[Pablo Lopez M]

Mismo patrón en la historia que pasó en mi localidad. El costo de los salones para la Conmemoración era bastante elevado, así que en una congre se les ocurrió ir a pedir prestado un almacén de buen tamaño con un hermano supuestamente inactivo. Mandaron a pedir el favor a un anciano que mantiene relaciones comerciales con él.

Esta persona aceptó el trato de prestar el almacén y hubo que ir a limpiarlo. En la plática con él, varios hermanos se dieron cuenta que en realidad él no estaba inactivo, sino que había sido expulsado. ¿Y quién lo había expulsado? Uno de los ancianos de la misma congregación que "curiosamente" se reportó enfermo y nunca dio la cara mientras se iba limpiaba el almacén. Solo asistió hasta el día de la Conmemoración. ¿Por qué no les comunicó a los otros ancianos que el dueño del almacén estaba expulsado? ¿Por qué ni siquiera objetó debido a ese pequeño detalle? ¿Por qué nunca quiso dar la cara frente al dueño? Por mera conveniencia, por memoria selectiva.

Cuando conviene a sus intereses, el espíritu santo baja sus criterios y estándares de santidad.

Usar el almacen de un expulsado para la reunion teocratica mas importante del año suena muy extraño, no es lo normal por decir lo menos. Lo habra sabido el supermantenido de circuito? la sucursal dijo algo al respecto?