26 Mar, 2023, 01:52 PM
Hola a todos y todas, soy Marcos.
Soy tercera generación de TJ por parte paterna y materna. Me bauticé a los 14 años y permanecí en "la organización" hasta los 24. Llegué a ser Siervo Ministerial con algunas responsabilidades de anciano. Años antes de mi salida, fui abrigando serias dudas acerca de varias interpretaciones que la WT hacía de la biblia. Por ejemplo, comenzó a parecerme arbitrario que el toque de las 7 trompetas del libro de Apocalipsis se cumpliera en 7 asambleas de los TJ del año 1922 al 28 (re-S, pág. 173) ("¿por qué tenían precisamente que ser esos eventos y no podían ser otros?"). Tampoco me comenzó a cuadrar la idea de que los únicos actos de bondad verdaderos correspondían exclusivamente a los miembros de los TJ y que si un no-TJ realizaba un acto de bondad sólo era porque el espíritu de Jehová lo motivaba a hacerlo (visión que pone en entredicho el libre albedrío).
Sería largo comentar aquí cuál fue el motivo por el que comencé a abrigar todas estas y otras dudas. El caso es que ya a los 24 decidí no asistir más a las reuniones. Desde mi salida, he asistido solamente a un par de conmemoraciones y ya está. Y, pese a que toda mi familia de origen continúa dentro, no extraño nada de "la organización". Han pasado más de 20 años y mi vida del otro lado ha sido plena. El sol también alumbra aquí afuera.
Algún día comentaré cómo de traumática terminó siendo mi salida definitiva.
Espero poder aportar con mi experiencia y algunas ideas y reflexiones en este espacio de entendimiento.
Un abrazo para todos y todas.
Soy tercera generación de TJ por parte paterna y materna. Me bauticé a los 14 años y permanecí en "la organización" hasta los 24. Llegué a ser Siervo Ministerial con algunas responsabilidades de anciano. Años antes de mi salida, fui abrigando serias dudas acerca de varias interpretaciones que la WT hacía de la biblia. Por ejemplo, comenzó a parecerme arbitrario que el toque de las 7 trompetas del libro de Apocalipsis se cumpliera en 7 asambleas de los TJ del año 1922 al 28 (re-S, pág. 173) ("¿por qué tenían precisamente que ser esos eventos y no podían ser otros?"). Tampoco me comenzó a cuadrar la idea de que los únicos actos de bondad verdaderos correspondían exclusivamente a los miembros de los TJ y que si un no-TJ realizaba un acto de bondad sólo era porque el espíritu de Jehová lo motivaba a hacerlo (visión que pone en entredicho el libre albedrío).
Sería largo comentar aquí cuál fue el motivo por el que comencé a abrigar todas estas y otras dudas. El caso es que ya a los 24 decidí no asistir más a las reuniones. Desde mi salida, he asistido solamente a un par de conmemoraciones y ya está. Y, pese a que toda mi familia de origen continúa dentro, no extraño nada de "la organización". Han pasado más de 20 años y mi vida del otro lado ha sido plena. El sol también alumbra aquí afuera.
Algún día comentaré cómo de traumática terminó siendo mi salida definitiva.
Espero poder aportar con mi experiencia y algunas ideas y reflexiones en este espacio de entendimiento.
Un abrazo para todos y todas.
Logica est ipsius actus rationis. Per quam scilicet homo in ipso actus rationis ordinate et faciliter et sine errore procedat.