[Charles Fiasco Rusell]

Como bien se sabe, la WT es renuente a que sus miembros investiguen por su cuenta cualquier tema, en especial religioso… así que para aquellos que querían algo más que lo que venía en las atalayas, el libro “El hombre en busca de Dios” era una pequeña bocanada de aire fresco, para conocer un poco de otras religiones sin temor a ser criticado (aunque claro, ahora sabemos que incluso ese libro estaba plagado de parcialidad).

Uno de los temas que aborda el libro, es sobre los hilos comunes en la mitología antigua, con lo cual intentar ubicar en la biblia el origen de las mitologías antiguas, pero el tema que interesa es que el libro habla sobre la epopeya de Gilgamesh, ¡mitología mesopotámica en un libro de la organización”, básicamente Gilgamesh es un hombre que ha vivido toda su vida despreocupado, abusando de su posición y sin tener quién le ponga un alto, así que los dioses le crean un enemigo, que sin embargo se convirtió en su amigo, hasta que este amigo muere. En ese momento por primera vez Gilgamesh se da cuenta del ineludible destino que le espera, morir como todos, ya que aunque es un semidios, su parte humana lo hace mortal. Emprende la búsqueda por la inmortalidad y se entera de un humano a quien los dioses le otorgaron inmortalidad: Utnapistim.

Utnapistim es la versión sumeria de Noé, quien por su obediencia fue recompensado por el panteón sumerio con inmortalidad, así que Gilgamesh acude a buscarlo para que le revele el secreto para no morir… Utnapistim le cuenta su historia, de cómo se salvó del diluvio, pero no puede ayudarlo a ser inmortal, no está en sus manos. La epopeya concluye con la muerte de Gilgamesh.

Y yo me pregunto, ¿no acaso todo ex testigo de Jehová se convirtió en Gilgamesh? ¿Cuántos de nosotros vivimos atenidos a que pronto vendría Armagedón y tendríamos la bendición de pasar al nuevo mundo sin morir? Es cierto que nadie nos firmaba categóricamente que no moriríamos como sí se atrevió a hacer el tarolas de Rutherford después de unos tragos durante su campaña para pronosticar el fin del mundo en 1925… pero los constantes recordatorios de las publicaciones nos decían que el fin era inminente, que el fin estaba muy cerca, que si hace un par de décadas Armagedón estaba a la vuelta de la esquina ahora estaba tocando a la puerta, y cualquier suceso mundial era tomado por nosotros como una señal del inminente cataclismo: que se acercaba el año 2000, que la caída de las torres gemelas, la guerra en Irak, el maremoto en Indonesia, la crisis económica mundial del 2008, jugábamos con la posibilidad de no morir nunca. Algunos no solamente alimentábamos nuestras fantasías en la mente, las llevábamos en práctica: quienes decidieron no prepararse académicamente, no tener empleo formal con prestaciones, no ahorrar para la jubilación, vender pertenencias e irse a predicar a los pueblos, con seguridad de que todo iba a ser recompensado muy pronto.

Por eso es que, una de las mayores decepciones que se lleva uno cuando conoce la verdad de la verdad, es saber que sí: uno va a morir. Podría uno soportar todo, uno podría aceptar incluso que no habría un paraíso y que no tendríamos de mascota un león alimentado con paja, mientras tomamos agua de sandía en la cabaña del bosque, pero lo que no soporta uno es aceptar que vamos a morir, no morir es el motivo de ser de un TJ, el deseo de no morir es el combustible que lo mueve a dar lo máximo a la organización; así que es normal mientras uno va despertando, que aún desengañado de la organización, uno siga confiando en el sistema cristiano de creencias, de seguir creyendo en Jehová o al menos en el dios de la biblia.

Esa ilusión tiene que ser masacrada, asesinada brutalmente, pero no es tan fácil, nuestra aún nublada mente concibe la ilusión de no morir como un tierno bebé en brazos al que es difícil ponerle una mano encima, pero en realidad es un monstruo que nos impide avanzar, que nos quiere mantener atrapados para no preocuparnos de dar el máximo en nuestra vida.

Aceptar que moriremos, es uno de los pasos finales que debería dar una persona para terminar de salir por completo de los TJ, porque aún si fuera expulsado, el temor a morir lo domina. Aceptar que moriremos no es malo, no debe ser preocupación incesantemente en nuestra vida, durante miles de años no existí, y nunca me lamenté por ello, ¿qué sucederá cuando deje de existir? Sencillamente no me enteraré, no podré lamentarme, pero sí podré lamentarme si llego a los 80 años y volteo a ver preocupado que pasé las anteriores décadas preocupándome por saber si llegaría a ese día. Pero entenderlo es un proceso personal, que cada quien vive de distinta manera, así que no es mi afán decirte qué debes sentir, o cómo puedes salir de ese sentimiento porque nada de lo que yo te diga te servirá, es como cuando sufres una decepción amorosa en la cual pese a todos los consejos y todos los pasatiempos que tomes para olvidarlo no podrás adelantarte al tiempo, ese paso del tiempo que sana las heridas.

Mientras tanto, si emprendes un viaje como el de Gilgamesh, para buscar el secreto de la inmortalidad, te enfrentarás a grandes aventuras y también a múltiples decepciones, Gilgamesh pasó de todo, pero al final del relato, murió, al igual que todos los que existieron antes de él y después de él.

