15 Mar, 2019, 06:07 AM
Buenos días a todos
Años dentro de la organización: hasta los 37
Estado actual: desasociado
Llevo años leyendoos, a algunos desde el foro de los fuentes, pero es la primera vez que doy el paso de escribir mi pequeña experiencia, y creo que lo hago por necesidad.
Vivo en España, y no quiero dar muchos datos específicos por que aún tengo familia dentro, y no quiero que sepan quien soy, aunque si alguien que me conoce lo lee me va a identificar fácil.
Me bauticé en mi adolescencia, en parte sabiendo que era lo que tenía que hacer, ya que mis padres eran testigos y yo me crie así desde que nací, y en parte por que vi que mis mejores amigos ya estaban dando el paso. La verdad que aunque era joven, todo el mundo me veía como un joven maduro, y tenían muchas esperanzas puestas en mi, y eso me hacía sentir bien. He de decir que nunca he alcanzado mayores privilegios que los de un bautizado normal, en parte por que no lo vieron los ancianos factible, y luego por que yo ya no me sentía merecedor de ellos y deje de esforzarme.
Al poco de mi bautismo, siendo aún joven, conocí a una hermana de otra ciudad, la que hoy puedo decir que fue mi primer amor. Precursora, espiritual, guapa, puedo decir que me enamore sin duda. Iniciamos una pequeña relación por carta, antes no había messenger, watshap y se estaba empezando con los móviles. Nos veíamos cuando podíamos que eran pocas veces por que aún yo no trabajaba ni tenía coche y nos separaban bastantes kilómetros. Los primeros abrazos, el primer beso, y lo que se prometen todos los enamorados. Nunca nos sobrepasamos en cuanto a lo que se espera de un cristiano.
A los pocos meses me entero de que esta chica había sido censurada en la congregación, y yo, como la quería le llamo, pregunto que ha pasado, que no pasa nada, que ahora haga las cosas bien y yo la ayudaré, etc . Y lo que la pasaba es que había dejado de creer, así que decidió que lo mejor era dejar lo nuestro, por que yo si creía, y quiso romper esa relación. Aquello me dolió mucho, era la primera vez que me ocurría, y bueno, pues lo normal, hasta que se pasa. Siempre me quedo la espinita de que podía haber sido el amor de mi vida, pero que por la religión no pudo ser.
Gracias a que tenía un gran grupo de amigos cristianos, de los cuales aún guardo muy buen recuerdo, pude recomponerme, y seguir adelante. Al cabo de año y algo empiezo una relación con una hermana que ya conocía de siempre. Yo sabía que le gustaba, y ella no se como ni por que me empezó a gustar también. Así que empezamos el noviazgo.
Al tiempo de esto, en mi casa mis padres estaban fatal en su relación, hasta el punto que mi madre decidió romper con todo, se separaron y ella se desasocio. Ella siempre ha sido muy trabajadora, y creo que la presión del trabajo, de la vida teocrática, y cosas que no puedo contar qué ocurrieron, desencadenó en eso. Cómo debió verse la pobre para dejar a sus dos hijos de la noche a la mañana, con todo lo que se había esforzado por sacarlos adelante. Esto hizo mella en mi. Ahora ya no podría tener trato con mi madre, incluso sabiendo que se quedaba sola. Me partía el alma, pero ya sabéis muchos de vosotros cómo funciona esto, estaba empezando una relación con otra precursora, y tenía que confiar en Jehová, y serle leal. Así que con todo el dolor que me producía, corte mi trato con ella, quedándome a vivir con mi padre y hermano. Mi hermano al poco abandono la organización, no estaba bautizado, y aunque no corte el trato igual, pues nos distanciamos muchísimo.
Seguramente esto hizo que me apoyara más en mi nueva relación amorosa. Me había vuelto a enamorar, y eso me hacía sentir muy feliz. Pero surgieron los peligros de una relación cuando se es muy joven y fogoso, como era mi caso. Nos extralimitamos en nuestras muestras de afecto, y empezaron los remordimientos de conciencia, remordimientos que jamás nos abandonarían. Ya teníamos planeado todo, casa, boda y vida. Si confesábamos sabíamos que no nos darían el discurso y estropearíamos todos los planes de boda, así que no fuimos capaces de hacerlo. Yo en mi interior acallaba mi conciencia diciendo que ya confesaría más adelante. Los dos veníamos mucha familia dentro de los testigos, y no estábamos preparados para dar un disgusto así, y nos daba mucho miedo confesar por las posibles consecuencias.
