06 Jun, 2020, 11:21 AM
La sección comprendida entre los versículos 31 al 46 del capítulo 25 de Mateo recibe varios nombres: "la parábola de las ovejas y las cabras", "el juicio final" o "el juicio a las naciones".
Allí Cristo dice a los que están a su derecha: “Les aseguro que todo lo que le hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños me lo hicieron a mí”; y más adelante, dice a los que están a su izquierda: “Les aseguro que lo que no le hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños no me lo hicieron a mí”.
La lección es clara: la vida eterna de los que creen en Jesús depende de mostrar bondad y hospitalidad hacia "los más pequeños". Pero para poderlo hacer primero hay que saber quiénes son esos "más pequeños". Expondré mi punto de vista personal (ateo), el punto de vista "babilónico" y finalmente el punto de vista "cristiano" (JW) para que pensemos cuál podría representar mejor el mensaje de Jesús. Comencemos.
Mi punto de vista ateo. Creo que Jesús existió, pero no según la versión de los Evangelios, sino que más bien se trató de uno o varios hombres convertidos en leyenda.
Teniendo en cuenta lo anterior, fue un ser humano como cualquiera de nosotros. Así que lo más natural es que toda la humanidad seamos sus hermanos. Y los más pequeños, según las privaciones que se describen en el relato, vendrían siendo los más desfavorecidos.
Pero yendo un poco más allá —y es mi punto de vista personal—, si Jesús era un homo sapiens como nosotros, también fue descendiente de los homínidos que nos precedieron, y éstos a su vez de mamíferos más primitivos... hacia atrás en la línea evolutiva de la que descendemos todos los seres vivos. Y, siendo que no hay un punto específico en que una especie deje de ser una para convertirse en otra, creo que todos los seres sintientes somos hermanos. Por eso, para mí, podríamos decir que cuando realizamos un acto de bondad hacia un animal, estamos tratando con bondad a nuestros hermanos más pequeños.
El punto de vista babilónico (según la WT). Aclaro "según la WT" porque las siguientes declaraciones son las presentadas por la organización como el punto de vista de las llamadas religiones de la cristiandad. Todas las siguientes declaraciones están recogidas en La Atalaya del 1 de diciembre de 1971, página 707.
En su interpretación de esas palabras [en Mateo 25] dan a entender que los ‘más pequeños de los hermanos de Jesús’ son todas las personas del mundo que sufren angustia. Y por eso, creen que el cristiano está obligado a darles alimento, bebida, ropa, ayuda médica, etcétera. [...] Dicen que debe identificarse a Jesús con toda persona necesitada que uno se encuentre.
[El] teólogo alemán Bonhoeffer, [...] antes de ser ejecutado por los nazis en 1945, sugirió “que el primer paso es que la Iglesia se desprenda de toda su propiedad para provecho de los muy necesitados.”
El ministro metodista inglés Colin Morris explica su punto de vista del asunto de esta manera: “La Iglesia tiene responsabilidad ilimitada [para con los pobres del mundo], pues ¿no ha pregonado por siglos a son de trompeta su amparo a la gente humilde de la Tierra?” [..] “Lo que se desea son hechos,” dice el ministro Morris; los pobres y hambrientos ‘no pueden comer nuestras palabras,’ de modo que denles pan.
Vaya, parece que mi punto de vista ateo coincide parcialmente con el de las religiones falsas. No es de extrañar, ambos estamos bajo el influjo de Satanás.
El punto de vista "cristiano" (JW). El siguiente es el punto de vista correcto por el cual un verdadero cristiano debería regirse. Está en la misma Atalaya de 1971.
Solo torciendo drásticamente el contenido de muchos pasajes bíblicos pueden estos teólogos dar esta impresión del propósito y ejemplo de Jesús.
Pero, ¿quiénes dice Jesús que son sus hermanos? En Mateo 12:50 dice: “Cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano.” Los “hermanos” de Jesús, incluso aun los “más pequeños,” son, por supuesto, sus discípulos; en consecuencia son la congregación cristiana.
