08 Oct, 2017, 06:51 PM
En el foro de Ingles apareció algo que me trajo a la memoria un hecho no muy mencionado, esta conectado con el frenesí teocrático que antecedió a 1975. En 1974 se anuncio en el Ministerio del Reino de Septiembre que en el mes de Octubre se publicarían en el Ministerio dos suplementos especiales , uno era para los interesados y otro para los publicadores. El primero se repartiría en la primera Reunión de Servicio de Noviembre y el segundo en la segunda reunión. Adjunto ambos suplementos, debido a su largura los he puesto por separados. Lo importante es que se den cuenta de la tremenda agitación y expectaciones que la Sociedad puso en los hermanos, para después decir que ellos esperaban demasiado. Quizás algunos de los veteranos recuerdan estas reuniones especiales.
*** km 9/74 págs. 3-4 Anuncios ***
♦ El Ministerio del Reino de octubre tendrá un suplemento. Sírvanse remover todos los suplementos de los Ministerios del Reino antes de distribuir los ministerios a la congregación. Corten los suplementos nítidamente por el extremo izquierdo con el fin de separar las páginas 3 y 4 de las páginas 5 y 6. La primera parte se puede distribuir a los recién interesados al concluir la primera reunión de noviembre; la segunda parte se puede distribuir a los que son publicadores en la segunda reunión de servicio de noviembre.
*** km 10/74 págs. 5-6 A todos los siervos dedicados de Jehová ***
A todos los siervos dedicados de Jehová
10 de noviembre de 1974
Estimados hermanos:
La semana pasada tuvimos una reunión especial con los recién asociados que nos dio que pensar, ¿verdad? Ciertamente se animó a las personas que han mostrado interés en Jehová y sus maravillosos propósitos a pensar seriamente y a orar acerca de su posición ante el Creador. Se grabó en ellos la urgencia de los tiempos y la importancia de permitir que su amor a Jehová los mueva a mostrar conclusivamente que están de su lado antes que comience la “grande tribulación.”
En vista del tiempo, nosotros, también, necesitamos pensar seriamente y orar acerca de nuestra relación con Jehová Dios. No es sencillamente un asunto de esperar con ansiedad la “grande tribulación” y anhelar la vida en el nuevo orden de Dios. Se requiere esfuerzo continuo para mostrar que somos siervos fieles de Jehová. El apóstol Pedro amonestó: “Ya que ustedes están esperando estas cosas, hagan lo sumo posible para ser hallados al fin por él inmaculados y sin tacha y en paz.”—2 Ped. 3:14.
Como un pueblo, estamos prestando atención al consejo inspirado del apóstol y también estamos muy conscientes de la necesidad de continuar progresando en el modo de vivir cristiano. Pero eso no es necesariamente el caso con cada individuo que afirma ser un discípulo bautizado de Jesucristo. De modo que es bueno que todos nosotros, individualmente, demos atención cuidadosa y oremos acerca de lo que estamos haciendo con nuestra vida en la parte final de los “últimos días.” Si la “grande tribulación” fuera a comenzar mañana, ¿cuál sería nuestra posición delante de Jehová?
Cumpliendo con nuestra responsabilidad para con el mundo de la humanidad
Considere lo que usted está haciendo para cumplir con su responsabilidad hacia los que todavía no son siervos aprobados de Jehová. La vida de ellos está en grave peligro en la muy cercana “grande tribulación.” ¿Está usted respondiendo a la necesidad urgente que ellos tienen de recibir ayuda? ¿Le permiten sus circunstancias hacer ajustes en su rutina cotidiana para poder participar a mayor grado en la obra vital de advertencia y rescate que pronto terminará?