Nos casamos, y la verdad que ahora puedo decir que fue maravilloso, que pasamos unos años buenísimos, que fuimos muy felices los dos, y que no lo cambiaria por nada del mundo, de verdad.
Pero el día de la boda fue muy triste para mi que mi madre no me pudiera acompañar, fue horrible, y aún no me lo he perdonado. Ninguna madre merece no estar el día de la boda de su hijo, lo mires como lo mires. Pero como muchos sabéis, esto hubiera supuesto que no fuera ningún invitado casi, ya que casi todo el mundo era testigo de Jehova.
Como decía fueron años muy felices, pero es verdad que los remordimientos de vez en cuando salían a relucir, y eso iba minando en nosotros. Seguíamos nuestra rutina de vida Cristiana, reuniones, predicar, asambleas, estudio para la reunión. Pero en el fondo de nuestro corazón teníamos la culpa de lo que habíamos hecho así que no dejaba de pensar que todo lo que hacía, todo el tiempo que invertía, era en balde, porque era un pecador, y que Jehová no veía lo que hacía, ya que no estaba limpio. Y mi esposa estaba como yo. Pero con los años, te endureces, y aunque esta ahí, lo escondes para poder vivir. Yo soy muy sensible y creo que todo me afecta demasiado. El tener esto dentro hizo que nunca me esforzara por alcanzar privilegios de servicio, no podría aceptarlos por que yo sabía lo que había, y no podría soportar más carga. Así que siempre que me abordaban los ancianos para ver si podían ayudarme en mi progreso les daba largas, que si el trabajo me deja agotado, que si no me da tiempo, que si voy a esforzarme más , etc.... en casa tampoco teníamos una rutina de estudio de familia, ni nada asi, por que para que emplear más tiempo para nada?
Estuvimos en un grupo de idiomas, el cual me exigió mucho tiempo. Trabajaba en esa época 10 horas, curso, reuniones, preparación, estaba exhausto. No podía más, y encima con el remordimiento de saber que a Jehová no le servía todo mi sacrificio. Estuve así unos dos años. Decidimos dejar el grupo, y volver a la congregación de nuestro idioma y fue un alivio, la verdad.
Ahora que tenía más tiempo, decidí aplicarme un poco más al estudio de la biblia, que a lo mejor eso me daría fuerzas para confesar y poder vivir feliz dentro de la organización y en paz conmigo mismo.
De esto hace ya como 5 años más o menos. Y decido empezar por lo que más me motivaba , que eran las profecías. Y como no, empecé por la más importante, por la de las 70 semanas, quería entenderla bien y poder explicarla en condiciones a cualquiera con pelos y señales. Y empecé a investigar, no solo en las publicaciones, sino que buscando apoyos fuera, ya que siempre se nos ha dicho que toda la verdad tiene apoyo de la arqueología, y bla bla bla
Y ya os podéis imaginar. Empiezo a alucinar viendo que no cuadran las cosas, empiezo a ver blogs que explican que el 607 es un error, y que nadie, salvo los testigos apoya esa fecha. No sabía que creer. Ahí empezó otra crisis de conciencia más. Un montón de interrogantes empiezan a pasar por mi cabeza. Y si esto que leo es verdad, habrá más cosas que estén equivocadas? Claro, internet es un arma poderosa, y en manos de alguien curioso como yo, pues más aún. Siempre he sido de la idea de que de todo hay que saber las dos o más versiones, y que no te puedes fiar sólo de una fuente. Es lógico, siempre que haces algo importante, como una compra, o alguna decisión, antes valoras pros y contras, opiniones de otros, opiniones de los que lo tienen, por que lo recomiendan y por que no. Entonces me di cuenta, que ese examen no lo había hecho con lo más importante de mi vida. Con lo que regia mi forma de ver el mundo, de vivir de actuar. Me había conformado con una versión, y ya está.
Y si lo demás es mentira? Y si todo es un engaño? Un sudor frío me recorría el cuerpo. Solo pensar los remordimientos que he tenido toda mi vida, el trato con mi madre, y las cosas que he dejado de hacer y de vivir y de sentir por creer en esto, a pesar de no hacer las cosas como debía, me ponía enfermo. La cantidad de tiempo empleado, uffff....Todo esto claro se lo oculte a mi mujer.
