30 Jun, 2024, 10:19 PM
Estimados señores:
Sociedad de los Testigos de Jehová de Venezuela.
Presente.
Quien en el amor a Cristo suscribe esta misiva, me regocijo en hacer notorio y afirmar estas declaraciones delante de todos los hombres, de la fe que poseo; y especialmente delante de los que llevan la delantera en la Organización, que son los llamados a modelar la honradez y administrar sabiamente la Justicia a través de la apreciación objetiva de la Verdad; como tal, estoy seguro que no se negarán a confirmar gustosos esta declaración, o la corregirán si acaso encuentran en ella alguna imprecisión. Oro a Dios para que mueva los asuntos de los hombres, a fin de que toda acción humana esté en armonía con la voluntad del creador. Las cuestiones presentadas en este escrito NO son el resultado de un deseo subversivo, sino de lo que el SEÑOR me ha enseñado en su santa palabra: La obediencia a Dios, más bien que a los Hombres. (Hechos 5:29)
Presentación personal y Desarrollo de la vida Espiritual:
Mi nombre es Oswaldo González, titular de la cédula de identidad número 15.786.037, nacido en la ciudad de Maracaibo estado Zulia, venezolano. Nací en un hogar cristiano, el 23 de agosto de 1980, hijo de una madre dedicada al servicio cristiano. A los siete años de edad aprendí a leer casi perfectamente, y de inmediato me puse la meta de leer la biblia completa desde el Génesis hasta el libro Apocalipsis. Meta que alcance al cabo de un año. A los catorce años de edad me bauticé en la asamblea “temor piadoso” celebrada en el año 1.994, y desde entonces he vivido irreprochablemente como un cristiano.
Antecedentes:
El 25 de octubre del 2017 fue un día crucial en la historia de mi vida. Ese día fui privado de mi derecho a la libertad, acusado de un delito que no cometí y por el cual tuve que purgar una pena de cuatro años y un mes de prisión. Recuperé mi libertad gracias a la asistencia jurídica que en parte me brindó la organización, el 16 de noviembre del 2021 tras 1.485 días de cautiverio.
En el marco de mi conmoción por los horrores padecidos durante mi estancia en prisión, un TESTIGO DE JEHOVÁ dedicado de la congregación y hermano carnal, quien responde al nombre de Freddy González cometió adulterio con mi esposa. Valiéndose de la lamentable y desesperada condición emocional de mi esposa, sumada a la crisis social, política, y económica presentada en nuestro país, y conocida muy bien a escala mundial; y peor aún, la crisis humanitaria y sanitaria surgida debido a la pandemia del COVID 19 en el año 2019, este pervertido y lascivo hombre escudándose en la palabra de Dios, decidió impenitente y con pleno conocimiento de causa planificar sus hechos inmorales; demostrando así una conducta cruel y despiadada, depravada e impenitente, propia de un lobo y de un canalla, más bien que de un cristiano amoroso.
En este punto de mi narrativa me gustaría apuntar que los actos depravados de este individuo, mal llamado TESTIGO DE JEHOVA, no son únicos ni de primera vez. Hace unos 16 años este individuo que cualquiera pudiera calificar de depravado, manifestó por primera vez su pernicioso apetito sexual por las mujeres de la familia, al tener una relación adúltera con la hermana de la esposa de mi hermano mayor. Sin embargo, como familia y cristianos amorosos, y obedeciendo el mandato divino de perdonar los pecados de nuestro semejante, decidimos darle ayuda en sentido espiritual; a pesar de la perturbación causada en la relación matrimonial de nuestro hermano mayor.
