14 Mar, 2024, 06:24 PM
Vivo en Colombia y hace dos años envié la carta para dejar de ser reconocido como Testigo de Jehová.
Nací en una familia que estaba conociendo la religión. Algunas de mis tías ya estaban bautizadas y mi madre estaba estudiando. Como muchos aquí, desde pequeño asistí a reuniones, asambleas, conmemoraciones y otras actividades de la organización.
Mi madre se bautizó cuando yo tenía 7 años, y en ese momento estaba en funcionamiento la Escuela del Ministerio Teocrático, así que me inscribí. Comencé a hacer lecturas de la Biblia y otras actividades.
Después de dos años, mi madre fue expulsada y yo también me alejé de la organización. Sin embargo, siempre venía un hermano a visitarme y retomé el estudio de la Biblia, esta vez con el libro "Aprendamos del Gran Maestro". A pesar de mi corta edad, era muy entendido y me preparaba para las lecciones de estudio.
Luego, comencé a asistir nuevamente a las reuniones junto con mi hermana. A pesar de que nos conocían en la congregación y sabían que nuestra madre estaba expulsada, siempre nos acogían. Mi madre estuvo expulsada durante cuatro años y regresó cuando yo tenía 14 años. Nos mudamos de barrio y comenzamos de nuevo. Una de las razones por las que nunca di el paso para ser publicador en mi barrio anterior fue por mis amigos. Me daba mucha pena vestirme como Testigo de Jehová, por lo que nunca lo hice. Con la mudanza, empecé a dejar esa vergüenza y volví a vestirme como ellos.
En septiembre de 2017 me volvi publicador, y 5 meses despues me bautice, sentia que estaba teniendo tanto exito dentro que 4 meses despues de mi bautismo yo era participante de el resumen de la atalaya en una ASAMBLEA REGIONAL.
Paso el tiempo y seguia obteniendo tareas... me encargaron incluso el sacar al grupo de predicación un dia a la semana. Y aqui viene lo bueno... llega la pandemia.
Con tanto tiempo libre y el confinamiento, comenzó a emerger mi secreto más profundo, algo contra lo que siempre luché y oré para que Dios lo quitara: mi atracción por personas del mismo sexo.
Después de dos meses en pandemia, ya no pude contenerlo. Comencé a interactuar con personas en redes sociales, practicando sexting y teniendo videollamadas muy íntimas. Abrí aplicaciones de citas y tuve encuentros sexuales con personas del mismo sexo. Sin nada más que hacer, decidí liberar mis deseos y aprender a vivir con ellos, sin limitarme por una religión.
Tenia un grupo de amigos testigos con los que seguia en contacto, decidimos un dia reunirnos y vi que todos habian cambiado notablemente su forma de pensar, y que todos estabamos de acuerdo en que ya no queriamos estar en el mismo lugar y siguiendo reglas absurdas, queriamos ser libres y hacer lo que quisieramos. Empezamos a hacer mini fiestas, ya luego conocimos bares, discotecas... mejor dicho, ya nada podia con la felicidad que sentiamos de haber dejado la organización atras, claro, todo esto a escondidas ja, ja, ja.
Entre todos decidimos que no queriamos pasar por un comité judicial y responder tantas preguntas que sabiamos que los ancianos iban a hacer.
Yo, la mente maestra, ya tenia mi lado oscuro o "apostata" jajaja y sabia muy bien que habia la opción de renunciar a ser testigo de jehova, tenia en un PDF el libro de los ancianos y me puse manos a la obra. Les di al resto de mi grupo de amigos la idea de enviar la carta de renuncia (si les gustaria ver el modelo de carta que enviamos me lo hacen saber en los comentarios) y todos acordamos un día y una hora para enviarla.
Llego el momento y cada uno la envio a su superintendete de grupo... 5 jovenes, 5 cartas, 5 anuncios al mismo tiempo.
Los ancianos con el unico que se comunicaron fue conmigo, y fue por videollamada, me preguntaron simplemente si estaba seguro de lo que habiamos hecho, o si queriamos recibir ayuda de parte de ellos. Simpremente dije no, ya es una decision tomada y colgamos.
Obviamente el dia del anuncio me conecte por zoom para ver las caras de aquellos individuos.