Para mí mismo razone, si esto es mentira, los que mejor lo tienen que saber son los miembros del cuerpo gobernante. Habrá habido alguien cercano a ellos que haya contado su experiencia? Y claro, fui a dar con él libro de Raymond Franz, crisis de conciencia. Y ya todo fue seguido. Devoré el foro de los fuentes, y vi por mi mismo que habían tergiversado cosas, lo de la onu, el cambio de la generación, la locura de la sangre, la medida de la expulsión, lo de los abusos a menores ocultos, la opacidad financiera, etc etc . La mayoría sabéis a todo lo que me refiero.
Me había liberado del peso de mis pecados, pero ahora sentía el peso de estar tirando mi tiempo de verdad. Pero que podía hacer? Estaba mi mujer y familia dentro. Así que un día decidí hablar de esto con mi mujer.
Y para mí sorpresa, en cosas estaba de acuerdo, pero donde íbamos a estar mejor que aquí? Además estaba la familia y todo, aunque todo fuera una mentira, y no haya paraíso, la vida era buena y no hacíamos mal a nadie.
Así que si antes me costaba hacer las cosas, pues imagínate luego. Ir a predicar lo que yo no creía, ir a la reunión a qué te metan miedo con el fin, me costaba mucho disimular mi cara. Hasta mi mujer me lo decía. Era un suplicio.
En estas estaba cuando seguíamos haciendo planes de futuro mi esposa y yo, queríamos tener un hijo. Pero ahora venía el problema, que le íbamos a enseñar? Yo no me creía esto, pero mi mujer quería enseñarle lo que debía. Yo razonaba que le enseñaríamos esto pero que siempre le daríamos la opción a que hiciera lo que quisiera sin presionar. Tenía derecho a conocer esto pero lo demás también. Eso no la convencía mucho pero era lo que había.
He de decir en este punto que la relación entre nosotros se había deteriorado bastante. Nos queríamos, pero los dos nos pedíamos cosas que no estábamos dispuestos a dar, o que no entendíamos que fueran necesarias, no quiero entrar en intimidades, pero una relación de tantos años, pues con la rutina ya se sabe que se pierden muchas cosas. Con esto pero con la mente puesta en tener un hijo nos mudamos, a una buena casa. Las cosas económicamente iban bien, y pudimos comprar algo que nos gustaba mucho a los dos. Una nueva ilusión, seguro que cuando fuéramos a vivir allí nuestra relación volvería a florecer, estaba súper ilusionado.
Decidimos esperar un año antes de tener nuestro hijo por otros planes que teníamos.
En cuanto a la relación con los hermanos, pues me llevaba bien con todos, pero no había profundizado con nadie. Ni siquiera los mejores amigos de mi juventud continuaron esa relación estrecha. Cuando nos casamos, nuestra casa estaba abierta para todos. Siempre salíamos con el grupo de siempre, para que las amistades siguieran ahí, pero cuando ellos se casaron hicieron sus vidas, cada uno a un grupo de idiomas, y como yo no progresaba, no se , me sentí como que me veían como un bicho raro, y se alejaron de nosotros bastante. Esto antes de mi crisis de conciencia. Cada vez era más difícil quedar con ellos y hacer cosas normales, salir, hacer deporte. Ir al cine, dar una vuelta.... y cuando lo hacían era por que insistíamos nosotros en hacerlo. Así que nos cansamos de estar detrás de ellos. Solo les importaba predicar, lo demás parecía no existir. Y cuando nos juntábamos de vez en cuando las conversaciones solo eran, lo estudios bíblicos,los idiomas, las escuelas, etc... y pensar que habría dado mi vida por ellos si hubiera sido necesario, madre mía, cuando ellos pasaban de mi como persona olímpicamente. Solo tenía una buena relación con dos familiares testigos.
Y claro, cuando dentro no tienes amigos con los que hacer cosas pasa lo que pasa. Yo tenía un trabajo en el cual conocía a mucha gente. Y tenía muchos compañeros y compañeras. Y en seguida sentí el afecto y cariño de casi todos ellos. Me sentía súper valorado, y todos me apreciaban muchísimo.A pesar de que siempre me identifiqué como testigo y que no compartía con ellos las cosas típicas, cumpleaños, salir x ahí, etc ellos siempre me invitaban. Que si salir x ahí, que si de excursión, que si ir a cenar, que si quedar para jugar al fifa, Lo que no me daban los que eran mis amigos, me lo querían dar los del mundo. Y después de mucho decir no, y tras creer que todo era mentira empecé a aceptar alguna invitacion. Casi siempre acompañado de mi mujer.