Ahora, lea usted mismo las palabras de Jesús en Mateo 25:31-46. ¿Quiénes son los que están reunidos enfrente del trono del rey, para ser separados en dos rebaños, las “cabras” y las “ovejas”? Sí, ¿quiénes son los que están siendo juzgados según la ayuda que hayan dado a los hermanos de Cristo? No es la congregación de Cristo, sino las naciones de la Tierra, personas fuera de la congregación cristiana, que son juzgadas por la manera en que obran para con la congregación, formada de los hermanos de Cristo.
El hecho de que éste es el entendimiento correcto de las palabras de Jesús lo muestra muy claramente lo que dijo en otra ocasión, según se relata en Mateo 10:40-42: “El que los recibe a ustedes, me recibe también a mí, y el que me recibe a mí, recibe también al que me envió. . . . cualquiera que dé de beber tan solo un vaso de agua fría a uno de estos pequeños porque es discípulo, de cierto les digo, de ninguna manera perderá su galardón.” De modo que, no se trata simplemente de ayudar a una persona pobre porque es pobre, sino de ayudar a un discípulo cristiano “porque es discípulo.” De lo que se trata, pues, es de reconocer al discípulo por lo que es, aceptando su mensaje, poniéndose de parte de él por medio de hacerse discípulo de Cristo también.
De modo que en vez de describir a los cristianos como “los ricos” que han de ayudar a la gente pobre del mundo de manera material, las palabras de Jesús en Mateo 25, al contrario, muestran que es la gente del mundo la que tiene la oportunidad de ayudar a los hermanos espirituales de Cristo que están necesitados. De esta manera estos no cristianos pueden mostrar que están de parte del verdadero mensaje cristiano.
Las personas que no son hermanos espirituales de Cristo, entonces, pueden, en otras palabras, ayudar a estos testigos cristianos de manera bastante literal con comida, bebida, ropa y ayuda médica y visitándolos en las prisiones. Pues los cristianos verdaderos muy a menudo se hallan en situaciones en que ayuda de esa clase es necesaria y apropiada, especialmente en países donde sufren persecución y encarcelamiento. No se pueden usar las palabras de Jesús para probar que el ministerio cristiano debe tener como mira principal suministrar a la gente pobre del mundo sus necesidades materiales.
En resumen, "no se trata de qué podemos hacer nosotros por ti sino de qué puedes tú hacer por nosotros". Aunque me parece curioso que se juzgue a los no cristianos en base a principios que desconocen.
Pero sería injusto criticar a la organización por unas declaraciones de hace casi 50 años. Seguramente con unas nuevas luces el entendimiento correcto ya esté aclarado. Veamos lo que explica la Atalaya del 15 de octubre de 2009 en la página 13.
Jesús llama “hermanos” a los miembros del esclavo fiel. En la parábola de las ovejas y las cabras, Jesús indica claramente que cualquier cosa que hagamos a sus hermanos es como si se la hiciéramos a él. De hecho, dice que el factor que determinará si una persona será considerada oveja o cabra es la manera en que trate hasta a “los más pequeños de [sus] hermanos”. Así pues, si un cristiano que tiene la esperanza terrenal desea la amistad de Jesús, es imprescindible que apoye al esclavo fiel.
¿Cómo podemos demostrar que somos amigos de los hermanos de Cristo quienes tenemos la esperanza de vivir bajo el Reino de Dios en la Tierra? Veamos tres formas de hacerlo. La primera es dedicarnos con toda el alma a la predicación de las buenas nuevas. [...]
Una segunda forma es apoyar económicamente la predicación. [...]
Una tercera manera de demostrar que somos amigos de Jesús es aceptando de buena gana la dirección de los superintendentes. [...]
Vuelvo a quedar confundido. ¿No era que quienes eran juzgados eran las naciones? Ahora resulta que quienes son juzgados son los integrantes de la llamada "Gran Muchedumbre"...