Asi concluye mi historia, un poco resumida
Un gusto conocerlos.
Nací en una familia que estaba conociendo la religión. Algunas de mis tías ya estaban bautizadas y mi madre estaba estudiando. Como muchos aquí, desde pequeño asistí a reuniones, asambleas, conmemoraciones y otras actividades de la organización.
Mi madre se bautizó cuando yo tenía 7 años, y en ese momento estaba en funcionamiento la Escuela del Ministerio Teocrático, así que me inscribí. Comencé a hacer lecturas de la Biblia y otras actividades.
Después de dos años, mi madre fue expulsada y yo también me alejé de la organización. Sin embargo, siempre venía un hermano a visitarme y retomé el estudio de la Biblia, esta vez con el libro "Aprendamos del Gran Maestro". A pesar de mi corta edad, era muy entendido y me preparaba para las lecciones de estudio.
Luego, comencé a asistir nuevamente a las reuniones junto con mi hermana. A pesar de que nos conocían en la congregación y sabían que nuestra madre estaba expulsada, siempre nos acogían. Mi madre estuvo expulsada durante cuatro años y regresó cuando yo tenía 14 años. Nos mudamos de barrio y comenzamos de nuevo. Una de las razones por las que nunca di el paso para ser publicador en mi barrio anterior fue por mis amigos. Me daba mucha pena vestirme como Testigo de Jehová, por lo que nunca lo hice. Con la mudanza, empecé a dejar esa vergüenza y volví a vestirme como ellos.
En septiembre de 2017 me volvi publicador, y 5 meses despues me bautice, sentia que estaba teniendo tanto exito dentro que 4 meses despues de mi bautismo yo era participante de el resumen de la atalaya en una ASAMBLEA REGIONAL.
Paso el tiempo y seguia obteniendo tareas... me encargaron incluso el sacar al grupo de predicación un dia a la semana. Y aqui viene lo bueno... llega la pandemia.
Con tanto tiempo libre y el confinamiento, comenzó a emerger mi secreto más profundo, algo contra lo que siempre luché y oré para que Dios lo quitara: mi atracción por personas del mismo sexo.
Después de dos meses en pandemia, ya no pude contenerlo. Comencé a interactuar con personas en redes sociales, practicando sexting y teniendo videollamadas muy íntimas. Abrí aplicaciones de citas y tuve encuentros sexuales con personas del mismo sexo. Sin nada más que hacer, decidí liberar mis deseos y aprender a vivir con ellos, sin limitarme por una religión.
Tenia un grupo de amigos testigos con los que seguia en contacto, decidimos un dia reunirnos y vi que todos habian cambiado notablemente su forma de pensar, y que todos estabamos de acuerdo en que ya no queriamos estar en el mismo lugar y siguiendo reglas absurdas, queriamos ser libres y hacer lo que quisieramos. Empezamos a hacer mini fiestas, ya luego conocimos bares, discotecas... mejor dicho, ya nada podia con la felicidad que sentiamos de haber dejado la organización atras, claro, todo esto a escondidas ja, ja, ja.
Entre todos decidimos que no queriamos pasar por un comité judicial y responder tantas preguntas que sabiamos que los ancianos iban a hacer.
Yo, la mente maestra, ya tenia mi lado oscuro o "apostata" jajaja y sabia muy bien que habia la opción de renunciar a ser testigo de jehova, tenia en un PDF el libro de los ancianos y me puse manos a la obra. Les di al resto de mi grupo de amigos la idea de enviar la carta de renuncia (si les gustaria ver el modelo de carta que enviamos me lo hacen saber en los comentarios) y todos acordamos un día y una hora para enviarla.
Llego el momento y cada uno la envio a su superintendete de grupo... 5 jovenes, 5 cartas, 5 anuncios al mismo tiempo.
Los ancianos con el unico que se comunicaron fue conmigo, y fue por videollamada, me preguntaron simplemente si estaba seguro de lo que habiamos hecho, o si queriamos recibir ayuda de parte de ellos. Simpremente dije no, ya es una decision tomada y colgamos.
Obviamente el dia del anuncio me conecte por zoom para ver las caras de aquellos individuos.
Asi concluye mi historia, un poco resumida
Un gusto conocerlos.