[Sistema de Cosas]

Muchas gracias por aceptar mi registro. Soy de la ciudad de Lambaré, en el área metropolitana de Asunción Paraguay y he de confesar que no llegué al bautismo, pero  llegué a predicar de casa en casa.  Estudié primeramente con un miembro de Betel que vivía en la sucursal con su esposa. Me contaron que si querían seguir teniendo el "privilegio" debían abstenerse de tener hijos. Trabajaban en asuntos delimpieza y ocuparse de la centralita telefónica, predicar, tener estudios conmigo y otros, manejar la camioneta, ordenar los libros que llegaban etc. pero su asignación monetaria era una miseria. Luego este mismo miembro me recomendó acercarme a la congregación que correspondía a mi domicilio, tal cual hice. Con el correr de los días fui conociendo más a cada testigo, desde los soldados rasos hasta los ancianos y siervos ministeriales. De a poco me fui convirtiendo en uno más, predicaba, daba discursitos cortos con lectura bíblica, ayudaba en la limpieza, instaléun nuevo sistema de sonido para el salón (gratis porsu) y esas cosas normales allí. Me hice amigo especialmente de los jóvenes y noté que entre los chicos existía una especie de equivalente de la Dark Web.  Estaban los jovencitos intachables o por lo menos en apariencia y "los otros" que poco miedo tenían de mostrarse tal cual ante mi ya que no siendo bautizado y dándoles señales de que mi vida real no era muy apegada a las "altas normas" que se predicaba allí me consideraban seguro. Había de todo, chiquillas con noviecitos mundanos, adolescentes aficionados al porno, videojuegos violentos, habla soez etc. Recuerdo a una de ellas de quince años hija de un  yanqui, una preciosidad rubia de ojos azules. El tiempo que duraba la lectura de la Biblia en familia se la pasaba suspirando y sin reparos de demostrar lo aburrida que se sentía. En el estudio de las revistas Atalaya se divertía poniendo con el bolígrafo ojos bizcos a las personas de las fotos, dibujándoles cigarrillos entre los dedos o lenguas anormalmente largas. Se juntaba a escondidas con un grupo de skaters. En cierta ocasión fui con ella a un centro comercial a comprar helados y cuando me disponía a darle el dinero, me dijo que no me preocupara. Un momento después llegó con dos enormes cucuruchos. Le pregunté si lo había pagado y me respondió que no, que los había pedido al dependiente que "ya la conocía". En todos los sentidos sospecho. Tenía una hermana de unos diez años que muy pronto aprendió a expresarse en guaraní, especialmente las palabrotas. Existía una especie de corporativismo secretista entre los chicos de baja ralea.  Por mi parte, La presión de los ancianos, especialmente de dos de ellos, se volvió cada vez más fuerte. Uno me perseguía y cricaba abiertamente porque mi informe de horas era demasiado escasa y perjudicaba el horario computado en común de toda la congregación.  Otro, visitaba mi casa y me daba sugerencias sobre cómo debía mantener de limpio mi patio y veredas y comentó que los árboles tenían las ramas muy bajas y debía podarlas. Me insinuó que llevaba el pelo demasiado largo. Yo solía retirar las revistas para la predicación y nunca ponía contribución alguna por ellas. En una ocasión un anciano me explicó  la importancia de aportar cuando hacía los retiros. O sea realmente pagar para retirar y poner el importe de lo que me daban por ellas en la predica-venta. Pago doble. Eso ya me   colmó  y no volví a asomar narices y hacia lo posible para no dejarme encontrar, aunque lo intentaron un buen tiempo.

[cyberjesus]

pues que bien... felicidades... mandales por correo todos su libros de regreso... diles que nunca los pagaste asi que les pertenecen.

[Amatheos]

¿Ser joven y Tj. ? Es un oxímoron
Déjalo y vive la vida con los límites éticos que te impongas. No hagas daño nunca a nadie, ni a ti mismo, vive tu juventud dentro no podrás
Se bienvenido