Sin embargo y pese a esto, éste nos traicionó por segunda vez. En esta ocasión con su propia sobrina política; la esposa de su sobrino, e hijo de nuestro hermano mayor, el mismo de la primera vez. Este acto lascivo perpetrado contra esa niña de un poco más de 17 años, ocasionó la ruptura del matrimonio de mi sobrino, y la desintegración familiar de la casa de mi hermano mayor, pues mi sobrino muy perturbado tuvo que irse a la isla de margarita y nunca más regresó. Sin embargo, de nuevo, actuamos como familia cristiana, mostrando misericordia y bondad a esta reiterada actitud canallesca propia de un miserable sin escrúpulos. En esta ocasión se le dio un estudio bíblico y se habló con el cuerpo de ancianos para que se le aprobara el bautismo y la dedicación al servicio cristiano asociado con la organización de los Testigos de Jehová. A pesar de la perturbación e incomodidad de mi hermano mayor, y de mi sobrino, le brindamos un bondadoso “voto de confianza”.
Sin embargo, de nuevo y pese a esto, lo volvió a hacer desafiando abiertamente el mandato de Dios y los preceptos jurídicos terrenales. Pero esta vez su vileza desbordó los límites espirituales, sociales y legales, porque yo estaba en prisión y mi hogar quedó a merced de los deseos de su carne. Mi esposa bajo una intensa presión emocional debido, no sola a mi condición, sino a que unos meses antes de mi privativa, habíamos perdido un hijo en la muerte. La familia en términos generales, estaba durante ese periodo en estado de conmoción generalizada, no solo por tenerme a mí en prisión, sino porque nuestro padre, de 85 años de edad, estaba muriendo en un hospital. En medio de este escenario, este miserable canalla, mal llamado TESTIGO DE JEHOVÁ estaba pensando, no en los asuntos espirituales, sino manipulando emocionalmente a mi esposa para acostarse con ella.
Medidas disciplinarias tomadas por la congregación:
Por tales hechos, la congregación tomó como medida la expulsión de este depravado sexual. Pero dicha decisión, pasó misteriosamente de ser una sanción, a convertirse en una mera pantomima bufonesca, desacreditando de esta manera la tradición rectora de nuestra amada organización. Los ancianos de la congregación y uno de sus hijos, respondiendo a lo que se pudiera calificar como intereses subalternos, en lugar de actuar apegados a los intereses supremos de la verdad, me refiero al ciudadano Freddhiel González, quien también funge como anciano de la congregación, retiraron misteriosamente la medida de sanción, pagando solo un poco más de un año de expulsión, por tan malvados actos. Otro dato interesante es que lo readmiten a la congregación antes que a mi esposa, al parecer porque dichos ancianos reflejando su misoginia, atribuyeron la mayor carga de responsabilidad en los hechos a mi esposa; sin considerarla como mujer, madre sola; huérfana, pues ella perdió en la muerte a su mamá cuando apenas tenía 9 años de edad; además de estar bajo los efectos del dolor de haber enterrado su último hijo, el cual nació vivo, pero solo vivió 19 días, durante los cuales agonizo en una unidad de cuidados intensivos de un hospital.
Lo más grave del caso, es que este compulsivo depredador sexual fue readmitido a la congregación, sin reflejar un claro arrepentimiento y poniendo en riesgo a las hermanas integrantes de nuestra iglesia. Su lascivia, desfachatez y falta de arrepentimiento es tan grande que incluso ha evitado hablar conmigo. Prueba de este hecho es que estuve recluido en un penal de máxima seguridad nacional donde se restringe todo tipo de contacto con la sociedad en general, y cuando salí de prisión me encontré a este vagabundo dentro de la congregación muy tranquilo y feliz como si nada hubiera ocurrido. A la fecha NO HA PEDIDO PERDÓN ni a mí ni a muchas personas a las que sus malas acciones han perjudicado.
Planteamiento:
Por los hechos históricos antes expuestos al salir de la prisión, y conocedor como soy del mandamiento cristiano que ha regido mi conducta desde que tengo uso de razón, critiqué y sigo criticando dicha decisión, por considerar fehacientemente que NO está revestida de un carácter cristiano, ni está en armonía con los intereses eternos de la palabra de Dios.