Y vi que eran personas normales, que trataban de vivir sus vidas de la mejor forma que podían y sabían y que pasaban buenos ratos haciendo cosas normales, sin necesidad de excesos ni nada raro. Esto abrió mucho más mi mente y mi forma de ver la vida y lo que me rodeaba.
Pero empezaron a llegar las presiones. Que si vais mucho con gente del mundo, que si desde que trabajas allí has cambiado a mal, que si predicas poco, que si pierdes reuniones x trabajo que mal, etc etc
Yo ya empezaba a estar hartándome de todo, además de que con mi mujer la cosa en vez de mejorar en la casa nueva, cada vez era peor. Cada vez estábamos más tirantes, enfadados, resentidos, y me sentía poco valorado y querido. Estaba deseando ir a trabajar, me sentía mejor allí que en mi propia casa. Y seguro que ella también se sentía exactamente como yo, pero nunca tuvimos el valor de sentarnos y hablar las cosas bien y solucionarlo ahí. Cuanto lo lamento. Aquí quiero decir que mi mujer era y es una persona maravillosa, muy buena, y que para nada es la mala de la película, que yo fui incapaz de valorarla, y si hay alguien malo en esta historía ese soy yo.
Así que dentro de mi empezaba a sentir la necesidad egoísta de sentirme valorado.. o no sé cómo explicarlo. Me sentía agotado, vacío, desgastado, como que mi vida no daba más de sí ya, y no veía que la cosa fuera a mejorar. Yo que sé ....Me veía atrapado en mi vida y en mi religión, sentía que necesitaba huir, un cambio.
Pero no quería hacer daño a nadie, así que me tenía que conformar y tratar de estar lo mejor posible en esa situación.
Pero un día, un mal día, mi mujer estaba de viaje con su familia por una semana, viaje al que yo no pude ir por trabajo. Además cuando se fue estábamos enfadados( como no). Y en ese preciso momento apareció una persona que haría que mi vida diera un giro de 180 grados.
Años dentro de la organización: hasta los 37
Estado actual: desasociado
Llevo años leyendoos, a algunos desde el foro de los fuentes, pero es la primera vez que doy el paso de escribir mi pequeña experiencia, y creo que lo hago por necesidad.
Vivo en España, y no quiero dar muchos datos específicos por que aún tengo familia dentro, y no quiero que sepan quien soy, aunque si alguien que me conoce lo lee me va a identificar fácil.
Me bauticé en mi adolescencia, en parte sabiendo que era lo que tenía que hacer, ya que mis padres eran testigos y yo me crie así desde que nací, y en parte por que vi que mis mejores amigos ya estaban dando el paso. La verdad que aunque era joven, todo el mundo me veía como un joven maduro, y tenían muchas esperanzas puestas en mi, y eso me hacía sentir bien. He de decir que nunca he alcanzado mayores privilegios que los de un bautizado normal, en parte por que no lo vieron los ancianos factible, y luego por que yo ya no me sentía merecedor de ellos y deje de esforzarme.
Al poco de mi bautismo, siendo aún joven, conocí a una hermana de otra ciudad, la que hoy puedo decir que fue mi primer amor. Precursora, espiritual, guapa, puedo decir que me enamore sin duda. Iniciamos una pequeña relación por carta, antes no había messenger, watshap y se estaba empezando con los móviles. Nos veíamos cuando podíamos que eran pocas veces por que aún yo no trabajaba ni tenía coche y nos separaban bastantes kilómetros. Los primeros abrazos, el primer beso, y lo que se prometen todos los enamorados. Nunca nos sobrepasamos en cuanto a lo que se espera de un cristiano.
A los pocos meses me entero de que esta chica había sido censurada en la congregación, y yo, como la quería le llamo, pregunto que ha pasado, que no pasa nada, que ahora haga las cosas bien y yo la ayudaré, etc . Y lo que la pasaba es que había dejado de creer, así que decidió que lo mejor era dejar lo nuestro, por que yo si creía, y quiso romper esa relación. Aquello me dolió mucho, era la primera vez que me ocurría, y bueno, pues lo normal, hasta que se pasa. Siempre me quedo la espinita de que podía haber sido el amor de mi vida, pero que por la religión no pudo ser.