Esto no quiere decir que usted tiene que esforzarse hasta el mismo límite, sin dedicar ni el menor tiempo a obtener esparcimiento. Hasta Jesucristo se encargó de que sus discípulos obtuvieran el descanso y refrigerio necesarios. (Mar. 6:31, 32) Pero la manera en que usted emplea el tiempo debe manifestar que el deseo dominante de su corazón es demostrar que es un fiel ‘colaborador’ de Jehová Dios, que se está poniendo en una posición en la cual pueda ser usado cabalmente a fin de abrir los corazones de sus prójimos para aceptar la verdad.—1 Cor. 3:9; Hech. 16:14.
En algunos casos, ¿pudiera ser que consideraciones dentro del círculo familiar resulten en que algunos miembros de la familia participen más cabalmente en esta parte final de la obra de predicar? Tal vez por medio de mancomunar los recursos y esfuerzos de todos en la familia, uno de sus miembros pueda servir como precursor regular o como precursor temporero. Aun si eso no fuera posible debido a responsabilidades de familia, ¿pudiera tal combinación de esfuerzo resultar en un aumento en el predicar y enseñar de toda la familia? ¿No sería este período final de los “últimos días” un tiempo apropiado para intensificar la actividad?
No queremos que se nos acuse de culpabilidad de sangre debido a haber sido indiferentes a la situación crítica de las personas en nuestro territorio. (Compare con Ezequiel 3:17-19.) Y este no va a ser el caso con nosotros como un cuerpo. El amor y el interés genuino por nuestro prójimo no nos permitirá meramente prestar un servicio de muestra o mínimo.
Este ciertamente no es el tiempo para dejarse distraer por el deseo de tener una posición cómoda en el mundo o por tener demasiada ansiedad por ganarse la vida. (Mat. 13:22; Luc. 21:34, 35; 1 Tim. 6:9, 10; 1 Juan 2:15-17) Debido a que han sido comisionados a predicar y hacer discípulos, los verdaderos cristianos siempre ha tenido que poner sus intereses seglares en un lugar secundario, dedicando a predicar y a enseñar el tiempo y esfuerzo que de otra manera hubiera podido usar correctamente en el adelanto de los intereses materiales. (Mat. 28:19, 20) ¿No debe este, pues, ser particularmente el caso en la parte final del “tiempo del fin”?
El que mantengamos el trabajo seglar en su lugar, como un medio para mantenernos en el servicio de Dios y ayudar a otros a obtener los artículos de primera necesidad, nos protegerá en los tiempos turbulentos a los que sin duda nos enfrentaremos en el futuro cercano. (Efe. 4:28; 1 Tim. 6:6-8, 17-19) Puede que se nos llame a compartir lo poco que tengamos con hermanos que quizás tengan aun más necesidad. ¿Estaremos dispuestos y anuentes a hacerlo?
Además, no tenemos seguridad alguna de que nuestras posesiones materiales sobrevivirán la “grande tribulación.” Recuerde a Lot. Él perdió su hogar y otras posesiones materiales y después de eso tuvo que aguantar la incomodidad de vivir en una cueva con sus dos hijas. (Gén. 19:2, 16, 24, 25, 30) Es posible que nosotros hallemos que las cosas son muy incómodas por algún tiempo durante y después de la destrucción de este sistema impío. ¿No haría el que diéramos demasiada importancia a las cosas materiales ahora que entonces nos quejemos y contribuyamos a hacer las cosas más desagradables para nosotros mismos y para otras personas? (Compare con Números 11:4-6, 10; 20:3-5) Una tragedia aun mayor sería el que perdiéramos nuestro aprecio de corazón por nuestra relación con Jehová debido a estar demasiado interesados ahora en nuestras posesiones materiales y perder la vida, como le sucedió a la esposa de Lot.—Gén. 19:26.
