[lavidaesduda]

lavidaesduda desde siempre he opinado, que muchas esposas de nombrados son las víctimas mudas de la secta. Siempre teniendo que ser ejemplo, siempre tener que ser sumisas y abnegada, siempre soportando privaciones afectivas y económicas, tiene que ser espía, tiene que ser la mandadera, debe soportar críticas y a veces ser objeto del estrés y frustración de sus esposos cuando les va mal, ¿y a quién pueden recurrir? A nadie, tienen que soportar calladas porque eso se espera de ellas, obediencia absoluta y una sonrisa.
La cosa se pone peor cuando hay hijos, todo el peso recae en la esposa porque el esposo debe trabajar seglarmente y atender a la congregación, la esposa cría, atiende, educa, corrige, tiene que solucionar toda clase de inconvenientes "porque su esposo está muy ocupado y ella tiene todo el tiempo", así es el machismo de la secta jw.
La vida de una esposa de nombrado es dura, pensar que hay quienes las envidian, no saben el infierno que implica ser esposa de un anciano o un ministerial, están en una jaula de oro, pero al final de cuentas jaula.

Yo por eso mejor estoy solo, no quiero desgraciarle la vida a una pobre mujer siendo esposa de un anciano.

Concuerdo totalmente.

La verdad, sin que venga a cuento, tuve algunos pretendientes que ya eran nombrados y para nada me sentí tentada a aceptar a alguno de ellos, por tener prestigio o algún tipo de estatus en la congregación. Tampoco es que me muriera por casarme, pero si me casaba, quería tener un amigo, un compañero de aventuras... por supuesto, habiendo crecido como Testigo, también estaba programada para escoger a una persona que considerara espiritual, pero para mi espiritual nunca fue sinónimo de privilegios (SM/Anciano), así que al decidirme, acepte a la persona con la que más congeniaba, el que se reía de mis chistes malos, el que me ofrecía una conversación intelectualmente estimulante, el que sabía que me vería como su igual. En ese momento, mi esposo no tenía privilegios y eso no me importó aunque mis amigos y familia mostraron su descontento.

Para mi era el indicado, un hombre decente y bien portado, pero a la vez franco. Por eso no tenía privilegio. No les decía lo que quería oír.

Luego con el tiempo, yo misma quise que nos pusiéramos metas de servicio llevada por el sincero deseo de hacer más en la obra del señor y eso inevitablemente trajo nombramiento para él, pues se destacaba por ser colaborador y laborioso, por estar atento a cuidar de los hermanos mayores y así por el estilo.

Cuando eso pasó, sabía que no iba a ser bueno para mi, pero lo vi tan feliz, que no me importó el sacrificio porque quería creer que era algo que valía la pena, después de todo, era para Dios y para la gente; qué motivo sería mejor que ese?

Ahora, al tener la certeza de que no hay una verdad y dudar de absolutamente todo, no tiene ningún sentido tanto sacrificio. Sólo lo hago por mi esposo.

Él es un buen compañero y concuerda conmigo en algunos aspectos con relación a la organización, pero en lo fundamental estamos en desacuerdo. Confía en la Biblia y cree que aunque la organización no hace todo tal cual lo dice la Biblia, es la religión que más se apega. Si tan sólo yo creyera en la Biblia

En fin, saluditos.