En fin. Lo importante aquí es que ya sabemos finalmente quiénes son los "más pequeños" a quienes hay que mostrar misericordia. No son ni las personas necesitadas, ni los animales, ni los cristianos en general o los testigos de Jehová en particular, son los ocho integrantes del Esclavo Fiel o Cuerpo Gobernante. Es a ellos a quienes hay que proveer de refugio, alimento, bebida, vestuario y demás necesidades.
Apéndice. Buscando la explicación de esta parábola, me encontré con que esta interpretación exclusivista no es única de los Testigos. La interpretación católica es similar a la de la Atalaya de 1971, con razonamientos idénticos. ¿Podríamos decir que la ICAR también cuenta con la interpretación correcta?
El Evangelio de Mateo contiene varias claves que permiten dar una respuesta segura a la pregunta planteada. Para empezar, ¿quiénes son “los hermanos de Jesús”? Él mismo lo dijo claramente: “ ‘¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?’ Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ‘Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre’ ” (Mateo 12,48-50). Los “hermanos de Jesús” son sus discípulos (diríamos hoy, los cristianos), que creen en Él, lo aman y lo siguen, cumpliendo sus mandamientos.
¿Y quiénes son los “pequeños” con los que Jesús se identifica? El final del Discurso Apostólico los señala con claridad. Jesús dijo a sus doce Apóstoles: “Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado. Quien recibe a un profeta por ser profeta obtendrá recompensa de profeta, y quien recibe a un justo por ser justo obtendrá recompensa de justo. Y cualquiera que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por el hecho de ser discípulo, en verdad os digo que no quedará sin recompensa” (Mateo 10,40-42). Por lo tanto, también los “pequeños” son los discípulos de Jesús.
En el Discurso Eclesiástico, esta idea se ve reforzada: “En verdad os digo, si no os convertís y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Pues todo el que se humille como un niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos; y el que recibe a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe” (Mateo 18,3-5). La humildad típica de los niños pequeños ha de caracterizar a todos los discípulos de Jesús.
Los “pequeños” son los receptores de la Revelación de Dios en Cristo: “Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y las has revelado a los pequeños” (Mateo 11,25). Los “pequeños” son pues los discípulos de Jesús en general; pero muy especialmente son “pequeños” los Apóstoles, pues ellos deben ser los más pequeños entre los pequeños: “quien entre vosotros quiera llegar a ser grande, que sea vuestro servidor, y quien entre vosotros quiera ser el primero, que sea vuestro esclavo” (Mateo 20,26-27). En la Iglesia, la autoridad jerárquica es un servicio a todo el Pueblo de Dios.
Por ende, en la parábola del Juicio Final, “todas las gentes” (Mateo 25,32), vale decir los pueblos paganos, serán juzgados según su actitud respecto a los cristianos, y particularmente los discípulos misioneros, que llegan hasta ellos (muchas veces asumiendo la pobreza) para llevarles la Buena Noticia del Evangelio y llamarlos a la conversión. Cristo está, de muchas formas, unido con todos los hombres en general, y con varios grupos en particular (por ejemplo: varones, judíos, pobres, sufrientes, etc.). Pero evidentemente su unión más íntima se da con quienes están en comunión con Él por la fe, la esperanza y la caridad: “Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18,20). El final del Evangelio de Mateo remacha esta idea: “Yo estoy con vosotros [mis discípulos] todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28,20). Cristo está con los discípulos misioneros que se acercan a los paganos para evangelizarlos, y se identifica con ellos. Por eso, la actitud de los paganos hacia esos discípulos (en definitiva, su actitud hacia la Iglesia de Cristo) equivale a su actitud hacia el mismo Cristo.
Referencias.