Manteniendo una conducta excelente
El permanecer inmaculados y sin tacha no se limita a usar sabiamente el tiempo y los haberes que tenemos en cumplir con nuestra responsabilidad de predicar. (Hech. 20:26, 27) Nuestra conducta personal también está envuelta. (Mat. 5:14-16) ¿Estamos esforzándonos, como lo hizo el apóstol Pablo, por mantener las inclinaciones pecaminosas bajo control? (1 Cor. 9:27) ¿Estamos progresando en cultivar el fruto del espíritu de Dios? (Gál. 5:16-18, 22-24) ¿Apreciamos que la enemistad, la contención, las divisiones y la envidia son tan malas a los ojos de Jehová como lo son la fornicación, la borrachera y la idolatría?—Gál. 5:19-21.
Por lo general la mayoría de los que están dedicados a Jehová Dios están manteniendo una excelente conducta cristiana en un mundo que rápidamente se está haciendo cada vez más degradado. También estamos muy conscientes de nuestras debilidades, y diariamente acudimos a Jehová para que nos perdone nuestros pecados y nos esforzamos firmemente por mejorar.—1 Juan 1:8-10.
Pero unos cuantos han permitido que el odio se desarrolle en sus corazones. Quizás rehúsen hablar a ciertos hermanos y hermanas, abrigando resentimientos por ofensas menores, reales o imaginadas. Puede que achaquen malos motivos a compañeros creyentes, juzgándoles y condenándoles erróneamente. Quizás hasta hablen calumniadoramente.—Gál. 5:13-15, 25, 26; Sant. 3:5-16; 4:11, 12.
Aún otros quizás traten de acercarse tanto como sea posible a los caminos del mundo. Quieren mostrar a los mundanos que nosotros, también podemos “pasarla bien.” Tales acciones se manifiestan en bailes inmodestos, beber en demasía y cosas por el estilo.—1 Ped. 4:1-5.
¿Qué muestra un examen de su conducta? Si existen esferas en las que pudiera mejorar y de veras quiere hacerlo, usted tiene razón para estar feliz. ¿Por qué? Porque eso es muestra de que su corazón está respondiendo apropiadamente, moviéndolo en la dirección correcta. Por otra parte, puede que usted reconozca que su corazón tiene su interés en cosas que no son espirituales. O, es posible que tenga dificultad en llevarse bien con otros. En ese caso, usted querrá trabajar duro para ajustar su modo de pensar a fin de que su situación no empeore y la “grande tribulación” lo halle con mácula, censurable y en desunión con Jehová Dios y su pueblo.
Lo que tenemos como siervos de Jehová es algo demasiado precioso para sacrificarlo ahora cuando estamos tan cerca de realizar nuestra esperanza... vida en el justo nuevo orden de Dios. ¿No sería tonto el permitirnos ceder a la tentación y llegar a ser practicantes del pecado? ¿No sería trágico el perder la vida debido a ir en pos de riquezas materiales y temporales, a transigir al ser sometidos a la presión del mundo, o desarrollar una actitud indiferente hacia nuestra obra salvavidas de predicar y hacer discípulos?
Aun ahora disfrutamos de ricas recompensas por servir a Jehová. Tenemos amigos fieles que verdaderamente se interesan en nosotros. Aunque aún tenemos problemas, nuestra situación es mucho mejor de lo que era antes de conocer la verdad. La sabiduría que se encuentra en la Biblia nos ha equipado mucho mejor para hacer frente a los problemas de la vida. El obedecer la Palabra de Dios nos ha permitido llevarnos mejor con la familia y en nuestras relaciones cotidianas con otros. ¿No ha hecho esto que nuestra vida sea más placentera? Verdaderamente, ¿qué mejor manera hay de vivir que ser un siervo fiel de Jehová Dios? Esto en sí mismo es algo que debemos guardar celosamente, junto con nuestra perspectiva de una eternidad de vida en el ya muy cercano Nuevo Orden.—Mar. 10:29, 30.