Inexplicablemente, los ancianos de la congregación, solidarizándose ante la comisión de la repugnable conducta inmoral, cruel y criminal, y eludiendo las exigencias de la ley de Dios, lo admitieron a las filas de los miembros de la organización en menos de dos años. Ósea, tal conducta sólo fue castigada por un fugaz período de tiempo, sin esperar a que surgieran pruebas claras de arrepentimiento, toda vez que el individuo que aquí señaló tiene un amplio prontuario de transgresiones de la misma índole, que desafortunadamente son evidencias sólidas e irrefutables de una desviada conducta que está reñida flagrantemente con la humildad, el temor a Dios y al arrepentimiento. Además, me fue negado todo derecho de ver con mis propios ojos el supuesto arrepentimiento de su aberración, es por ello que a diario pido la Justicia de Dios.
Con el censurable acto promovido por los ancianos, se actuó muy ligeramente favoreciendo la conducta criminal del infractor, al desestimar la gravedad del pecado, su extensión, consecuencias y su horror. Ignorando que el grado de culpabilidad que acarrea la desobediencia de un mandamiento, debe ser proporcional al grado de justicia con el que se debe sancionar a quien desobedece ese mandamiento. La actitud penosa asumida en el caso planteado por estos ancianos que actuaron al margen del precepto bíblico, consistió en hacer separación entre la justicia divina y la misericordia divina; en rebajar la misericordia al nivel de un sentimiento, en lugar de elevarla a la altura de un principio. EL nuevo prisma teológico, separa lo que Dios unió, y favorece la conducta de los depravados que vuelven a las filas de los cristianos verdaderos.
Petitorio:
Referido lo anterior, me permito en nombre de la justicia exigirles respetuosamente que se me muestre absolutamente, NO respectivamente; claramente, NO confusamente; con certeza, NO probablemente que yo estoy equivocado. Exijo que se me demuestre con certeza y referencia bíblica quien autorizó y facultó a los ancianos de las congregaciones a readmitir a los pecadores impenitentes que NO SE HAN ARREPENTIDO.
Sin más a que hacer referencia y agradeciendo su atención a este asunto…
Atte.
Oswaldo González
0424-6195 442 solo WP
Sociedad de los Testigos de Jehová de Venezuela.
Presente.
Quien en el amor a Cristo suscribe esta misiva, me regocijo en hacer notorio y afirmar estas declaraciones delante de todos los hombres, de la fe que poseo; y especialmente delante de los que llevan la delantera en la Organización, que son los llamados a modelar la honradez y administrar sabiamente la Justicia a través de la apreciación objetiva de la Verdad; como tal, estoy seguro que no se negarán a confirmar gustosos esta declaración, o la corregirán si acaso encuentran en ella alguna imprecisión. Oro a Dios para que mueva los asuntos de los hombres, a fin de que toda acción humana esté en armonía con la voluntad del creador. Las cuestiones presentadas en este escrito NO son el resultado de un deseo subversivo, sino de lo que el SEÑOR me ha enseñado en su santa palabra: La obediencia a Dios, más bien que a los Hombres. (Hechos 5:29)
Presentación personal y Desarrollo de la vida Espiritual:
Mi nombre es Oswaldo González, titular de la cédula de identidad número 15.786.037, nacido en la ciudad de Maracaibo estado Zulia, venezolano. Nací en un hogar cristiano, el 23 de agosto de 1980, hijo de una madre dedicada al servicio cristiano. A los siete años de edad aprendí a leer casi perfectamente, y de inmediato me puse la meta de leer la biblia completa desde el Génesis hasta el libro Apocalipsis. Meta que alcance al cabo de un año. A los catorce años de edad me bauticé en la asamblea “temor piadoso” celebrada en el año 1.994, y desde entonces he vivido irreprochablemente como un cristiano.
Antecedentes:
El 25 de octubre del 2017 fue un día crucial en la historia de mi vida. Ese día fui privado de mi derecho a la libertad, acusado de un delito que no cometí y por el cual tuve que purgar una pena de cuatro años y un mes de prisión. Recuperé mi libertad gracias a la asistencia jurídica que en parte me brindó la organización, el 16 de noviembre del 2021 tras 1.485 días de cautiverio.
