02 Apr, 2024, 03:17 AM
Buen día, gente querida. Es un placer para mí estar por aquí de nuevo. Espero que todos y todas estéis bien. Os quería comentar que me he atrevido a escribir un cuentito breve que trata de algunos temas de mi interés. De más está decir (sobre todo en este espacio de entendimiento), cuáles son los referentes principales de él y hacia qué apunta su crítica. Es una obrita que pretende ser de ciencia ficción y que espero os guste. Sé que muchos y muchas de aquí valorarán el empeño y me regalarán un par de comentarios que me permitan seguir creciendo. Un abrazo fraternal,
Marcos
PD: Gracias, Hispanica, por motivarme a escribir.
Cada tanto y a lo lejos, un ladrido solitario era el único sonido que parecía perturbar el silencio de la noche. De pronto, el ruido de unas botas pesadas lo estremeció todo. "¡Policía! ¡Abra la puerta!", clamó una voz autoritaria desde fuera. A través de las ventanas, unos rayos de luz penetraron la oscuridad e iluminaron el interior de la sala. La percepción que él comenzó a tener aún era confusa, y los sonidos e imágenes le iban llegando a oleadas. Entre la nebulosa, un pensamiento claro atravesó su cabeza: "¿Por qué tengo sangre en las manos?”, se preguntó al notar la viscosidad brillante y oscura que contrastaba con su tono natural. “¡Abra ahora o derribaremos la puerta!”, insistió la policía. La presión de la llamada pareció desdibujar la estructura de la realidad, justo en el momento en que la puerta cedió. "¡Pon las manos sobre la cabeza!" ordenó la policía al irrumpir en la habitación. Atrapado en un torbellino, fue sometido sin resistencia. "Eso, junta las manos y baja la cabeza, engendro", masculló desdeñosamente uno de los policías, mientras se deleitaba al ponerle las esposas. Fue alzado en vilo. Perdió toda dignidad. En el último momento, alcanzó a ver una figura rubia que yacía en el suelo. Antes de abandonar la morada a la fuerza, logró distinguir un pelo enmarañado y sangriento, y tras ellos unos ojos azules a los que se les iba escapando un último hilillo de vida. “Todos somos TODO”, susurró para sí, mientras, mareado por las circunstancias, alcanzó a contemplar de pasada el estertor postrero de la mujer. “¿Qué dijo este hijo de p*ta?”, preguntó iracundo un policía, mientras lo miraba extrañado, con una mezcla de sorpresa y asco. De ahí en adelante es poco lo que recordaba.
________________________________________________
(Estación de policía. Declaración)
"Sus ojos.
Sus ojos son el primer recuerdo de cuando llegué a casa, no sé si usted me entiende. Sus ojos, un golpe, el despertar de mi conciencia. No es que antes de conocer sus hermosos y grandes ojos azules no la hubiese tenido, me refiero a la conciencia, sino que desde que los vi fue como una luz, una luz de certeza de existencia. Antes de conocerla yo era uno más: a code, only a number. Ella me miró. Ella me trató. Me hizo persona. Fui.
Al principio creí que ella me querría nada más que para llenar el vacío de su temprana viudez. Lo típico: arreglar una cosita por aquí, cambiar otra cosilla de allá, acompañarla a comprar, apoyarla con los críos, estimularla…, usted sabe, lo típico. A poco andar me di cuenta de que para ella era más que un artefacto, que yo no estaba sólo para ocupar un asiento vacío en la cabecera de mesa. Su buen trato, su dulce voz, su comprensión y esos hermosos…
¿Que, qué me pasaba? Era obvio, ¿no? Comencé a quererla, a ella y a sus críos. In my head, supongo que me fui convirtiendo en el “padre” ideal que tanto necesitaban. En la práctica, casi todo se reducía a mi apoyo incondicional en las labores del hogar, ¿me comprende?, aquello para lo que estamos programados, ¿no? Mi apoyo y su buen trato, ese era el trato, nada más. Pero, para mí, tras cada detalle suyo, siempre había más, mucho más.