Haga que su solemne determinación sea la de hacer lo sumo posible por ser hallado por Jehová Dios ‘inmaculado y sin mancha y en paz.’ Esfuércese por ayudar a otros a obtener la salvación mientras aún quede tiempo. Deje que todo su entero proceder en la vida testifique al hecho de que usted está convencido de que su relación con Jehová es la cosa más importante de su vida. Viva cada día como si fuera su último día. Si usted hace esto, puede estar seguro de que prescindiendo de cuándo venga la “grande tribulación” no le cogerá desprevenido y caerá, sino que será conservado como un siervo aprobado de Jehová.—Rev. 7:14-17.
Sus consiervos,
Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.
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♦ El Ministerio del Reino de octubre tendrá un suplemento. Sírvanse remover todos los suplementos de los Ministerios del Reino antes de distribuir los ministerios a la congregación. Corten los suplementos nítidamente por el extremo izquierdo con el fin de separar las páginas 3 y 4 de las páginas 5 y 6. La primera parte se puede distribuir a los recién interesados al concluir la primera reunión de noviembre; la segunda parte se puede distribuir a los que son publicadores en la segunda reunión de servicio de noviembre.
*** km 10/74 págs. 5-6 A todos los siervos dedicados de Jehová ***
A todos los siervos dedicados de Jehová
10 de noviembre de 1974
Estimados hermanos:
La semana pasada tuvimos una reunión especial con los recién asociados que nos dio que pensar, ¿verdad? Ciertamente se animó a las personas que han mostrado interés en Jehová y sus maravillosos propósitos a pensar seriamente y a orar acerca de su posición ante el Creador. Se grabó en ellos la urgencia de los tiempos y la importancia de permitir que su amor a Jehová los mueva a mostrar conclusivamente que están de su lado antes que comience la “grande tribulación.”
En vista del tiempo, nosotros, también, necesitamos pensar seriamente y orar acerca de nuestra relación con Jehová Dios. No es sencillamente un asunto de esperar con ansiedad la “grande tribulación” y anhelar la vida en el nuevo orden de Dios. Se requiere esfuerzo continuo para mostrar que somos siervos fieles de Jehová. El apóstol Pedro amonestó: “Ya que ustedes están esperando estas cosas, hagan lo sumo posible para ser hallados al fin por él inmaculados y sin tacha y en paz.”—2 Ped. 3:14.
Como un pueblo, estamos prestando atención al consejo inspirado del apóstol y también estamos muy conscientes de la necesidad de continuar progresando en el modo de vivir cristiano. Pero eso no es necesariamente el caso con cada individuo que afirma ser un discípulo bautizado de Jesucristo. De modo que es bueno que todos nosotros, individualmente, demos atención cuidadosa y oremos acerca de lo que estamos haciendo con nuestra vida en la parte final de los “últimos días.” Si la “grande tribulación” fuera a comenzar mañana, ¿cuál sería nuestra posición delante de Jehová?
Cumpliendo con nuestra responsabilidad para con el mundo de la humanidad
Considere lo que usted está haciendo para cumplir con su responsabilidad hacia los que todavía no son siervos aprobados de Jehová. La vida de ellos está en grave peligro en la muy cercana “grande tribulación.” ¿Está usted respondiendo a la necesidad urgente que ellos tienen de recibir ayuda? ¿Le permiten sus circunstancias hacer ajustes en su rutina cotidiana para poder participar a mayor grado en la obra vital de advertencia y rescate que pronto terminará?
Esto no quiere decir que usted tiene que esforzarse hasta el mismo límite, sin dedicar ni el menor tiempo a obtener esparcimiento. Hasta Jesucristo se encargó de que sus discípulos obtuvieran el descanso y refrigerio necesarios. (Mar. 6:31, 32) Pero la manera en que usted emplea el tiempo debe manifestar que el deseo dominante de su corazón es demostrar que es un fiel ‘colaborador’ de Jehová Dios, que se está poniendo en una posición en la cual pueda ser usado cabalmente a fin de abrir los corazones de sus prójimos para aceptar la verdad.—1 Cor. 3:9; Hech. 16:14.
