(24 Aug, 2024, 12:36 AM)BlasBlas2021 escribió: Hola Atea_anónima 18. Espero que este artículo te sirva. Personalmente he ayudado a cuantos TJ pude a entender que significa realmente el perdón según la literatura escrita por la misma JW.
¡Despertad! 08 DE JUNIO DE 1995
¿Es posible perdonar las ofensas y olvidarlas?
Enlace: https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/101995404#h=22:365
Ahora bien, puede haber ocasiones en las que ni siquiera tengamos la obligación de perdonar. A las víctimas de trato extremadamente injusto o cruel no se las debe obligar a perdonar al pecador impenitente. (Compárese con Salmo 139:21, 22.) Pero en la mayoría de los casos en que alguien peca contra nosotros, podemos perdonarlo, es decir, no albergar resentimiento, y olvidar el asunto en el sentido de no utilizarlo luego contra nuestro hermano.
Salmo 139:21,22
"Oh, Jehová, ¿acaso no odio a los que te odian y detesto a los que se rebelan contra ti? Odio es todo lo que siento por ellos; se han convertido en verdaderos enemigos para mí".
Hay también una cita al pie de página de este artículo:
Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2, página 635, dice: “No se requiere que los cristianos perdonen a los que practican el pecado de manera maliciosa, deliberada e impenitente. Estos se hacen enemigos de Dios”. Editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.
¡Saludos desde Argentina!
Interesante artículo no lo había visto , no había nacido aún jajaja , gracias por mostrármelo,
aunque recientemente salió un artículo (la insensibilidad hecha artículo)en la atalaya de noviembre de 2024 que dice lo siguiente:
JESÚS puso una comparación de una viuda que le pedía una y otra vez a un juez que se le hiciera justicia. Seguro que los discípulos podían ponerse en el lugar de la mujer porque en aquella época muchas personas sufrían injusticias (Luc. 18:1-5). Hoy en día, nosotros también podemos entender cómo se debió sentir aquella viuda porque a todos se nos ha tratado injustamente alguna vez.No nos sorprende que nos traten así porque el prejuicio, la desigualdad y la opresión son el pan de cada día en este mundo (Ecl. 5:8). Lo que quizás sí nos sorprenda es que un hermano o una hermana nos trate mal. Claro, ellos no son como los que se oponen a la verdad. Pero, como son imperfectos, puede que a veces sean injustos con nosotros. Podemos aprender mucho de cómo reaccionó Jesús cuando fue víctima de injusticias por parte de malvados enemigos. Si nos esforzamos por ser pacientes con nuestros enemigos cuando nos tratan injustamente, ¿cómo no lo vamos a hacer con nuestros hermanos? Ahora bien, ¿cómo se siente Jehová cuando alguien nos trata injustamente, ya sea un hermano u otra persona? ¿Será que le importa?
A Jehová le importa muchísimo cómo nos tratan. “Jehová ama la justicia” (Sal. 37:28). Jesús dijo que Dios “se encargará de que se les haga justicia rápidamente” a sus siervos en el momento indicado (Luc. 18:7, 8). Y pronto eliminará todo el sufrimiento y no permitirá que suframos injusticias nunca más (Sal. 72:1, 2).
Cuando vemos o sufrimos una injusticia, quizás el primer impulso sea tomarnos la justicia por nuestra propia mano. Pero puede que eso solo empeore todavía más las cosas. Pensemos en el ejemplo de Absalón, uno de los hijos del rey David. Se puso furioso cuando se enteró de que su medio hermano Amnón había violado a su hermana Tamar. Según la Ley de Moisés, Amnón merecía morir por lo que había hecho (Lev. 20:17). Es comprensible que Absalón se pusiera furioso, pero él no tenía derecho a tomarse la justicia por su propia mano (2 Sam. 13:20-23, 28, 29).