Gracias a que tenía un gran grupo de amigos cristianos, de los cuales aún guardo muy buen recuerdo, pude recomponerme, y seguir adelante. Al cabo de año y algo empiezo una relación con una hermana que ya conocía de siempre. Yo sabía que le gustaba, y ella no se como ni por que me empezó a gustar también. Así que empezamos el noviazgo.
Al tiempo de esto, en mi casa mis padres estaban fatal en su relación, hasta el punto que mi madre decidió romper con todo, se separaron y ella se desasocio. Ella siempre ha sido muy trabajadora, y creo que la presión del trabajo, de la vida teocrática, y cosas que no puedo contar qué ocurrieron, desencadenó en eso. Cómo debió verse la pobre para dejar a sus dos hijos de la noche a la mañana, con todo lo que se había esforzado por sacarlos adelante. Esto hizo mella en mi. Ahora ya no podría tener trato con mi madre, incluso sabiendo que se quedaba sola. Me partía el alma, pero ya sabéis muchos de vosotros cómo funciona esto, estaba empezando una relación con otra precursora, y tenía que confiar en Jehová, y serle leal. Así que con todo el dolor que me producía, corte mi trato con ella, quedándome a vivir con mi padre y hermano. Mi hermano al poco abandono la organización, no estaba bautizado, y aunque no corte el trato igual, pues nos distanciamos muchísimo.
Seguramente esto hizo que me apoyara más en mi nueva relación amorosa. Me había vuelto a enamorar, y eso me hacía sentir muy feliz. Pero surgieron los peligros de una relación cuando se es muy joven y fogoso, como era mi caso. Nos extralimitamos en nuestras muestras de afecto, y empezaron los remordimientos de conciencia, remordimientos que jamás nos abandonarían. Ya teníamos planeado todo, casa, boda y vida. Si confesábamos sabíamos que no nos darían el discurso y estropearíamos todos los planes de boda, así que no fuimos capaces de hacerlo. Yo en mi interior acallaba mi conciencia diciendo que ya confesaría más adelante. Los dos veníamos mucha familia dentro de los testigos, y no estábamos preparados para dar un disgusto así, y nos daba mucho miedo confesar por las posibles consecuencias.
Nos casamos, y la verdad que ahora puedo decir que fue maravilloso, que pasamos unos años buenísimos, que fuimos muy felices los dos, y que no lo cambiaria por nada del mundo, de verdad.
Pero el día de la boda fue muy triste para mi que mi madre no me pudiera acompañar, fue horrible, y aún no me lo he perdonado. Ninguna madre merece no estar el día de la boda de su hijo, lo mires como lo mires. Pero como muchos sabéis, esto hubiera supuesto que no fuera ningún invitado casi, ya que casi todo el mundo era testigo de Jehova.
Como decía fueron años muy felices, pero es verdad que los remordimientos de vez en cuando salían a relucir, y eso iba minando en nosotros. Seguíamos nuestra rutina de vida Cristiana, reuniones, predicar, asambleas, estudio para la reunión. Pero en el fondo de nuestro corazón teníamos la culpa de lo que habíamos hecho así que no dejaba de pensar que todo lo que hacía, todo el tiempo que invertía, era en balde, porque era un pecador, y que Jehová no veía lo que hacía, ya que no estaba limpio. Y mi esposa estaba como yo. Pero con los años, te endureces, y aunque esta ahí, lo escondes para poder vivir. Yo soy muy sensible y creo que todo me afecta demasiado. El tener esto dentro hizo que nunca me esforzara por alcanzar privilegios de servicio, no podría aceptarlos por que yo sabía lo que había, y no podría soportar más carga. Así que siempre que me abordaban los ancianos para ver si podían ayudarme en mi progreso les daba largas, que si el trabajo me deja agotado, que si no me da tiempo, que si voy a esforzarme más , etc.... en casa tampoco teníamos una rutina de estudio de familia, ni nada asi, por que para que emplear más tiempo para nada?
Estuvimos en un grupo de idiomas, el cual me exigió mucho tiempo. Trabajaba en esa época 10 horas, curso, reuniones, preparación, estaba exhausto. No podía más, y encima con el remordimiento de saber que a Jehová no le servía todo mi sacrificio. Estuve así unos dos años. Decidimos dejar el grupo, y volver a la congregación de nuestro idioma y fue un alivio, la verdad.