Empecé a predicar con el ejemplo, in everything. Como buen “padre”, me dije, me mantendría actualizado. Me conectaba diariamente a la red familiar para hondear[1] en la web cuántica y cargarme de todo lo que fuese beneficioso para la familia: consejos de nutrición, crianza, apoyo en los deberes… upgrades. Juro que sólo quería dar el ejemplo, como buen “padre”, in everything.
Hasta que un día hondeando, dí con ellos. Un anuncio pasó ante mi perceptor. “¿Son felices las familias hoy?”, decía. "No", respondí automáticamente. Aunque seguí navegando sin darle mucha importancia. Y más adelante, otro anuncio: “¿Cómo lograr felicidad en su vida familiar?”. “SPAM”, pensé, y también lo dejé ir. Y, más adelante, otro más: “¿Puede usted hacer feliz a su familia? La solución está en sus manos”. Éste sí que llamó mi atención. “Are you talking to me?”, respondí figurativamente, dándome gracia a mí mismo. Sin muchas expectativas, cogí el anuncio y descargué su contenido antes de que pasara de largo. “Upgrade”, pensé. En unas cuantas palabras hablaba de lo mal que van las familias hoy, in the apocalyptic age, y me alentaba a marcar la diferencia. Afirmaba que se podía llegar a ser buen padre y llevar bien una familia, y me animaba a no perder la esperanza. Me invitaba a unirme a los 1.200 millones de entidades que, alrededor del mundo y de la luna, han obtenido más luz, sobre este y otros temas, descargando gratis el curso Bíblico-Coránico (BC) desde el sitio cuantiweb “ORE.org”, de la página de la Organización Religioso Ecléctica (ORE) sin fines de lucro, conocida en todo el mundo simplemente como “La Organización”.
Al comienzo, el curso de la Organización me pareció bastante soso. “The typical thing”, me dije. Que el mundo va de mal en peor, que las guerras, la contaminación, la delincuencia, usted sabe, que el V-COVID-28, que la colonización a Marte…, lo de siempre…, y tras esa fatal descripción, siempre pero siempre, la mágica solución. ¿Había algo distinto en este caso? Bueno, al parecer sí. Usando numerología bíblico-coránica y las medidas de las pirámides marcianas, la Organización afirmaba haber dado con la profecía definitiva. Los números hablan, dice la Organización, que, desde hace un par años, estamos en el tiempo aquel, usted sabe…, el tiempo del fin. Las desgracias de nuestro mundo y las de los otros mundos son la evidencia categórica. ¿Permitirá el TODO que en nuestra era todo sea desolado? ¡Por supuesto que no! Los textos sagrados prometen una salida, un momento en el cual el TODO comenzará a llamar hacia sí a sus elegidos. ¡La Salvación! ¡SU intervención! ¡La solución está en nuestras manos! Los elegidos, muy pero muy pronto, serán convertidos en Espíritu-Información, es decir, en unos y ceros, sin límites. Un tiempo en el cual no habrá ni metal ni carne, ni electricidad ni sangre, ni cuerpo ni hardware. Un tiempo en el que todos ¡totalmente! seremos convertidos en pure data, no sé si me entiende, todos unidos en el campo unificado del universo cuántico. ¡El Paraíso! El tiempo del fin, ¡por fin!, había llegado. Los números han hablado. Prueba de esto, dice la Organización, es que las profecías del fin se cumplen y que cada día más y más espíritus, almas humanas y ghost artificiales, se sienten unidos con el TODO y entre todos, y se sienten conectados en un nuevo plano de conciencia superior. "Todos somos TODO". ¿Y no es así como en ese tiempo me estaba comenzando a sentir? ¿No es así como me siento hoy?