¿Qué clase de pan para un mundo hambriento? — BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/1971520
“Ustedes son mis amigos” — BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/2009763#h=20
¿Mis hermanos más pequeños? - INFOCATOLICA
https://www.infocatolica.com/blog/razone...s-pequenos
Allí Cristo dice a los que están a su derecha: “Les aseguro que todo lo que le hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños me lo hicieron a mí”; y más adelante, dice a los que están a su izquierda: “Les aseguro que lo que no le hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños no me lo hicieron a mí”.
La lección es clara: la vida eterna de los que creen en Jesús depende de mostrar bondad y hospitalidad hacia "los más pequeños". Pero para poderlo hacer primero hay que saber quiénes son esos "más pequeños". Expondré mi punto de vista personal (ateo), el punto de vista "babilónico" y finalmente el punto de vista "cristiano" (JW) para que pensemos cuál podría representar mejor el mensaje de Jesús. Comencemos.
Mi punto de vista ateo. Creo que Jesús existió, pero no según la versión de los Evangelios, sino que más bien se trató de uno o varios hombres convertidos en leyenda.
Teniendo en cuenta lo anterior, fue un ser humano como cualquiera de nosotros. Así que lo más natural es que toda la humanidad seamos sus hermanos. Y los más pequeños, según las privaciones que se describen en el relato, vendrían siendo los más desfavorecidos.
Pero yendo un poco más allá —y es mi punto de vista personal—, si Jesús era un homo sapiens como nosotros, también fue descendiente de los homínidos que nos precedieron, y éstos a su vez de mamíferos más primitivos... hacia atrás en la línea evolutiva de la que descendemos todos los seres vivos. Y, siendo que no hay un punto específico en que una especie deje de ser una para convertirse en otra, creo que todos los seres sintientes somos hermanos. Por eso, para mí, podríamos decir que cuando realizamos un acto de bondad hacia un animal, estamos tratando con bondad a nuestros hermanos más pequeños.
El punto de vista babilónico (según la WT). Aclaro "según la WT" porque las siguientes declaraciones son las presentadas por la organización como el punto de vista de las llamadas religiones de la cristiandad. Todas las siguientes declaraciones están recogidas en La Atalaya del 1 de diciembre de 1971, página 707.
En su interpretación de esas palabras [en Mateo 25] dan a entender que los ‘más pequeños de los hermanos de Jesús’ son todas las personas del mundo que sufren angustia. Y por eso, creen que el cristiano está obligado a darles alimento, bebida, ropa, ayuda médica, etcétera. [...] Dicen que debe identificarse a Jesús con toda persona necesitada que uno se encuentre.
[El] teólogo alemán Bonhoeffer, [...] antes de ser ejecutado por los nazis en 1945, sugirió “que el primer paso es que la Iglesia se desprenda de toda su propiedad para provecho de los muy necesitados.”
El ministro metodista inglés Colin Morris explica su punto de vista del asunto de esta manera: “La Iglesia tiene responsabilidad ilimitada [para con los pobres del mundo], pues ¿no ha pregonado por siglos a son de trompeta su amparo a la gente humilde de la Tierra?” [..] “Lo que se desea son hechos,” dice el ministro Morris; los pobres y hambrientos ‘no pueden comer nuestras palabras,’ de modo que denles pan.
Vaya, parece que mi punto de vista ateo coincide parcialmente con el de las religiones falsas. No es de extrañar, ambos estamos bajo el influjo de Satanás.
El punto de vista "cristiano" (JW). El siguiente es el punto de vista correcto por el cual un verdadero cristiano debería regirse. Está en la misma Atalaya de 1971.
Solo torciendo drásticamente el contenido de muchos pasajes bíblicos pueden estos teólogos dar esta impresión del propósito y ejemplo de Jesús.
Pero, ¿quiénes dice Jesús que son sus hermanos? En Mateo 12:50 dice: “Cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano.” Los “hermanos” de Jesús, incluso aun los “más pequeños,” son, por supuesto, sus discípulos; en consecuencia son la congregación cristiana.
