un grupo de viejos. Y segundo, este es otro ejemplo de cómo "las Escrituras" pueden torcerse al antojo y que si el CG quiere hacer creer a sus ovejas que ayer el cielo era verde y hoy es rosa porque lo dice la Biblia, lo hará.
Cita:Relaciones íntimas en el matrimonio. El artículo “Esposos, denles honra a sus esposas”, publicado en La Atalaya de enero de 2025, párrafo 17 y nota, modifica lo que se dijo en La Atalaya del 15 de julio de 1983, páginas 30 y 31. Dado que, en términos generales, un matrimonio no hablaría con otras personas sobre este aspecto íntimo de la vida conyugal, no habría razón para que los ancianos se involucraran. Sin embargo, si una pareja pide consejo, los ancianos deben basar sus comentarios en los principios bíblicos y en la información de La Atalaya de enero de 2025 (Efes. 5:10).
Con anterioridad, y tal como indica la revista de 1983, se hablaba de "prácticas sexuales pervertidas" dentro del matrimonio y se les definía como "las diversas clases de actividades sexuales que pudieran tener lugar en una casa de prostitución, donde se venden y compran favores sexuales". Otras actividades podían entrar como "inmundicia". En términos generales esto se traducía a que prácticas como sexo oral, anal y quizá otros juegos sexuales (foreplay o juego previo) podían conducir a que alguien dejara de ser ejemplar, no pudiera recibir "privilegios especiales" o, incluso a ser atendido en un comité.
Desde aquel entonces la revista ya indicaba que no correspondía a los ancianos estar vigilando los asuntos maritales. Y dado que estos asuntos ocurren en pareja, mientras se mantuvieran en privado o en secreto por la pareja y no llegaran a los oídos de la congregación, todo quedaba en un terreno un tanto seguro.
La revista del 2025 admite que la Biblia no especifica qué es o no es una práctica sexual pura o impura en el matrimonio y por tanto se traduce a un asunto de conciencia, que debe permanecer como asunto íntimo y exclusivo de la pareja. Mientras se mantenga privado y no genere controversia en la congregación, lo que se haga en la cama con su conyuge no debería importar para considerar o no a alguien ejemplar. Y es una llamada de advertencia de que los ancianos no deberían de indagar en estos asuntos.
Al final me quedo con dos cosas. Primero, este asunto, como el de las barbas, vuelve a traer el tema de decisiones que cada individuo o pareja debe tomar ejerciendo su libre albedrío y no por lo que dicte un grupo de viejos. Y segundo, este es otro ejemplo de cómo "las Escrituras" pueden torcerse al antojo y que si el CG quiere hacer creer a sus ovejas que ayer el cielo era verde y hoy es rosa porque lo dice la Biblia, lo hará.