Cuando vemos que quienes cometen injusticias parecen salirse con la suya sin recibir ningún castigo, es posible que nos preguntemos si de verdad vale la pena hacer lo correcto. Pensemos en el salmista que veía que los malvados maltrataban a los justos y a pesar de todo disfrutaban de la vida. Dijo: “Así son los malvados, para quienes todo es fácil” (Sal. 73:12). Se sentía tan mal por las injusticias que casi perdió de vista lo bueno que era servir a Jehová. Dijo: “Cuando intentaba comprenderlo, era muy angustioso para mí...” (Sal. 73:14, 16). Es más, afirmó: “En mi caso, mis pies casi se habían desviado, estuvieron a punto de resbalar” (Sal. 73:2). Algo parecido le pasó a un hermano llamado Alberto
A Alberto lo acusaron de robar dinero de los fondos de la congregación, aunque en realidad él era inocente. Como resultado, perdió el nombramiento de anciano y el respeto de los hermanos de la congregación que sabían del problema. Él recuerda: “Me sentía amargado, enojado y frustrado”. Dejó que el dolor emocional lo afectara tanto que se acabó alejando de Jehová y estuvo inactivo durante cinco años. Esta experiencia demuestra lo que nos puede pasar si no controlamos las emociones cuando sufrimos una injusticia.
Jesús nos dio un modelo perfecto a seguir. Muchas personas lo trataron injustamente. Por ejemplo, algunos de sus familiares no creían que él era el Mesías y decían que se había vuelto loco. Los líderes religiosos lo acusaron de colaborar con los demonios. Y los soldados romanos se burlaron de él, lo maltrataron y acabaron matándolo (Mar. 3:21, 22; 14:55; 15:16-20, 35-37). Sin embargo, Jesús aguantó todo esto y más sin vengarse. ¿Qué aprendemos de su ejemplo?
(Lea 1 Pedro 2:21-23). Jesús nos puso el mejor ejemplo de cómo reaccionar ante las injusticias. Sabía cuándo hablar y cuándo callar (Mat. 26:62-64). Por ejemplo, cuando algunos inventaban mentiras sobre él, a veces decidía no decir nada (Mat. 11:19). Y, cuando optaba por hablar, no insultaba ni amenazaba a sus enemigos. Jesús pudo controlar sus reacciones porque “se puso en manos del que juzga con justicia”. Sabía que Jehová veía todas esas injusticias que sufría y confiaba en que él las corregiría en el momento debido.
Podemos imitar a Jesús controlando lo que decimos cuando nos tratan injustamente. Si lo que nos hicieron no es muy grave, podemos dejarlo pasar sin más. O quizás decidamos quedarnos callados para no decir nada que pueda empeorar las cosas (Ecl. 3:7; Sant. 1:19, 20). Por otro lado, tal vez tengamos que decir algo si vemos que alguien está sufriendo una injusticia o hay que defender la verdad (Hech. 6:1, 2). Eso sí, debemos hacer todo lo posible por hablar con respeto y apacibilidad (1 Ped. 3:15).
También podemos imitar a Jesús poniéndonos “en manos del que juzga con justicia”. ¿Cómo? Si alguien tiene una idea equivocada de nosotros o nos trata mal, confiamos en que Jehová sabe cuál es la verdad. Esa seguridad nos ayuda a aguantar las injusticias porque sabemos que, antes o después, Jehová solucionará la situación. Cuando dejamos que sea él quien se encargue, evitamos que nos domine la rabia o el resentimiento. Estas emociones pueden hacernos reaccionar de manera exagerada, robarnos la alegría y dañar nuestra amistad con Jehová (Sal. 37:8).
(Lea Romanos 12:19). Cuando el apóstol Pablo les dijo a los cristianos “cédanle el lugar a la ira”, ¿de qué ira estaba hablando? El contexto indica que se refería a la ira de Jehová. Seguimos este consejo cuando dejamos que sea Jehová quien haga justicia en el momento y de la manera que él considere mejor. Eso fue lo que hizo John cuando otro hermano lo trató injustamente. Él dijo: “Tuve que controlarme mucho para no arreglar las cosas a mi manera. Romanos 12:19 me ayudó a ser paciente y a confiar en Jehová”.