Ahora, lea usted mismo las palabras de Jesús en Mateo 25:31-46. ¿Quiénes son los que están reunidos enfrente del trono del rey, para ser separados en dos rebaños, las “cabras” y las “ovejas”? Sí, ¿quiénes son los que están siendo juzgados según la ayuda que hayan dado a los hermanos de Cristo? No es la congregación de Cristo, sino las naciones de la Tierra, personas fuera de la congregación cristiana, que son juzgadas por la manera en que obran para con la congregación, formada de los hermanos de Cristo.
El hecho de que éste es el entendimiento correcto de las palabras de Jesús lo muestra muy claramente lo que dijo en otra ocasión, según se relata en Mateo 10:40-42: “El que los recibe a ustedes, me recibe también a mí, y el que me recibe a mí, recibe también al que me envió. . . . cualquiera que dé de beber tan solo un vaso de agua fría a uno de estos pequeños porque es discípulo, de cierto les digo, de ninguna manera perderá su galardón.” De modo que, no se trata simplemente de ayudar a una persona pobre porque es pobre, sino de ayudar a un discípulo cristiano “porque es discípulo.” De lo que se trata, pues, es de reconocer al discípulo por lo que es, aceptando su mensaje, poniéndose de parte de él por medio de hacerse discípulo de Cristo también.
De modo que en vez de describir a los cristianos como “los ricos” que han de ayudar a la gente pobre del mundo de manera material, las palabras de Jesús en Mateo 25, al contrario, muestran que es la gente del mundo la que tiene la oportunidad de ayudar a los hermanos espirituales de Cristo que están necesitados. De esta manera estos no cristianos pueden mostrar que están de parte del verdadero mensaje cristiano.
Las personas que no son hermanos espirituales de Cristo, entonces, pueden, en otras palabras, ayudar a estos testigos cristianos de manera bastante literal con comida, bebida, ropa y ayuda médica y visitándolos en las prisiones. Pues los cristianos verdaderos muy a menudo se hallan en situaciones en que ayuda de esa clase es necesaria y apropiada, especialmente en países donde sufren persecución y encarcelamiento. No se pueden usar las palabras de Jesús para probar que el ministerio cristiano debe tener como mira principal suministrar a la gente pobre del mundo sus necesidades materiales.
En resumen, "no se trata de qué podemos hacer nosotros por ti sino de qué puedes tú hacer por nosotros". Aunque me parece curioso que se juzgue a los no cristianos en base a principios que desconocen.
Pero sería injusto criticar a la organización por unas declaraciones de hace casi 50 años. Seguramente con unas nuevas luces el entendimiento correcto ya esté aclarado. Veamos lo que explica la Atalaya del 15 de octubre de 2009 en la página 13.
Jesús llama “hermanos” a los miembros del esclavo fiel. En la parábola de las ovejas y las cabras, Jesús indica claramente que cualquier cosa que hagamos a sus hermanos es como si se la hiciéramos a él. De hecho, dice que el factor que determinará si una persona será considerada oveja o cabra es la manera en que trate hasta a “los más pequeños de [sus] hermanos”. Así pues, si un cristiano que tiene la esperanza terrenal desea la amistad de Jesús, es imprescindible que apoye al esclavo fiel.
¿Cómo podemos demostrar que somos amigos de los hermanos de Cristo quienes tenemos la esperanza de vivir bajo el Reino de Dios en la Tierra? Veamos tres formas de hacerlo. La primera es dedicarnos con toda el alma a la predicación de las buenas nuevas. [...]
Una segunda forma es apoyar económicamente la predicación. [...]
Una tercera manera de demostrar que somos amigos de Jesús es aceptando de buena gana la dirección de los superintendentes. [...]
Vuelvo a quedar confundido. ¿No era que quienes eran juzgados eran las naciones? Ahora resulta que quienes son juzgados son los integrantes de la llamada "Gran Muchedumbre"...