Ahora que tenía más tiempo, decidí aplicarme un poco más al estudio de la biblia, que a lo mejor eso me daría fuerzas para confesar y poder vivir feliz dentro de la organización y en paz conmigo mismo.
De esto hace ya como 5 años más o menos. Y decido empezar por lo que más me motivaba , que eran las profecías. Y como no, empecé por la más importante, por la de las 70 semanas, quería entenderla bien y poder explicarla en condiciones a cualquiera con pelos y señales. Y empecé a investigar, no solo en las publicaciones, sino que buscando apoyos fuera, ya que siempre se nos ha dicho que toda la verdad tiene apoyo de la arqueología, y bla bla bla
Y ya os podéis imaginar. Empiezo a alucinar viendo que no cuadran las cosas, empiezo a ver blogs que explican que el 607 es un error, y que nadie, salvo los testigos apoya esa fecha. No sabía que creer. Ahí empezó otra crisis de conciencia más. Un montón de interrogantes empiezan a pasar por mi cabeza. Y si esto que leo es verdad, habrá más cosas que estén equivocadas? Claro, internet es un arma poderosa, y en manos de alguien curioso como yo, pues más aún. Siempre he sido de la idea de que de todo hay que saber las dos o más versiones, y que no te puedes fiar sólo de una fuente. Es lógico, siempre que haces algo importante, como una compra, o alguna decisión, antes valoras pros y contras, opiniones de otros, opiniones de los que lo tienen, por que lo recomiendan y por que no. Entonces me di cuenta, que ese examen no lo había hecho con lo más importante de mi vida. Con lo que regia mi forma de ver el mundo, de vivir de actuar. Me había conformado con una versión, y ya está.
Y si lo demás es mentira? Y si todo es un engaño? Un sudor frío me recorría el cuerpo. Solo pensar los remordimientos que he tenido toda mi vida, el trato con mi madre, y las cosas que he dejado de hacer y de vivir y de sentir por creer en esto, a pesar de no hacer las cosas como debía, me ponía enfermo. La cantidad de tiempo empleado, uffff....Todo esto claro se lo oculte a mi mujer.
Para mí mismo razone, si esto es mentira, los que mejor lo tienen que saber son los miembros del cuerpo gobernante. Habrá habido alguien cercano a ellos que haya contado su experiencia? Y claro, fui a dar con él libro de Raymond Franz, crisis de conciencia. Y ya todo fue seguido. Devoré el foro de los fuentes, y vi por mi mismo que habían tergiversado cosas, lo de la onu, el cambio de la generación, la locura de la sangre, la medida de la expulsión, lo de los abusos a menores ocultos, la opacidad financiera, etc etc . La mayoría sabéis a todo lo que me refiero.
Me había liberado del peso de mis pecados, pero ahora sentía el peso de estar tirando mi tiempo de verdad. Pero que podía hacer? Estaba mi mujer y familia dentro. Así que un día decidí hablar de esto con mi mujer.
Y para mí sorpresa, en cosas estaba de acuerdo, pero donde íbamos a estar mejor que aquí? Además estaba la familia y todo, aunque todo fuera una mentira, y no haya paraíso, la vida era buena y no hacíamos mal a nadie.
Así que si antes me costaba hacer las cosas, pues imagínate luego. Ir a predicar lo que yo no creía, ir a la reunión a qué te metan miedo con el fin, me costaba mucho disimular mi cara. Hasta mi mujer me lo decía. Era un suplicio.
En estas estaba cuando seguíamos haciendo planes de futuro mi esposa y yo, queríamos tener un hijo. Pero ahora venía el problema, que le íbamos a enseñar? Yo no me creía esto, pero mi mujer quería enseñarle lo que debía. Yo razonaba que le enseñaríamos esto pero que siempre le daríamos la opción a que hiciera lo que quisiera sin presionar. Tenía derecho a conocer esto pero lo demás también. Eso no la convencía mucho pero era lo que había.
He de decir en este punto que la relación entre nosotros se había deteriorado bastante. Nos queríamos, pero los dos nos pedíamos cosas que no estábamos dispuestos a dar, o que no entendíamos que fueran necesarias, no quiero entrar en intimidades, pero una relación de tantos años, pues con la rutina ya se sabe que se pierden muchas cosas. Con esto pero con la mente puesta en tener un hijo nos mudamos, a una buena casa. Las cosas económicamente iban bien, y pudimos comprar algo que nos gustaba mucho a los dos. Una nueva ilusión, seguro que cuando fuéramos a vivir allí nuestra relación volvería a florecer, estaba súper ilusionado.