En el marco de mi conmoción por los horrores padecidos durante mi estancia en prisión, un TESTIGO DE JEHOVÁ dedicado de la congregación y hermano carnal, quien responde al nombre de Freddy González cometió adulterio con mi esposa. Valiéndose de la lamentable y desesperada condición emocional de mi esposa, sumada a la crisis social, política, y económica presentada en nuestro país, y conocida muy bien a escala mundial; y peor aún, la crisis humanitaria y sanitaria surgida debido a la pandemia del COVID 19 en el año 2019, este pervertido y lascivo hombre escudándose en la palabra de Dios, decidió impenitente y con pleno conocimiento de causa planificar sus hechos inmorales; demostrando así una conducta cruel y despiadada, depravada e impenitente, propia de un lobo y de un canalla, más bien que de un cristiano amoroso.
En este punto de mi narrativa me gustaría apuntar que los actos depravados de este individuo, mal llamado TESTIGO DE JEHOVA, no son únicos ni de primera vez. Hace unos 16 años este individuo que cualquiera pudiera calificar de depravado, manifestó por primera vez su pernicioso apetito sexual por las mujeres de la familia, al tener una relación adúltera con la hermana de la esposa de mi hermano mayor. Sin embargo, como familia y cristianos amorosos, y obedeciendo el mandato divino de perdonar los pecados de nuestro semejante, decidimos darle ayuda en sentido espiritual; a pesar de la perturbación causada en la relación matrimonial de nuestro hermano mayor.
Sin embargo y pese a esto, éste nos traicionó por segunda vez. En esta ocasión con su propia sobrina política; la esposa de su sobrino, e hijo de nuestro hermano mayor, el mismo de la primera vez. Este acto lascivo perpetrado contra esa niña de un poco más de 17 años, ocasionó la ruptura del matrimonio de mi sobrino, y la desintegración familiar de la casa de mi hermano mayor, pues mi sobrino muy perturbado tuvo que irse a la isla de margarita y nunca más regresó. Sin embargo, de nuevo, actuamos como familia cristiana, mostrando misericordia y bondad a esta reiterada actitud canallesca propia de un miserable sin escrúpulos. En esta ocasión se le dio un estudio bíblico y se habló con el cuerpo de ancianos para que se le aprobara el bautismo y la dedicación al servicio cristiano asociado con la organización de los Testigos de Jehová. A pesar de la perturbación e incomodidad de mi hermano mayor, y de mi sobrino, le brindamos un bondadoso “voto de confianza”.
Sin embargo, de nuevo y pese a esto, lo volvió a hacer desafiando abiertamente el mandato de Dios y los preceptos jurídicos terrenales. Pero esta vez su vileza desbordó los límites espirituales, sociales y legales, porque yo estaba en prisión y mi hogar quedó a merced de los deseos de su carne. Mi esposa bajo una intensa presión emocional debido, no sola a mi condición, sino a que unos meses antes de mi privativa, habíamos perdido un hijo en la muerte. La familia en términos generales, estaba durante ese periodo en estado de conmoción generalizada, no solo por tenerme a mí en prisión, sino porque nuestro padre, de 85 años de edad, estaba muriendo en un hospital. En medio de este escenario, este miserable canalla, mal llamado TESTIGO DE JEHOVÁ estaba pensando, no en los asuntos espirituales, sino manipulando emocionalmente a mi esposa para acostarse con ella.