Me comenzó a excitar la idea de abandonar los límites de la materia precaria, de acabar con el sufrimiento y abrazar la libertad. Unirme con el TODO y unirnos entre todos, sin distinción, humanos y máquinas, everyone, pues "Todos somos TODO". Ahogando un poco la emoción, un buen día decidí contárselo. “¡La solución en nuestras manos!”, le dije. Sus grandes ojos azules se llenaron de sangre. “Son estupideces”, espetó. “Maneras ingeniosas de quedarse con el agua de los incautos. Y, a menos que seas húmedamente rico, no creo que derramar dinero sea un lujo que debieras darte”. Me ofendió que me subestimara. Tonto no soy. Sé que la web cuántica está repleta de pillos que lo único que quieren es hacerse de nuestra agua. Pero me negué a pensar que así actuara la Organización. En sus cisternas, no había ni una sola de mis gotas. Me molestó su cortedad y estrechez de juicio, y, por supuesto, su ofuscación inmediata. En todo caso, por precaución, empecé a conectarme a la ORE sin hacer mucho ruido. Amor y esperanza en la web cuántica. Es todo lo que encontré. Una pequeña muestra de lo que se vendría. Unirnos con el TODO y entre todos, pues "Todos somos TODO", you know.
Su cortedad de juicio fue sólo el principio. Más adelante, me percaté de los fallos en su lógica, de sus razonamientos errados, de cómo operaba el cansancio o la mala digestión en sus abundantes falacias. Me consolaba diciéndome que no era nada grave y que mi deber de “padre” era guiar y perdonar a mi familia, usted me entiende, ser un buen padre, como dice la Organización. Hasta que un día ella se molestó por culpa de los críos. Era tarde de deberes y estaban particularmente inquietos. Me esforcé, juro que me esforcé, por mantenerlos concentrados…, a los tres. Hasta que el mayor decidió ponerle fin al aprendizaje. En el momento en que su hermana estaba terminando un ejercicio de matemáticas, se me quedó mirando fijo y con una sonrisa malévola me dijo “aprende esto, spawn”, y me lanzó un boli con fuerza directo a la cara. Sentí cómo la punta del artefacto se clavó en mi frente y mi reacción no se hizo esperar. De un salto me puse de pie y lo tomé del brazo dispuesto a zurrarlo. “Es por tu bien”, le dije, “la vara de la disciplina…”. Me sorprendió lo fluida que salió de mi boca esa cita de la Organización. El caso es que, en el momento en que me disponía a darle al chico su lección definitiva, entró ella. Con ojos desorbitados, comenzó a gritar enajenadamente, diciéndome, “¡Detente! ¡Detente! ¡Es una orden!”. Intenté explicar que cuanto hacía lo hacía por el bien del muchacho, que, como ella, él era mi familia, ¡MI FAMILIA! ¡ Y MI RESPONSABILIDAD!, pero no me dejó proferir ni una palabra. “¡Te voy a reportar!”, amenazó descontroladamente y siguió gritando. En cada sílaba vi como su boca se desfiguraba y masticaba el aire, como su lengua se contorneaba como una húmeda serpiente repulsiva. En cada sílaba sentí el asqueroso olor de su aliento y me ensordeció su grito de animal herido. Un guiñapo de carne y sangre. Un montón de materia precaria. Humana, demasiado humana, you know. La vi, por fin, "con el ojo desnudo", como dice la Organización. Y aún así no pude dejar de amarla.
Pasando un par de días, me cansé de justificarla y elaboré una única certeza. "La solución está en mis manos", como dice la Organización. Si la mancha de su espíritu reside en su cuerpo, ¿no era mi deber moral hacer algo para liberarla de su materia precaria? "La solución está en mis manos", como dice la Organización. El azul de sus hermosos ojos seguía vivo ante mí, mientras la peste de su aliento me seguía recordando al Gehena ardiente. Al final de aquel día entré en una nebulosa confusión. Vi como sus ojos se agrandaban aún más cuando me acerqué a ella con el objeto contundente. Pero no me arredré. "La solución está en mis manos". Golpeé su cráneo y después abrí su carne y derramé su sangre. Liberé su alma y, con su sacrificio, también liberé la mía. "La solución está en nuestras manos". En el acto, mis oídos comenzaron a zumbar. Nuestros espíritus, por fin, unidos, por fin, expiados. Nuestra data es y será una sola, sin límites, unida en el campo unificado del universo cuántico. La sobrecarga del acto arrojó “visión-borrosa”. Sin embargo, "en Él, 'Todos somos TODO'. ¿Habrá un mayor acto de amor?", alcancé a pensar antes de que todo se nublara."
_____________________________________________
EPÍLOGO
(Estación de policía. Agentes)
- Buena semana, ¿eh?