Decidimos esperar un año antes de tener nuestro hijo por otros planes que teníamos.
En cuanto a la relación con los hermanos, pues me llevaba bien con todos, pero no había profundizado con nadie. Ni siquiera los mejores amigos de mi juventud continuaron esa relación estrecha. Cuando nos casamos, nuestra casa estaba abierta para todos. Siempre salíamos con el grupo de siempre, para que las amistades siguieran ahí, pero cuando ellos se casaron hicieron sus vidas, cada uno a un grupo de idiomas, y como yo no progresaba, no se , me sentí como que me veían como un bicho raro, y se alejaron de nosotros bastante. Esto antes de mi crisis de conciencia. Cada vez era más difícil quedar con ellos y hacer cosas normales, salir, hacer deporte. Ir al cine, dar una vuelta.... y cuando lo hacían era por que insistíamos nosotros en hacerlo. Así que nos cansamos de estar detrás de ellos. Solo les importaba predicar, lo demás parecía no existir. Y cuando nos juntábamos de vez en cuando las conversaciones solo eran, lo estudios bíblicos,los idiomas, las escuelas, etc... y pensar que habría dado mi vida por ellos si hubiera sido necesario, madre mía, cuando ellos pasaban de mi como persona olímpicamente. Solo tenía una buena relación con dos familiares testigos.
Y claro, cuando dentro no tienes amigos con los que hacer cosas pasa lo que pasa. Yo tenía un trabajo en el cual conocía a mucha gente. Y tenía muchos compañeros y compañeras. Y en seguida sentí el afecto y cariño de casi todos ellos. Me sentía súper valorado, y todos me apreciaban muchísimo.A pesar de que siempre me identifiqué como testigo y que no compartía con ellos las cosas típicas, cumpleaños, salir x ahí, etc ellos siempre me invitaban. Que si salir x ahí, que si de excursión, que si ir a cenar, que si quedar para jugar al fifa, Lo que no me daban los que eran mis amigos, me lo querían dar los del mundo. Y después de mucho decir no, y tras creer que todo era mentira empecé a aceptar alguna invitacion. Casi siempre acompañado de mi mujer.
Y vi que eran personas normales, que trataban de vivir sus vidas de la mejor forma que podían y sabían y que pasaban buenos ratos haciendo cosas normales, sin necesidad de excesos ni nada raro. Esto abrió mucho más mi mente y mi forma de ver la vida y lo que me rodeaba.
Pero empezaron a llegar las presiones. Que si vais mucho con gente del mundo, que si desde que trabajas allí has cambiado a mal, que si predicas poco, que si pierdes reuniones x trabajo que mal, etc etc
Yo ya empezaba a estar hartándome de todo, además de que con mi mujer la cosa en vez de mejorar en la casa nueva, cada vez era peor. Cada vez estábamos más tirantes, enfadados, resentidos, y me sentía poco valorado y querido. Estaba deseando ir a trabajar, me sentía mejor allí que en mi propia casa. Y seguro que ella también se sentía exactamente como yo, pero nunca tuvimos el valor de sentarnos y hablar las cosas bien y solucionarlo ahí. Cuanto lo lamento. Aquí quiero decir que mi mujer era y es una persona maravillosa, muy buena, y que para nada es la mala de la película, que yo fui incapaz de valorarla, y si hay alguien malo en esta historía ese soy yo.
Así que dentro de mi empezaba a sentir la necesidad egoísta de sentirme valorado.. o no sé cómo explicarlo. Me sentía agotado, vacío, desgastado, como que mi vida no daba más de sí ya, y no veía que la cosa fuera a mejorar. Yo que sé ....Me veía atrapado en mi vida y en mi religión, sentía que necesitaba huir, un cambio.
Pero no quería hacer daño a nadie, así que me tenía que conformar y tratar de estar lo mejor posible en esa situación.
Pero un día, un mal día, mi mujer estaba de viaje con su familia por una semana, viaje al que yo no pude ir por trabajo. Además cuando se fue estábamos enfadados( como no). Y en ese preciso momento apareció una persona que haría que mi vida diera un giro de 180 grados.