En fin. Lo importante aquí es que ya sabemos finalmente quiénes son los "más pequeños" a quienes hay que mostrar misericordia. No son ni las personas necesitadas, ni los animales, ni los cristianos en general o los testigos de Jehová en particular, son los ocho integrantes del Esclavo Fiel o Cuerpo Gobernante. Es a ellos a quienes hay que proveer de refugio, alimento, bebida, vestuario y demás necesidades.
Apéndice. Buscando la explicación de esta parábola, me encontré con que esta interpretación exclusivista no es única de los Testigos. La interpretación católica es similar a la de la Atalaya de 1971, con razonamientos idénticos. ¿Podríamos decir que la ICAR también cuenta con la interpretación correcta?
El Evangelio de Mateo contiene varias claves que permiten dar una respuesta segura a la pregunta planteada. Para empezar, ¿quiénes son “los hermanos de Jesús”? Él mismo lo dijo claramente: “ ‘¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?’ Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ‘Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre’ ” (Mateo 12,48-50). Los “hermanos de Jesús” son sus discípulos (diríamos hoy, los cristianos), que creen en Él, lo aman y lo siguen, cumpliendo sus mandamientos.
¿Y quiénes son los “pequeños” con los que Jesús se identifica? El final del Discurso Apostólico los señala con claridad. Jesús dijo a sus doce Apóstoles: “Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado. Quien recibe a un profeta por ser profeta obtendrá recompensa de profeta, y quien recibe a un justo por ser justo obtendrá recompensa de justo. Y cualquiera que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por el hecho de ser discípulo, en verdad os digo que no quedará sin recompensa” (Mateo 10,40-42). Por lo tanto, también los “pequeños” son los discípulos de Jesús.
En el Discurso Eclesiástico, esta idea se ve reforzada: “En verdad os digo, si no os convertís y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Pues todo el que se humille como un niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos; y el que recibe a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe” (Mateo 18,3-5). La humildad típica de los niños pequeños ha de caracterizar a todos los discípulos de Jesús.
Los “pequeños” son los receptores de la Revelación de Dios en Cristo: “Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y las has revelado a los pequeños” (Mateo 11,25). Los “pequeños” son pues los discípulos de Jesús en general; pero muy especialmente son “pequeños” los Apóstoles, pues ellos deben ser los más pequeños entre los pequeños: “quien entre vosotros quiera llegar a ser grande, que sea vuestro servidor, y quien entre vosotros quiera ser el primero, que sea vuestro esclavo” (Mateo 20,26-27). En la Iglesia, la autoridad jerárquica es un servicio a todo el Pueblo de Dios.
Por ende, en la parábola del Juicio Final, “todas las gentes” (Mateo 25,32), vale decir los pueblos paganos, serán juzgados según su actitud respecto a los cristianos, y particularmente los discípulos misioneros, que llegan hasta ellos (muchas veces asumiendo la pobreza) para llevarles la Buena Noticia del Evangelio y llamarlos a la conversión. Cristo está, de muchas formas, unido con todos los hombres en general, y con varios grupos en particular (por ejemplo: varones, judíos, pobres, sufrientes, etc.). Pero evidentemente su unión más íntima se da con quienes están en comunión con Él por la fe, la esperanza y la caridad: “Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18,20). El final del Evangelio de Mateo remacha esta idea: “Yo estoy con vosotros [mis discípulos] todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28,20). Cristo está con los discípulos misioneros que se acercan a los paganos para evangelizarlos, y se identifica con ellos. Por eso, la actitud de los paganos hacia esos discípulos (en definitiva, su actitud hacia la Iglesia de Cristo) equivale a su actitud hacia el mismo Cristo.
Referencias.
¿Qué clase de pan para un mundo hambriento? — BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/1971520
“Ustedes son mis amigos” — BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/2009763#h=20
¿Mis hermanos más pequeños? - INFOCATOLICA
https://www.infocatolica.com/blog/razone...s-pequenos
Ubi dubium ibi libertas (Donde hay dudas hay libertad)
"La verdad nunca teme ser examinada, la mentira sí."