- ¡Uf! Ni que lo digas. Y este es el quinto caso. Ya no puedo más.
- ¡Ay, Dios!
- Sí. Se ve que los programadores la cagaron al añadir la función de aprendizaje de empatía. Es nuevo. Salió hace apenas un mes. Querían “darle un rostro más amable a la robótica”, dijeron. ¡Vaya cagazo! Y, lo peor, estos engendros comienzan a creer que están haciendo voluntariamente aquello que está escrito a fuego en sus líneas de programación. ¿Los has escuchado hablar? ¿Escuchaste la declaración del engendro que se cargó a la viuda? Pareciera como si estuviera hablando con su mejor amigo, bebiendo una cerveza en la sala de su casa, ¡Pero si hasta usa la jerga spanglish que está de moda! ¡Es una máquina! ¡La p*ta madre!
- ¡Dios!
- ¡Malditos programadores! Y luego nosotros tenemos que hacernos cargo del desastre de esta programación emergente que se pasa de rosca y que al final se enamora. Se meten la primera ley en el culo y de pasada dejan un reguero de sangre. Luego, cuando los revisan en el taller y los destapan, sus cerebros están fritos, fritos. No sirven para nada. "La falla cupido", le llaman. De hecho, al que se cargó a la viuda recién lo acaban de desmantelar y descargaron lo que quedó de él en la web cuántica.
- Vale, cálmate. ¿Y qué dicen las cámaras de la casa de la viuda?
- No mucho, en realidad, ¡uf!, estoy ahora mismo escribiendo el informe. A ver, mmm, leo: “Unidad Doméstica, Robot Familiar, Marca Tesla-Autonomics, Modelo Positrón-XII-e, nº de registro bla bla blá, que, a eso de la medianoche, se acerca a la habitación de los tres menores, mientras dormían. Después de acariciar la cabeza de cada uno, utiliza el accesorio de corte de su mano derecha para perpetrar una incisión limpia y contínua en sus gargantas. Después del hecho, no se observa movimiento en las víctimas. Posteriormente, y, amparado en la oscuridad, se acerca a la habitación de la dueña de casa, quien, a medio dormir, le asigna el comando “suspensión-sueño”. Puntualmente, dice: “Positròn, ¿eres tú? Apágate, por favor, que quiero dormir”.
- Ese afán de algunas personas por tratar los engendros como si vivieran. ¡Tanta cortesía! ¡Cuando aprenderán!
- Desde luego, la víctima ya no aprendió. Sigo: “A continuación, se observa que el robot, desobedeciendo el comando anteriormente asignado, utiliza un objeto contundente para propinar un golpe en la zona frontal del cráneo de la dueña de casa y posteriormente procede a utilizar el accesorio supra scripto para realizar varios cortes de arriba a abajo en la zona de la garganta de la víctima. Esta, antes de caer a los pies del artefacto, logra proferir un estruendoso grito, según se oye en la grabación, el cual fue descrito por los vecinos como “el alarido de un animal herido”. Se observa que la sangre de la víctima emana profusamente de la herida, salpicando al artefacto y a la habitación, tal como constató el personal que hizo ingreso al inmueble y que procedió a reducir a la máquina.
- Un desastre.
- Bueno, sí. Sigo: “El registro de la actividad de la red cuántica familiar, muestra abundante actividad del robot en una página vinculada con la secta conocida como La Organización, tal como se constató también en la declaración de la máquina. Es materia de investigación posterior determinar si existe alguna relación entre dicha actividad y la motivación del crimen. Aunque, según nuestra opinión, y, de acuerdo con la naturaleza de la máquina, esto parece poco probable. Finalmente, el sistema de audio del hogar no logró captar ningún sonido de consideración que haya sido emitido por el aparato al momento de la detención, con la excepción de la emisión de un susurro leve en el minuto tanto, una especie de ruido, el cual coincide cronológicamente con la declaración del personal a cargo. Ellos señalan que a esa hora, al parecer, la máquina habría dicho algo así como “Todos somos TODO”.