Esperar a que Jehová arregle las cosas es lo mejor. Si lo hacemos, nos ahorraremos el estrés y la frustración de intentar solucionar el problema por nosotros mismos. Jehová se ofrece a ayudarnos. Es como si dijera: “Deja el asunto en mis manos, que yo pondré las cosas en su sitio”. Jehová promete encargarse del asunto y además de la mejor manera posible. Si confiamos en esa promesa, nos resultará más fácil liberarnos de la rabia. Eso es lo que ayudó a John, mencionado en el párrafo anterior. Él explica: “Si dejo las cosas en manos de Jehová, sé que su solución será infinitamente mejor que la mía”.
(Lea Romanos 12:21). Pablo dijo: “Sigue venciendo el mal con el bien”. En el Sermón del Monte, Jesús dijo: “Amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen” (Mat. 5:44). Y eso fue lo que él hizo. Probablemente hemos pensado en el dolor que tuvo que aguantar Jesús cuando los soldados romanos lo clavaron en el madero. También lo humillaron y trataron cruelmente. El sufrimiento fue tan intenso que cuesta imaginarlo. ¡Qué injusticia!Pero Jesús no se dejó vencer por todas esas injusticias. En vez de pedirle a Jehová que castigara a aquellos soldados, le dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Luc. 23:34). Orar por quienes nos tratan mal nos ayudará a verlos de otra manera y a calmar la rabia y el resentimiento que sentimos.
La oración ayudó a los dos hermanos mencionados antes en el artículo a superar las injusticias que habían sufrido. Alberto cuenta: “Le oré a Jehová por los hermanos que me habían tratado injustamente. Le pedí muchas veces que me ayudara a dejar atrás lo que había pasado”. ¡Qué bien que Alberto otra vez está sirviendo a Jehová fielmente! John explica: “Le pedí a Jehová vez tras vez por el hermano que me había hecho daño. Esas oraciones hicieron que mis emociones dejaran de afectar mi manera de ver al hermano y me ayudaron a no juzgarlo. Además, me dieron paz mental”.
No hay manera de saber qué injusticias afrontaremos antes de que termine este sistema. Pero, venga lo que venga, jamás dejemos de pedirle a Jehová que nos ayude. Esforcémonos por imitar la manera en la que Jesús reaccionó ante las injusticias y sigamos aplicando los principios bíblicos. Si lo hacemos, podemos estar seguros de que Jehová nos bendecirá (lea 1 Pedro 3:8, 9).
Dos cosas que resaltar:
- Tus reacciones ante una injusticia siempre serán consideradas “exageradas” ya con esa frase practican la invalidación emocional
- Segundo si no es grave se deja pasar (de acuerdo está bien ), o (indirectamente dicen si es grave) debes decidir no hacer nada para empeorar las cosas (técnicamente callar y sufrir).
Todo esto se reduce, no reacciones , no hagas nada , tan solo sufre y calla que “Dios” te bendecirá si los haces ¿Qué cruel no lo creen?
El concepto del perdón mal enseñado
a juro deben perdonar y a juro deben tratar bien a la otra persona y decir no pasa nada (si la cosa es grave también), y es terrible como les dicen a sus adeptos: dejen todo en manos de su “dios”, así se ahorrarán el esfuerzo por hacer algo si es una injusticia grave,
es triste porque si de veras cometen un del*t* contra nosotros, ahora si te dirán no denuncies directamente, no empeores las cosas , no seas exagerado,
Que horror!
Cuando uno debe reaccionar es de humanos reaccionar,
No es ser exagerado, claro esta mal vengarse eso si, pero denunciar en caso de un delito no está mal, pero esto es lo que enseñan indirectamente: si un compañero de creencias, comete algo realmente grave no hagas nada.
Ustedes vieron el caso de la atalaya , si pusieron ese caso casi extremo ya aplicarán esa regla para todo, que terrible
pegue todo el artículo pero igual dejo el
Link:
https://www.jw.org/finder?srcid=jwlshare...id=2024640
En fin gracias por su aporte y saludos!