26 Dec, 2017, 08:33 PM
Estoy terminando de leer el libro La diversidad de la ciencia, libro póstumo de Carl Sagan lanzado en el año 2006 con motivo del décimo aniversario de su fallecimiento. Está muy interesante, quisiera compartir un párrafo muy breve que me gustó mucho.
Un miembro del auditorio le hizo la pregunta que titula el presente hilo. La respuesta suya fue la siguiente:
Una pregunta simple: ¿cómo reconocemos la verdad? Por supuesto, es difícil. Pero hay unas cuantas reglas sencillas. La verdad tiene que tener coherencia lógica. No debe contradecirse; es decir, hay algunos criterios lógicos. Tiene que estar en concordancia con lo que ya sabemos. Ése es un aspecto más que hace que los milagros sean cuestionables. Sabemos muchas cosas del universo: una diminuta parte, sin duda, una parte lamentablemente diminuta, pero en todo caso sabemos algunas cosas con bastante fiabilidad. Así, cuando buscamos la verdad, deberíamos estar seguros de que no está en desacuerdo con todo lo demás que sabemos. También deberíamos prestar atención a las ganas que tenemos de dar crédito a una opinión determinada. Cuanto más deseemos creerla, más escépticos tenemos que ser. Eso implica cierta autodisciplina valerosa. Nadie dice que sea fácil. Creo que esos tres principios al menos aventarán una gran cantidad de paja. No hay garantía de que lo que quede sea verdad, pero al menos reducirá significativamente el campo del discurso.
Un miembro del auditorio le hizo la pregunta que titula el presente hilo. La respuesta suya fue la siguiente:
Una pregunta simple: ¿cómo reconocemos la verdad? Por supuesto, es difícil. Pero hay unas cuantas reglas sencillas. La verdad tiene que tener coherencia lógica. No debe contradecirse; es decir, hay algunos criterios lógicos. Tiene que estar en concordancia con lo que ya sabemos. Ése es un aspecto más que hace que los milagros sean cuestionables. Sabemos muchas cosas del universo: una diminuta parte, sin duda, una parte lamentablemente diminuta, pero en todo caso sabemos algunas cosas con bastante fiabilidad. Así, cuando buscamos la verdad, deberíamos estar seguros de que no está en desacuerdo con todo lo demás que sabemos. También deberíamos prestar atención a las ganas que tenemos de dar crédito a una opinión determinada. Cuanto más deseemos creerla, más escépticos tenemos que ser. Eso implica cierta autodisciplina valerosa. Nadie dice que sea fácil. Creo que esos tres principios al menos aventarán una gran cantidad de paja. No hay garantía de que lo que quede sea verdad, pero al menos reducirá significativamente el campo del discurso.
Ubi dubium ibi libertas (Donde hay dudas hay libertad)
"La verdad nunca teme ser examinada, la mentira sí."