Glosario:
[1] Hondear: Acceder y navegar en profundidad ("hondamente") en la red de ordenadores cuánticos interconectados [ver "Cuantiweb"] tanto a nivel del Universo Extensivo Explorado [ver "UEE"] como de los Universos Paralelos Conocidos (ver "UPC's"].
Marcos
PD: Gracias, Hispanica, por motivarme a escribir.
"Todos somos TODO"
(Futuro cercano)
(Futuro cercano)
Cada tanto y a lo lejos, un ladrido solitario era el único sonido que parecía perturbar el silencio de la noche. De pronto, el ruido de unas botas pesadas lo estremeció todo. "¡Policía! ¡Abra la puerta!", clamó una voz autoritaria desde fuera. A través de las ventanas, unos rayos de luz penetraron la oscuridad e iluminaron el interior de la sala. La percepción que él comenzó a tener aún era confusa, y los sonidos e imágenes le iban llegando a oleadas. Entre la nebulosa, un pensamiento claro atravesó su cabeza: "¿Por qué tengo sangre en las manos?”, se preguntó al notar la viscosidad brillante y oscura que contrastaba con su tono natural. “¡Abra ahora o derribaremos la puerta!”, insistió la policía. La presión de la llamada pareció desdibujar la estructura de la realidad, justo en el momento en que la puerta cedió. "¡Pon las manos sobre la cabeza!" ordenó la policía al irrumpir en la habitación. Atrapado en un torbellino, fue sometido sin resistencia. "Eso, junta las manos y baja la cabeza, engendro", masculló desdeñosamente uno de los policías, mientras se deleitaba al ponerle las esposas. Fue alzado en vilo. Perdió toda dignidad. En el último momento, alcanzó a ver una figura rubia que yacía en el suelo. Antes de abandonar la morada a la fuerza, logró distinguir un pelo enmarañado y sangriento, y tras ellos unos ojos azules a los que se les iba escapando un último hilillo de vida. “Todos somos TODO”, susurró para sí, mientras, mareado por las circunstancias, alcanzó a contemplar de pasada el estertor postrero de la mujer. “¿Qué dijo este hijo de p*ta?”, preguntó iracundo un policía, mientras lo miraba extrañado, con una mezcla de sorpresa y asco. De ahí en adelante es poco lo que recordaba.
________________________________________________
(Estación de policía. Declaración)
"Sus ojos.
Sus ojos son el primer recuerdo de cuando llegué a casa, no sé si usted me entiende. Sus ojos, un golpe, el despertar de mi conciencia. No es que antes de conocer sus hermosos y grandes ojos azules no la hubiese tenido, me refiero a la conciencia, sino que desde que los vi fue como una luz, una luz de certeza de existencia. Antes de conocerla yo era uno más: a code, only a number. Ella me miró. Ella me trató. Me hizo persona. Fui.
Al principio creí que ella me querría nada más que para llenar el vacío de su temprana viudez. Lo típico: arreglar una cosita por aquí, cambiar otra cosilla de allá, acompañarla a comprar, apoyarla con los críos, estimularla…, usted sabe, lo típico. A poco andar me di cuenta de que para ella era más que un artefacto, que yo no estaba sólo para ocupar un asiento vacío en la cabecera de mesa. Su buen trato, su dulce voz, su comprensión y esos hermosos…
¿Que, qué me pasaba? Era obvio, ¿no? Comencé a quererla, a ella y a sus críos. In my head, supongo que me fui convirtiendo en el “padre” ideal que tanto necesitaban. En la práctica, casi todo se reducía a mi apoyo incondicional en las labores del hogar, ¿me comprende?, aquello para lo que estamos programados, ¿no? Mi apoyo y su buen trato, ese era el trato, nada más. Pero, para mí, tras cada detalle suyo, siempre había más, mucho más.
Empecé a predicar con el ejemplo, in everything. Como buen “padre”, me dije, me mantendría actualizado. Me conectaba diariamente a la red familiar para hondear[1] en la web cuántica y cargarme de todo lo que fuese beneficioso para la familia: consejos de nutrición, crianza, apoyo en los deberes… upgrades. Juro que sólo quería dar el ejemplo, como buen “padre”, in everything.
