14 Oct, 2024, 10:53 AM
Buenas a todos, me presento:
Soy Gregory, vivo en alguna provincia del centro de Argentina. Soy SM, casado (esposa TJ) y 1 hijo menor. A lo largo de los años, he visto muchas cosas "extrañas" con las cuales no estaba de acuerdo, como injusticias o favoritismos, con las típica frase "Déjalo en las manos de Jehová", y pasaron los años y todo seguía igual. Llevo tiempo leyéndolos y me siento identificado con muchas de las experiencias que cuentan. No recuerdo cómo llegué a este foro, creo que fue buscando un artículo de JW que metí en Google.
Admito que la primera vez lo abrí con profundo miedo, fue una de las cosas que primero me llamó la atención, qué adoctrinado estaba, no me cayó un rayo o alguna maldición como sentí que pasaría cuando entrara al foro. Siempre me preguntaba qué llevaba a alguien que había sido TJ a gastar tiempos y energías en "pelear", por decirlo de alguna manera, contra la Organización. Alguna buena razón debía haber.
Ya había escuchado algo antes acerca de los abusos sexuales, entre otras cosas, y en algunos diarios había encontrado las experiencias de Candace Conti en EEUU y Noelia Piris en España. También me pareció una tomadura de pelo, después de tantos años, habilitar el uso de la barba en hombres, pantalones en mujeres y predicar sin corbata. Lo que me decidió a contarles mi experiencia fue algo que colmó mi paciencia. Es el artículo de La Atalaya de este año, numero 28 "¿Sabe distinguir la verdad de la mentira?", en particular desde los párrafos 10 en adelante. Resumiendo, dan a entender que todos los disidentes cuentan todas mentiras, y hasta falsifican documentos, como cuando en la ilustración del párrafo 15 comparan la carta de la antigua Unión Soviética animando a formar otro grupo, con otro hermano mostrando una noticia en la tablet. Yo ya había buscado en la Biblioteca en línea las referencias a publicaciones antiguas, y sabía que no eran falsas las historias y las referencias. Cuando leí ese artículo, pensé "Nos están tomando por niños tontos". Ya antes habían salido artículos similares escudándose en "No lean, ni abran, ni reciban nada. Son todas mentiras, todos cuentos falsos". En vez de justificar o pedir disculpas por los casos de abusos o errores en doctrinas, como el de la barba.
Para finalizar, sigo creyendo en Dios, en Jesús y en la Biblia. Lo que no me hace desconocer y reconocer las cosas que están mal en la Organización.
A lo largo del tiempo, espero seguir contando experiencias propias, que son un montón y similares a las expresadas aquí.
Saludos cordiales.
Soy Gregory, vivo en alguna provincia del centro de Argentina. Soy SM, casado (esposa TJ) y 1 hijo menor. A lo largo de los años, he visto muchas cosas "extrañas" con las cuales no estaba de acuerdo, como injusticias o favoritismos, con las típica frase "Déjalo en las manos de Jehová", y pasaron los años y todo seguía igual. Llevo tiempo leyéndolos y me siento identificado con muchas de las experiencias que cuentan. No recuerdo cómo llegué a este foro, creo que fue buscando un artículo de JW que metí en Google.
Admito que la primera vez lo abrí con profundo miedo, fue una de las cosas que primero me llamó la atención, qué adoctrinado estaba, no me cayó un rayo o alguna maldición como sentí que pasaría cuando entrara al foro. Siempre me preguntaba qué llevaba a alguien que había sido TJ a gastar tiempos y energías en "pelear", por decirlo de alguna manera, contra la Organización. Alguna buena razón debía haber.
Ya había escuchado algo antes acerca de los abusos sexuales, entre otras cosas, y en algunos diarios había encontrado las experiencias de Candace Conti en EEUU y Noelia Piris en España. También me pareció una tomadura de pelo, después de tantos años, habilitar el uso de la barba en hombres, pantalones en mujeres y predicar sin corbata. Lo que me decidió a contarles mi experiencia fue algo que colmó mi paciencia. Es el artículo de La Atalaya de este año, numero 28 "¿Sabe distinguir la verdad de la mentira?", en particular desde los párrafos 10 en adelante. Resumiendo, dan a entender que todos los disidentes cuentan todas mentiras, y hasta falsifican documentos, como cuando en la ilustración del párrafo 15 comparan la carta de la antigua Unión Soviética animando a formar otro grupo, con otro hermano mostrando una noticia en la tablet. Yo ya había buscado en la Biblioteca en línea las referencias a publicaciones antiguas, y sabía que no eran falsas las historias y las referencias. Cuando leí ese artículo, pensé "Nos están tomando por niños tontos". Ya antes habían salido artículos similares escudándose en "No lean, ni abran, ni reciban nada. Son todas mentiras, todos cuentos falsos". En vez de justificar o pedir disculpas por los casos de abusos o errores en doctrinas, como el de la barba.
Para finalizar, sigo creyendo en Dios, en Jesús y en la Biblia. Lo que no me hace desconocer y reconocer las cosas que están mal en la Organización.
A lo largo del tiempo, espero seguir contando experiencias propias, que son un montón y similares a las expresadas aquí.
Saludos cordiales.