Medidas disciplinarias tomadas por la congregación:
Por tales hechos, la congregación tomó como medida la expulsión de este depravado sexual. Pero dicha decisión, pasó misteriosamente de ser una sanción, a convertirse en una mera pantomima bufonesca, desacreditando de esta manera la tradición rectora de nuestra amada organización. Los ancianos de la congregación y uno de sus hijos, respondiendo a lo que se pudiera calificar como intereses subalternos, en lugar de actuar apegados a los intereses supremos de la verdad, me refiero al ciudadano Freddhiel González, quien también funge como anciano de la congregación, retiraron misteriosamente la medida de sanción, pagando solo un poco más de un año de expulsión, por tan malvados actos. Otro dato interesante es que lo readmiten a la congregación antes que a mi esposa, al parecer porque dichos ancianos reflejando su misoginia, atribuyeron la mayor carga de responsabilidad en los hechos a mi esposa; sin considerarla como mujer, madre sola; huérfana, pues ella perdió en la muerte a su mamá cuando apenas tenía 9 años de edad; además de estar bajo los efectos del dolor de haber enterrado su último hijo, el cual nació vivo, pero solo vivió 19 días, durante los cuales agonizo en una unidad de cuidados intensivos de un hospital.
Lo más grave del caso, es que este compulsivo depredador sexual fue readmitido a la congregación, sin reflejar un claro arrepentimiento y poniendo en riesgo a las hermanas integrantes de nuestra iglesia. Su lascivia, desfachatez y falta de arrepentimiento es tan grande que incluso ha evitado hablar conmigo. Prueba de este hecho es que estuve recluido en un penal de máxima seguridad nacional donde se restringe todo tipo de contacto con la sociedad en general, y cuando salí de prisión me encontré a este vagabundo dentro de la congregación muy tranquilo y feliz como si nada hubiera ocurrido. A la fecha NO HA PEDIDO PERDÓN ni a mí ni a muchas personas a las que sus malas acciones han perjudicado.
Planteamiento:
Por los hechos históricos antes expuestos al salir de la prisión, y conocedor como soy del mandamiento cristiano que ha regido mi conducta desde que tengo uso de razón, critiqué y sigo criticando dicha decisión, por considerar fehacientemente que NO está revestida de un carácter cristiano, ni está en armonía con los intereses eternos de la palabra de Dios.
Inexplicablemente, los ancianos de la congregación, solidarizándose ante la comisión de la repugnable conducta inmoral, cruel y criminal, y eludiendo las exigencias de la ley de Dios, lo admitieron a las filas de los miembros de la organización en menos de dos años. Ósea, tal conducta sólo fue castigada por un fugaz período de tiempo, sin esperar a que surgieran pruebas claras de arrepentimiento, toda vez que el individuo que aquí señaló tiene un amplio prontuario de transgresiones de la misma índole, que desafortunadamente son evidencias sólidas e irrefutables de una desviada conducta que está reñida flagrantemente con la humildad, el temor a Dios y al arrepentimiento. Además, me fue negado todo derecho de ver con mis propios ojos el supuesto arrepentimiento de su aberración, es por ello que a diario pido la Justicia de Dios.
Con el censurable acto promovido por los ancianos, se actuó muy ligeramente favoreciendo la conducta criminal del infractor, al desestimar la gravedad del pecado, su extensión, consecuencias y su horror. Ignorando que el grado de culpabilidad que acarrea la desobediencia de un mandamiento, debe ser proporcional al grado de justicia con el que se debe sancionar a quien desobedece ese mandamiento. La actitud penosa asumida en el caso planteado por estos ancianos que actuaron al margen del precepto bíblico, consistió en hacer separación entre la justicia divina y la misericordia divina; en rebajar la misericordia al nivel de un sentimiento, en lugar de elevarla a la altura de un principio. EL nuevo prisma teológico, separa lo que Dios unió, y favorece la conducta de los depravados que vuelven a las filas de los cristianos verdaderos.
Petitorio:
Referido lo anterior, me permito en nombre de la justicia exigirles respetuosamente que se me muestre absolutamente, NO respectivamente; claramente, NO confusamente; con certeza, NO probablemente que yo estoy equivocado. Exijo que se me demuestre con certeza y referencia bíblica quien autorizó y facultó a los ancianos de las congregaciones a readmitir a los pecadores impenitentes que NO SE HAN ARREPENTIDO.
Sin más a que hacer referencia y agradeciendo su atención a este asunto…
Atte.
Oswaldo González
0424-6195 442 solo WP