Hasta que un día hondeando, dí con ellos. Un anuncio pasó ante mi perceptor. “¿Son felices las familias hoy?”, decía. "No", respondí automáticamente. Aunque seguí navegando sin darle mucha importancia. Y más adelante, otro anuncio: “¿Cómo lograr felicidad en su vida familiar?”. “SPAM”, pensé, y también lo dejé ir. Y, más adelante, otro más: “¿Puede usted hacer feliz a su familia? La solución está en sus manos”. Éste sí que llamó mi atención. “Are you talking to me?”, respondí figurativamente, dándome gracia a mí mismo. Sin muchas expectativas, cogí el anuncio y descargué su contenido antes de que pasara de largo. “Upgrade”, pensé. En unas cuantas palabras hablaba de lo mal que van las familias hoy, in the apocalyptic age, y me alentaba a marcar la diferencia. Afirmaba que se podía llegar a ser buen padre y llevar bien una familia, y me animaba a no perder la esperanza. Me invitaba a unirme a los 1.200 millones de entidades que, alrededor del mundo y de la luna, han obtenido más luz, sobre este y otros temas, descargando gratis el curso Bíblico-Coránico (BC) desde el sitio cuantiweb “ORE.org”, de la página de la Organización Religioso Ecléctica (ORE) sin fines de lucro, conocida en todo el mundo simplemente como “La Organización”.
Al comienzo, el curso de la Organización me pareció bastante soso. “The typical thing”, me dije. Que el mundo va de mal en peor, que las guerras, la contaminación, la delincuencia, usted sabe, que el V-COVID-28, que la colonización a Marte…, lo de siempre…, y tras esa fatal descripción, siempre pero siempre, la mágica solución. ¿Había algo distinto en este caso? Bueno, al parecer sí. Usando numerología bíblico-coránica y las medidas de las pirámides marcianas, la Organización afirmaba haber dado con la profecía definitiva. Los números hablan, dice la Organización, que, desde hace un par años, estamos en el tiempo aquel, usted sabe…, el tiempo del fin. Las desgracias de nuestro mundo y las de los otros mundos son la evidencia categórica. ¿Permitirá el TODO que en nuestra era todo sea desolado? ¡Por supuesto que no! Los textos sagrados prometen una salida, un momento en el cual el TODO comenzará a llamar hacia sí a sus elegidos. ¡La Salvación! ¡SU intervención! ¡La solución está en nuestras manos! Los elegidos, muy pero muy pronto, serán convertidos en Espíritu-Información, es decir, en unos y ceros, sin límites. Un tiempo en el cual no habrá ni metal ni carne, ni electricidad ni sangre, ni cuerpo ni hardware. Un tiempo en el que todos ¡totalmente! seremos convertidos en pure data, no sé si me entiende, todos unidos en el campo unificado del universo cuántico. ¡El Paraíso! El tiempo del fin, ¡por fin!, había llegado. Los números han hablado. Prueba de esto, dice la Organización, es que las profecías del fin se cumplen y que cada día más y más espíritus, almas humanas y ghost artificiales, se sienten unidos con el TODO y entre todos, y se sienten conectados en un nuevo plano de conciencia superior. "Todos somos TODO". ¿Y no es así como en ese tiempo me estaba comenzando a sentir? ¿No es así como me siento hoy?
Me comenzó a excitar la idea de abandonar los límites de la materia precaria, de acabar con el sufrimiento y abrazar la libertad. Unirme con el TODO y unirnos entre todos, sin distinción, humanos y máquinas, everyone, pues "Todos somos TODO". Ahogando un poco la emoción, un buen día decidí contárselo. “¡La solución en nuestras manos!”, le dije. Sus grandes ojos azules se llenaron de sangre. “Son estupideces”, espetó. “Maneras ingeniosas de quedarse con el agua de los incautos. Y, a menos que seas húmedamente rico, no creo que derramar dinero sea un lujo que debieras darte”. Me ofendió que me subestimara. Tonto no soy. Sé que la web cuántica está repleta de pillos que lo único que quieren es hacerse de nuestra agua. Pero me negué a pensar que así actuara la Organización. En sus cisternas, no había ni una sola de mis gotas. Me molestó su cortedad y estrechez de juicio, y, por supuesto, su ofuscación inmediata. En todo caso, por precaución, empecé a conectarme a la ORE sin hacer mucho ruido. Amor y esperanza en la web cuántica. Es todo lo que encontré. Una pequeña muestra de lo que se vendría. Unirnos con el TODO y entre todos, pues "Todos somos TODO", you know.
