27 Mar, 2024, 12:22 AM
Hace un mes se estrenó en estados unidos la película The Iron Clawn, en Español La Garra de Hierro, protagonizada por Zac Efron, la película apenas llegó a los cines de mi país la semana pasada y acudí a verla.
Pocos saben que soy fan de la Lucha Libre, no por creer que sea real, sé perfectamente que los combates y resultados son guionizados, pero a través de ella el ring se convierte en un escenario, y los combatientes son capaces de contar historias y transmitir emociones. Desafortunadamente eso nunca lo entendió mi padre quien me prohibía verla o comprar revistas de luchitas, siempre diciéndome que Dios odia la violencia... Pero ahora que salió esta peli quise darme como regalo personal ir a verla.
La película trata de la familia Von Erich, compuesta por los padres y 5 hijos, el menor murió a corta edad y en el filme solo se concentran en los otros 4. El padre de la familia fue luchador y después promotor de ese deporte espectáculo, y a lo largo de la película se muestra cómo fue dejando sin opción a sus hijos, decidiendo por ellos, que fuera cual fuera su aficcion, serían luchadores, sin importar el talento que tuvieran en otras áreas, sin importar si les gustaba ese deporte. La lucha libre es un deporte muy demandante porque implica viajes constantes, sin descuidar el gimnasio y ensayar las rutinas, además que aunque sea un espectáculo varios golpes y castigos son reales y un movimiento mal ejecutado puede resultar en lesiones graves.
El padre de los Von Eric exige de sus hijos no solo ser peleadores, sino ser los mejores, teniendo la obsesión en que consigan un campeonato que él mismo nunca logró conquistar. Con el tiempo las exigencias del padre causan problemas de salud en sus hijos y otros problemas: uno de ellos muere por enteritis, otro de ellos cae en las drogas y con el tiempo se suicida de un balazo, otro de ellos sufre una lesión en el ring que afectó sus funciones cerebrales, en su desesperación se suicida con una sobredosis de pastillas, solo uno de los hermanos quedó vivo. El filme retrata la terquedad del papá quien pese a ver lo que va siendo de sus hijos no quita el dedo del renglón en que los van quedando sigan esforzándose por triunfar en el deporte porque el apellido Von Erich vendía demasiado. Al final el hermano sobreviviente vende la empresa de promoción de lucha libre que su padre le había heredado, pese a la oposición del mismo.
Ya hace tiempo sabía yo la historia de los Von Erich, se les conocía como la familia maldita, por todas las tragedias qué pasaron, de hecho la película se queda corta porque omitieron varios detalles que hacen aún más triste la historia, y los mismos guionistas admitieron que por la crudeza de lo que en realidad sucedió tuvieron que omitir algunos aspectos, incluso existió un sexto hermano del cual no se hace mención en la película, quien pese a tener asma fue manipulado por su padre para ser luchador, y por la presión que suponía para él no ser tan bueno como sus hermanos, también se suicidó.
Así que, la película trata de mostrar que más que una maldición, la vida de tragedia tuvo como culpable a un padre obsesionado con una idea, que impuso a sus hijos lo que debían ser. Y esto me recuerda tristemente a muchos padres testigos de Jehová, entre ellos el mio, para quienes no había opción: teníamos que llegar a ser adoradores de Jehová, en su afán por cumplir lo que ellos creían que era correcto, decidieron muchas cosas sin tomar en cuenta nuestros gustos, nuestros sentimientos, nuestras habilidades, todo lo que no fuera útil para poder predicar se podía considerar irrelevante, en el caso de quienes tuvimos varios hermanos tal vez fuimos testigos de cómo alguno considerado "rebelde" era echado de la casa como ejemplo para los demás. Desde pequeños fuimos presionados para matricularnos en la escuela del ministerio, para ser publicadores, para bautizarnos o ser precursores. Pese a ver que esa formula de imposición no sirvió en los hermanos mayores, hay padres que se aferraron y se aferran a seguir los mismos métodos de crianza con los hijos menores, pero lo único que esto causa es insatisfacción y tristemente en algunos casos el suicidio.
