(04 Dec, 2023, 01:27 PM)Charles Fiasco Rusell escribió: Si lo pensamos bien, Moisés fue el primero en toda la historia en bajar datos de la nube para su tableta... y una de las cosas que descargó fue el mandato del Dios de los Hebreos de no desear a la mujer de su semejante; pero vemos que algunos antes y después de ese mandato dieron rienda suelta a sus deseos pasionales, dispuestos a dejar a su esposa e hijos tras una aventura sexual, así que siglos después el Pequeño Yahvé (Jesucristo), tuvo que ir un paso más allá y decir que no solo estaba mal tener relaciones con quien no fuera su esposa, sino que incluso el hecho de verla con deseo e imaginarse las cochinadas que le harían ya era pecado. Si se tuvieran que poner más restricciones para evitar el adulterio, a lo mejor Diosito ya hasta le hubiera quitado a la humanidad las manos para dejarlos con los puros muñones.
Aunque la biblia siempre trata el tema del adulterio desde un punto de vista machista (¿por qué dice la biblia "no desearás a la mujer de tu prójimo" y no dice "tampoco desearás al esposo de tu semejante"?) esta pregunta va por igual para ambos géneros, ¿Por qué está mal el adulterio? ¿Por qué lo vemos mal aunque seamos ex tj o hasta ateos? Hago estas preguntas, porque algunos turistas del foro podrían llegar a pensar que por ser ex testigos de Jehová aprobamos cualquier conducta, así que para beneficio de ellos, ¿qué podemos decir al respecto?
No me considero un experto en leyes, pero pudiera abordar el tema sin entrar en el ámbito religioso desde dos ópticas:
1) El contrato matrimonial. Dice Irene Vallejo en su libro "El infinito en un junco" (muy bueno, por cierto) que "durante la mayor parte de nuestra historia, el matrimonio ha sido ante todo una institución económica, una fusión de intereses compartidos". Cuenta incluso como entre muchas culturas siempre hubo alianzas matrimoniales con motivos mercantiles o estratégicos. Así era común entre los griegos y por eso, a Pericles, que se enamoró de verdad de Apasia, lo consideraban un ridículo, ya que se había
casado "por amor", y tal era la exhibición de su amor conyugal que se le llegó a ver como una escandalosa inmoralidad, jajaja. Pero bueno, me estoy desviando del tema.
El caso es que si vemos el matrimonio como un contrato con cláusulas, aunque estas han cambiado e incluso en muchos países, incluyendo México, el adulterio ha dejado de ser tipificado como un delito, sí se sigue considerando como un motivo válido para el divorcio, es decir, la disolución del contrato. En otras palabras, al faltar a una de las cláusulas, la otra parte tiene derecho a ponerle fin.
En conclusión, esta mal, porque estás faltando a un contrato, a tu palabra.
Claro, los tiempos están cambiando y algunos abogan por otro tipo de matrimonios, no me refiero siquiera a los del mismo sexo, sino a los que incluyen a más de dos personas. En estos modelos siempre prevalece la idea de que mientras sea de común acuerdo entre todas las partes involucradas, entonces esta bien (yo no siento que sean tan funcionales y no conozco muchos casos de éxito en ese tipo de relaciones "abiertas"). Lo que me lleva al segundo punto.
2) El daño a terceros. Desde una portura más ética, el adulterio y la infidelidad puede causar mucho dolor a las partes "inocentes", en primer lugar, posiblemente, a la pareja engañada. Es decir,
esta mal porque causas daño y dolor a otros, incluyendo posiblemente a gente inocente. Considero que en una relación de pareja es inevitable desarrollar un sentido de pertenencia (el "llegarán a ser una sola carne" de la Biblia), que uno le pertenece al otro y viceversa. Es bonito en muchos aspectos y es seguramente lo que hace singular esa relación con respecto a otras, aunque también tiene su parte negativa o extrema: ser demasiado posesivo, controlador, celoso. Aún no adopto una postura de si ese sentimiento es natural, es decir, algo propio de todas las especies, o en un sentimiento generado de nuestra forma de vida como sociedad desde hace miles de años. La infidelidad en ese sentido
es una traición, un daño a la amistad de tu mejor amigo: tu pareja.
La realidad es que las historias de adulterio pocas veces terminan bien, o sin herir sentimientos. No podemos negar que detrás de estas historias muchas veces hay un matrimonio donde al menos uno de los miembros se encuentra en algún sentido insatisfecho. Yo si soy partidario (aún muy influenciado por las creencias bíblicas) de que se debe intentar resolver los problemas y no tirar la toalla a la primera. Sin embargo, también he visto matrimonios totalmente infelices, con una relación desgastada y cuyo único vínculo que aún sobrevive son los hijos. De estos, hay historias incluso de hijos que agradecen que sus padres tomaran la decisión de separarse y rehacer sus vidas. Algunos sí lo consiguieron. Aquí es donde dejaría la duda de si realmente debe intentarse salvar el matrimonio a cualquier precio y si el adulterio debería ser el único motivo de divorcio como dice la Biblia y la Watch.
Creo entonces que ante un escenario de adulterio, o antes de que ocurra, lo mejor es proceder intentando dañar lo menos posible a todos los implicados. Esto quizá implique hablar, decirle a la pareja lo que esta pasando. "Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti", diría Jesús.