[Quinto Mucio Escévola]

Soy PIMO. Dada el nulo apoyo bíblico a la negativa de las transfusiones sanguíneas, no tengo la menor duda de que si yo, o mi esposa o mis descendientes, necesitamos una transfusión de sangre, la aceptaría con completa normalidad y tranquilidad. La vida es el bien supremo. No encaja en la doctrina cristina esa autoinmolación. Por ello, lo que digan los ocho fantásticos y sus adalides en las congregaciones, como comprenderéis, no influirá en mi decisión de agradar a Abbá y de cuidar el bien supremo que ha depositado a mi cuidado, mi vida y la de los mios.

Nota: hoy en día no se realizan transfusiones de sangre, se realizan transfusiones de alguno de sus componentes.

Quinto Mucio Escévola