Su cortedad de juicio fue sólo el principio. Más adelante, me percaté de los fallos en su lógica, de sus razonamientos errados, de cómo operaba el cansancio o la mala digestión en sus abundantes falacias. Me consolaba diciéndome que no era nada grave y que mi deber de “padre” era guiar y perdonar a mi familia, usted me entiende, ser un buen padre, como dice la Organización. Hasta que un día ella se molestó por culpa de los críos. Era tarde de deberes y estaban particularmente inquietos. Me esforcé, juro que me esforcé, por mantenerlos concentrados…, a los tres. Hasta que el mayor decidió ponerle fin al aprendizaje. En el momento en que su hermana estaba terminando un ejercicio de matemáticas, se me quedó mirando fijo y con una sonrisa malévola me dijo “aprende esto, spawn”, y me lanzó un boli con fuerza directo a la cara. Sentí cómo la punta del artefacto se clavó en mi frente y mi reacción no se hizo esperar. De un salto me puse de pie y lo tomé del brazo dispuesto a zurrarlo. “Es por tu bien”, le dije, “la vara de la disciplina…”. Me sorprendió lo fluida que salió de mi boca esa cita de la Organización. El caso es que, en el momento en que me disponía a darle al chico su lección definitiva, entró ella. Con ojos desorbitados, comenzó a gritar enajenadamente, diciéndome, “¡Detente! ¡Detente! ¡Es una orden!”. Intenté explicar que cuanto hacía lo hacía por el bien del muchacho, que, como ella, él era mi familia, ¡MI FAMILIA! ¡ Y MI RESPONSABILIDAD!, pero no me dejó proferir ni una palabra. “¡Te voy a reportar!”, amenazó descontroladamente y siguió gritando. En cada sílaba vi como su boca se desfiguraba y masticaba el aire, como su lengua se contorneaba como una húmeda serpiente repulsiva. En cada sílaba sentí el asqueroso olor de su aliento y me ensordeció su grito de animal herido. Un guiñapo de carne y sangre. Un montón de materia precaria. Humana, demasiado humana, you know. La vi, por fin, "con el ojo desnudo", como dice la Organización. Y aún así no pude dejar de amarla.
Pasando un par de días, me cansé de justificarla y elaboré una única certeza. "La solución está en mis manos", como dice la Organización. Si la mancha de su espíritu reside en su cuerpo, ¿no era mi deber moral hacer algo para liberarla de su materia precaria? "La solución está en mis manos", como dice la Organización. El azul de sus hermosos ojos seguía vivo ante mí, mientras la peste de su aliento me seguía recordando al Gehena ardiente. Al final de aquel día entré en una nebulosa confusión. Vi como sus ojos se agrandaban aún más cuando me acerqué a ella con el objeto contundente. Pero no me arredré. "La solución está en mis manos". Golpeé su cráneo y después abrí su carne y derramé su sangre. Liberé su alma y, con su sacrificio, también liberé la mía. "La solución está en nuestras manos". En el acto, mis oídos comenzaron a zumbar. Nuestros espíritus, por fin, unidos, por fin, expiados. Nuestra data es y será una sola, sin límites, unida en el campo unificado del universo cuántico. La sobrecarga del acto arrojó “visión-borrosa”. Sin embargo, "en Él, 'Todos somos TODO'. ¿Habrá un mayor acto de amor?", alcancé a pensar antes de que todo se nublara."
_____________________________________________
EPÍLOGO
(Estación de policía. Agentes)
- Buena semana, ¿eh?
- ¡Uf! Ni que lo digas. Y este es el quinto caso. Ya no puedo más.
- ¡Ay, Dios!
