[Demofonte]

Pero al final el culpable siempre sera el adultero, aunque la otra persona también hubiese descuidado su relación.

Es así. La culpa es de quien cede. Porque en el matrimonio, y no descubro nada nuevo, habrá momentos felices y otros amargos o muy amargos. Muchas parejas los superan, y otras ceden al engaño. Y eso pasa, en mayor o menor medida, en todos los ámbitos sociales. Y las congregaciones no están exentas. Porque allí hay de todo, celos, envidias, chisme, rencor, odios...y mucha infidelidad, de paraíso espiritual inmaculado nada. Y no olviden que la infidelidad, no solo se trata de que dos personas tengan relaciones sexuales, puede haber infidelidad emocional, que es el flirtear o el mantener una relación sentimental sin que haya sexo, con otra persona que no sea el cónyuge.

Mantenerse fiel a tu pareja es una responsabilidad. Pero engañarla con otra persona, es símplemente una opción. Para que no ocurra un adulterio, basta con que uno de los implicados no quiera. Por eso, cuando ocurre, la culpa se reparte al 50%.

Y no se trata de ser más o menos espiritual, porque en las congregaciones han caido y caen, de todo tipo: publicadores, precursores, siervos ministeriales, ancianos, circuitos...., y seguirán cayendo por mucho que encubran.