Pocos saben que soy fan de la Lucha Libre, no por creer que sea real, sé perfectamente que los combates y resultados son guionizados, pero a través de ella el ring se convierte en un escenario, y los combatientes son capaces de contar historias y transmitir emociones. Desafortunadamente eso nunca lo entendió mi padre quien me prohibía verla o comprar revistas de luchitas, siempre diciéndome que Dios odia la violencia... Pero ahora que salió esta peli quise darme como regalo personal ir a verla.
La película trata de la familia Von Erich, compuesta por los padres y 5 hijos, el menor murió a corta edad y en el filme solo se concentran en los otros 4. El padre de la familia fue luchador y después promotor de ese deporte espectáculo, y a lo largo de la película se muestra cómo fue dejando sin opción a sus hijos, decidiendo por ellos, que fuera cual fuera su aficcion, serían luchadores, sin importar el talento que tuvieran en otras áreas, sin importar si les gustaba ese deporte. La lucha libre es un deporte muy demandante porque implica viajes constantes, sin descuidar el gimnasio y ensayar las rutinas, además que aunque sea un espectáculo varios golpes y castigos son reales y un movimiento mal ejecutado puede resultar en lesiones graves.
El padre de los Von Eric exige de sus hijos no solo ser peleadores, sino ser los mejores, teniendo la obsesión en que consigan un campeonato que él mismo nunca logró conquistar. Con el tiempo las exigencias del padre causan problemas de salud en sus hijos y otros problemas: uno de ellos muere por enteritis, otro de ellos cae en las drogas y con el tiempo se suicida de un balazo, otro de ellos sufre una lesión en el ring que afectó sus funciones cerebrales, en su desesperación se suicida con una sobredosis de pastillas, solo uno de los hermanos quedó vivo. El filme retrata la terquedad del papá quien pese a ver lo que va siendo de sus hijos no quita el dedo del renglón en que los van quedando sigan esforzándose por triunfar en el deporte porque el apellido Von Erich vendía demasiado. Al final el hermano sobreviviente vende la empresa de promoción de lucha libre que su padre le había heredado, pese a la oposición del mismo.
Ya hace tiempo sabía yo la historia de los Von Erich, se les conocía como la familia maldita, por todas las tragedias qué pasaron, de hecho la película se queda corta porque omitieron varios detalles que hacen aún más triste la historia, y los mismos guionistas admitieron que por la crudeza de lo que en realidad sucedió tuvieron que omitir algunos aspectos, incluso existió un sexto hermano del cual no se hace mención en la película, quien pese a tener asma fue manipulado por su padre para ser luchador, y por la presión que suponía para él no ser tan bueno como sus hermanos, también se suicidó.
Así que, la película trata de mostrar que más que una maldición, la vida de tragedia tuvo como culpable a un padre obsesionado con una idea, que impuso a sus hijos lo que debían ser. Y esto me recuerda tristemente a muchos padres testigos de Jehová, entre ellos el mio, para quienes no había opción: teníamos que llegar a ser adoradores de Jehová, en su afán por cumplir lo que ellos creían que era correcto, decidieron muchas cosas sin tomar en cuenta nuestros gustos, nuestros sentimientos, nuestras habilidades, todo lo que no fuera útil para poder predicar se podía considerar irrelevante, en el caso de quienes tuvimos varios hermanos tal vez fuimos testigos de cómo alguno considerado "rebelde" era echado de la casa como ejemplo para los demás. Desde pequeños fuimos presionados para matricularnos en la escuela del ministerio, para ser publicadores, para bautizarnos o ser precursores. Pese a ver que esa formula de imposición no sirvió en los hermanos mayores, hay padres que se aferraron y se aferran a seguir los mismos métodos de crianza con los hijos menores, pero lo único que esto causa es insatisfacción y tristemente en algunos casos el suicidio.
charlesfiascorussell@gmail.com