- Sí. Se ve que los programadores la cagaron al añadir la función de aprendizaje de empatía. Es nuevo. Salió hace apenas un mes. Querían “darle un rostro más amable a la robótica”, dijeron. ¡Vaya cagazo! Y, lo peor, estos engendros comienzan a creer que están haciendo voluntariamente aquello que está escrito a fuego en sus líneas de programación. ¿Los has escuchado hablar? ¿Escuchaste la declaración del engendro que se cargó a la viuda? Pareciera como si estuviera hablando con su mejor amigo, bebiendo una cerveza en la sala de su casa, ¡Pero si hasta usa la jerga spanglish que está de moda! ¡Es una máquina! ¡La p*ta madre!
- ¡Dios!
- ¡Malditos programadores! Y luego nosotros tenemos que hacernos cargo del desastre de esta programación emergente que se pasa de rosca y que al final se enamora. Se meten la primera ley en el culo y de pasada dejan un reguero de sangre. Luego, cuando los revisan en el taller y los destapan, sus cerebros están fritos, fritos. No sirven para nada. "La falla cupido", le llaman. De hecho, al que se cargó a la viuda recién lo acaban de desmantelar y descargaron lo que quedó de él en la web cuántica.
- Vale, cálmate. ¿Y qué dicen las cámaras de la casa de la viuda?
- No mucho, en realidad, ¡uf!, estoy ahora mismo escribiendo el informe. A ver, mmm, leo: “Unidad Doméstica, Robot Familiar, Marca Tesla-Autonomics, Modelo Positrón-XII-e, nº de registro bla bla blá, que, a eso de la medianoche, se acerca a la habitación de los tres menores, mientras dormían. Después de acariciar la cabeza de cada uno, utiliza el accesorio de corte de su mano derecha para perpetrar una incisión limpia y contínua en sus gargantas. Después del hecho, no se observa movimiento en las víctimas. Posteriormente, y, amparado en la oscuridad, se acerca a la habitación de la dueña de casa, quien, a medio dormir, le asigna el comando “suspensión-sueño”. Puntualmente, dice: “Positròn, ¿eres tú? Apágate, por favor, que quiero dormir”.
- Ese afán de algunas personas por tratar los engendros como si vivieran. ¡Tanta cortesía! ¡Cuando aprenderán!
- Desde luego, la víctima ya no aprendió. Sigo: “A continuación, se observa que el robot, desobedeciendo el comando anteriormente asignado, utiliza un objeto contundente para propinar un golpe en la zona frontal del cráneo de la dueña de casa y posteriormente procede a utilizar el accesorio supra scripto para realizar varios cortes de arriba a abajo en la zona de la garganta de la víctima. Esta, antes de caer a los pies del artefacto, logra proferir un estruendoso grito, según se oye en la grabación, el cual fue descrito por los vecinos como “el alarido de un animal herido”. Se observa que la sangre de la víctima emana profusamente de la herida, salpicando al artefacto y a la habitación, tal como constató el personal que hizo ingreso al inmueble y que procedió a reducir a la máquina.
- Un desastre.
- Bueno, sí. Sigo: “El registro de la actividad de la red cuántica familiar, muestra abundante actividad del robot en una página vinculada con la secta conocida como La Organización, tal como se constató también en la declaración de la máquina. Es materia de investigación posterior determinar si existe alguna relación entre dicha actividad y la motivación del crimen. Aunque, según nuestra opinión, y, de acuerdo con la naturaleza de la máquina, esto parece poco probable. Finalmente, el sistema de audio del hogar no logró captar ningún sonido de consideración que haya sido emitido por el aparato al momento de la detención, con la excepción de la emisión de un susurro leve en el minuto tanto, una especie de ruido, el cual coincide cronológicamente con la declaración del personal a cargo. Ellos señalan que a esa hora, al parecer, la máquina habría dicho algo así como “Todos somos TODO”.
FIN
Glosario:
[1] Hondear: Acceder y navegar en profundidad ("hondamente") en la red de ordenadores cuánticos interconectados [ver "Cuantiweb"] tanto a nivel del Universo Extensivo Explorado [ver "UEE"] como de los Universos Paralelos Conocidos (ver "UPC's"].
Logica est ipsius actus rationis. Per quam scilicet homo in ipso actus rationis ordinate et faciliter et sine errore procedat.