En algunos casos, ¿pudiera ser que consideraciones dentro del círculo familiar resulten en que algunos miembros de la familia participen más cabalmente en esta parte final de la obra de predicar? Tal vez por medio de mancomunar los recursos y esfuerzos de todos en la familia, uno de sus miembros pueda servir como precursor regular o como precursor temporero. Aun si eso no fuera posible debido a responsabilidades de familia, ¿pudiera tal combinación de esfuerzo resultar en un aumento en el predicar y enseñar de toda la familia? ¿No sería este período final de los “últimos días” un tiempo apropiado para intensificar la actividad?
No queremos que se nos acuse de culpabilidad de sangre debido a haber sido indiferentes a la situación crítica de las personas en nuestro territorio. (Compare con Ezequiel 3:17-19.) Y este no va a ser el caso con nosotros como un cuerpo. El amor y el interés genuino por nuestro prójimo no nos permitirá meramente prestar un servicio de muestra o mínimo.
Este ciertamente no es el tiempo para dejarse distraer por el deseo de tener una posición cómoda en el mundo o por tener demasiada ansiedad por ganarse la vida. (Mat. 13:22; Luc. 21:34, 35; 1 Tim. 6:9, 10; 1 Juan 2:15-17) Debido a que han sido comisionados a predicar y hacer discípulos, los verdaderos cristianos siempre ha tenido que poner sus intereses seglares en un lugar secundario, dedicando a predicar y a enseñar el tiempo y esfuerzo que de otra manera hubiera podido usar correctamente en el adelanto de los intereses materiales. (Mat. 28:19, 20) ¿No debe este, pues, ser particularmente el caso en la parte final del “tiempo del fin”?
El que mantengamos el trabajo seglar en su lugar, como un medio para mantenernos en el servicio de Dios y ayudar a otros a obtener los artículos de primera necesidad, nos protegerá en los tiempos turbulentos a los que sin duda nos enfrentaremos en el futuro cercano. (Efe. 4:28; 1 Tim. 6:6-8, 17-19) Puede que se nos llame a compartir lo poco que tengamos con hermanos que quizás tengan aun más necesidad. ¿Estaremos dispuestos y anuentes a hacerlo?
Además, no tenemos seguridad alguna de que nuestras posesiones materiales sobrevivirán la “grande tribulación.” Recuerde a Lot. Él perdió su hogar y otras posesiones materiales y después de eso tuvo que aguantar la incomodidad de vivir en una cueva con sus dos hijas. (Gén. 19:2, 16, 24, 25, 30) Es posible que nosotros hallemos que las cosas son muy incómodas por algún tiempo durante y después de la destrucción de este sistema impío. ¿No haría el que diéramos demasiada importancia a las cosas materiales ahora que entonces nos quejemos y contribuyamos a hacer las cosas más desagradables para nosotros mismos y para otras personas? (Compare con Números 11:4-6, 10; 20:3-5) Una tragedia aun mayor sería el que perdiéramos nuestro aprecio de corazón por nuestra relación con Jehová debido a estar demasiado interesados ahora en nuestras posesiones materiales y perder la vida, como le sucedió a la esposa de Lot.—Gén. 19:26.
Manteniendo una conducta excelente
El permanecer inmaculados y sin tacha no se limita a usar sabiamente el tiempo y los haberes que tenemos en cumplir con nuestra responsabilidad de predicar. (Hech. 20:26, 27) Nuestra conducta personal también está envuelta. (Mat. 5:14-16) ¿Estamos esforzándonos, como lo hizo el apóstol Pablo, por mantener las inclinaciones pecaminosas bajo control? (1 Cor. 9:27) ¿Estamos progresando en cultivar el fruto del espíritu de Dios? (Gál. 5:16-18, 22-24) ¿Apreciamos que la enemistad, la contención, las divisiones y la envidia son tan malas a los ojos de Jehová como lo son la fornicación, la borrachera y la idolatría?—Gál. 5:19-21.
