13 Aug, 2025, 12:54 PM
Hola, @Pablo Lopez M .
Efectivamente, hay gente que no desea pisar nunca más algo que tenga que ver con la secta.
Pero no todos los "sacados" lo son por ser pecadores inconfesos o pymos que se revelan. Muchos de ellos son personas fieles que reciben malos tratos de parte de los ancianos que atienden el Comité, incluso pasando por alto las nuevas instrucciones.
Conocí un caso, por ejemplo, donde un anciano participó en el Comité de su propio cuñado, con el que tenía diferencias. Dos años estuvo expulsado, y aunque había enviado cartas para su readmision durante ese tiempo, nunca le permitieron volver. Para hacerlo, se mudó de congregación y fue readmitido a los cuatro meses, con los nuevos cambios.
Personas así, consideradas ovejas sinceras con su fe, son quienes sufren el ostracismo por anuncios ocultos como el que señala esta carta, pues los publicadores de a pie nunca se enteran de este tipo de políticas dañinas.
Efectivamente, hay gente que no desea pisar nunca más algo que tenga que ver con la secta.
Pero no todos los "sacados" lo son por ser pecadores inconfesos o pymos que se revelan. Muchos de ellos son personas fieles que reciben malos tratos de parte de los ancianos que atienden el Comité, incluso pasando por alto las nuevas instrucciones.
Conocí un caso, por ejemplo, donde un anciano participó en el Comité de su propio cuñado, con el que tenía diferencias. Dos años estuvo expulsado, y aunque había enviado cartas para su readmision durante ese tiempo, nunca le permitieron volver. Para hacerlo, se mudó de congregación y fue readmitido a los cuatro meses, con los nuevos cambios.
Personas así, consideradas ovejas sinceras con su fe, son quienes sufren el ostracismo por anuncios ocultos como el que señala esta carta, pues los publicadores de a pie nunca se enteran de este tipo de políticas dañinas.
«El Cuerpo Gobernante no recibe revelaciones divinas ni es infalible. Por lo tanto, puede equivocarse en temas doctrinales y cuestiones de organización».
— La Atalaya, febrero de 2017, pág. 26, § 12.