Por lo general la mayoría de los que están dedicados a Jehová Dios están manteniendo una excelente conducta cristiana en un mundo que rápidamente se está haciendo cada vez más degradado. También estamos muy conscientes de nuestras debilidades, y diariamente acudimos a Jehová para que nos perdone nuestros pecados y nos esforzamos firmemente por mejorar.—1 Juan 1:8-10.
Pero unos cuantos han permitido que el odio se desarrolle en sus corazones. Quizás rehúsen hablar a ciertos hermanos y hermanas, abrigando resentimientos por ofensas menores, reales o imaginadas. Puede que achaquen malos motivos a compañeros creyentes, juzgándoles y condenándoles erróneamente. Quizás hasta hablen calumniadoramente.—Gál. 5:13-15, 25, 26; Sant. 3:5-16; 4:11, 12.
Aún otros quizás traten de acercarse tanto como sea posible a los caminos del mundo. Quieren mostrar a los mundanos que nosotros, también podemos “pasarla bien.” Tales acciones se manifiestan en bailes inmodestos, beber en demasía y cosas por el estilo.—1 Ped. 4:1-5.
¿Qué muestra un examen de su conducta? Si existen esferas en las que pudiera mejorar y de veras quiere hacerlo, usted tiene razón para estar feliz. ¿Por qué? Porque eso es muestra de que su corazón está respondiendo apropiadamente, moviéndolo en la dirección correcta. Por otra parte, puede que usted reconozca que su corazón tiene su interés en cosas que no son espirituales. O, es posible que tenga dificultad en llevarse bien con otros. En ese caso, usted querrá trabajar duro para ajustar su modo de pensar a fin de que su situación no empeore y la “grande tribulación” lo halle con mácula, censurable y en desunión con Jehová Dios y su pueblo.
Lo que tenemos como siervos de Jehová es algo demasiado precioso para sacrificarlo ahora cuando estamos tan cerca de realizar nuestra esperanza... vida en el justo nuevo orden de Dios. ¿No sería tonto el permitirnos ceder a la tentación y llegar a ser practicantes del pecado? ¿No sería trágico el perder la vida debido a ir en pos de riquezas materiales y temporales, a transigir al ser sometidos a la presión del mundo, o desarrollar una actitud indiferente hacia nuestra obra salvavidas de predicar y hacer discípulos?
Aun ahora disfrutamos de ricas recompensas por servir a Jehová. Tenemos amigos fieles que verdaderamente se interesan en nosotros. Aunque aún tenemos problemas, nuestra situación es mucho mejor de lo que era antes de conocer la verdad. La sabiduría que se encuentra en la Biblia nos ha equipado mucho mejor para hacer frente a los problemas de la vida. El obedecer la Palabra de Dios nos ha permitido llevarnos mejor con la familia y en nuestras relaciones cotidianas con otros. ¿No ha hecho esto que nuestra vida sea más placentera? Verdaderamente, ¿qué mejor manera hay de vivir que ser un siervo fiel de Jehová Dios? Esto en sí mismo es algo que debemos guardar celosamente, junto con nuestra perspectiva de una eternidad de vida en el ya muy cercano Nuevo Orden.—Mar. 10:29, 30.
Haga que su solemne determinación sea la de hacer lo sumo posible por ser hallado por Jehová Dios ‘inmaculado y sin mancha y en paz.’ Esfuércese por ayudar a otros a obtener la salvación mientras aún quede tiempo. Deje que todo su entero proceder en la vida testifique al hecho de que usted está convencido de que su relación con Jehová es la cosa más importante de su vida. Viva cada día como si fuera su último día. Si usted hace esto, puede estar seguro de que prescindiendo de cuándo venga la “grande tribulación” no le cogerá desprevenido y caerá, sino que será conservado como un siervo aprobado de Jehová.—Rev. 7:14-17.
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