[Palito]

Vaya giro argumental, Charles.

Muy interesantes reflexiones, totalmente de acuerdo.

Yo desperté en una semana, y como en el fondo tonto tonto no era, aunque tuve muchos años de sincera ingenuidad, simplemente entendí que me habían vendido la burra, e inmediatamente despedí la absurda estupidez de vivir para siempre; me encanta la ciencia, y solo un gran esfuerzo de fantasía me había mantenido creyendo, pero disonante cognitivo perdido...

También llegué a la conclusión, como bien dices, que esa zanahoria colgando del palo es en buena parte lo que motiva a los (por ahora) creyentes, hasta a despedir a sus familiares de sangre y a sus "amigos como hermanos" con tan solo que exista un mínimo riesgo de que continuar los lazos de cariño haga peligrar "la bicoca de SU vida eterna"...

Lo que, en el fondo, quiere decir que los TJ creyentes son SUMAMENTE EGOÍSTAS.

[Stargate]

Concuerdo completamente contigo. El aceptar que la muerte es algo que voy a enfrentar algún día, igual que ver morir a las personas a las que amo, es lo que más me costó al abrir los ojos. Aceptaba que todo era una mentira, pero aceptar esa realidad ineludible me costó demasiado, y aún me cuesta por momentos. Fui criado con la eternidad como una realidad, toda mi vida pensando en que eso no era conmigo, y de repente, a mitad de mi treintena, darme cuenta que va a pasar... uff.

[Amatheos]

Pasadas las expectativas testíguiles, por suerte me he quedado sin su vida eterna, tenerlos que aguantar por una eternidad sería más bien un infierno. Pero he ganando en una cosa pues pensando en la vida eterna me perdí parte de la actual y prefiero vivir aquí y ahora lo que me quede de vida con los míos. Si hay otra vida sé que también estaré, porque en el fondo no soy un mal tío.
Me pregunto a que les viene a muchos querer pasar con vida por Armagedón con las dificultades que esto representara al principio. Creo que es el sexo. De esta manera no serán como los ángeles y se casaran. Aunque tal como hemos comentado en otro hilo, los ángeles también tenían deseos.

[C.R. Rodríguez C.]

Sus comentarios me hicieron recordar el texto de Eclesiástes 3:11, donde el congregador dice que Dios ha puesto la eternidad en nuestros corazones.

Es decir, nos dio la eternidad como incentivo, pero la muerte como objetivo, dizque por el pecado de Adán y Eva. O será al revés? La eternidad como objetivo y la muerte como incentivo.

No sé qué opinen ustedes, amigos foristas, pero en lo personal, se me está haciendo cada vez más fácil aceptar mi mortalidad que la futura eternidad.

[Agua-de-Málaga]

Excelente reflexión, Charles. Me has hecho pensar...

Dices: "Gilgamesh es un hombre que ha vivido toda su vida despreocupado, abusando de su posición y sin tener quién le ponga un alto"

Ahí ya tienes que no es un hombre cualquiera, sino alguien con poder que quiere vivir eternamente porque tiene sometida a la gente. Me recuerda a los ricachones de este mundo o a la propia wt o al vaticano. ¿Porque quien querría vivir para siempre si no es para vivir despreocupado y que los esclavos le hagan todo el trabajo?

Pero como bien dices, también aplica al tj de a pie, quien vive en un engaño aun peor que el de los ricos y poderosos, pues estos sí son conscientes de que morirán y que no tendrán vida eterna en la tierra. Pero los tjs de a pie no. Ellos se jactan de sus privilegios de congregación, de ser mejores que los que no son tjs, de lo afortunados que son y que tendrán vida eterna volviendo a ser jóvenes y sin enfermedades. Creer eso les hace esclavos del miedo a morir. Y es este miedo el que les hace perder el norte, atreviéndose a rechazar transfusiones de sangre a hij@s, negándoles el trato a los que dejan de ser tjs, y teniendo un miedo atroz al coco, que para ellos es el apóstata. Al final se trata de lo que las religiones han hecho desde siempre: crear a un enemigo para que los feligreses tengan miedo de alejarse de sus líderes religiosos.

En este sentido, los que hemos nacido en esta secta somos los más perjudicados, pues crecemos y formamos nuestra personalidad en el miedo. Y ya no es que queramos vivir para siempre. Es que tenemos miedo a un mundo que nos han prohibido conocer por peligroso, y creemos que dentro de la secta estaremos mucho mejor.

Hasta que no perdamos el miedo a salir, no podremos desarrollarnos como seres humanos libres y sanos de mente aunque sea por unos pocos años de vida REAL, y no imaginada.

[OSDAVID]

Muy bueno charles ... además de la vida eterna , todas estas cosas ... " no serán recordadas , ni subirán al corazón" es por ello que una madre , despreocupadamente , le puede decir a su hija , cuando esta deja "la verdad" ...¡ Desde hoy estás muerta para mi !. Transformándose ella misma en un Dios eterno e inmortal ,que todo lo puede y que por siempre, contemplará todo desde la eternidad . un abrazo grande

[kunta]

Cuando en las reuniones se hacen demostraciones en que, por alguna razón (bueno, no; por cualquiera, no. Para conseguir una revisita y, más tarde un EB y un TJ) se pregunta al "amo de casa" (ufff, ¡qué triste suena eso!): "Usted, ¿cómo ve el futuro? Bien, mal, regular..." yo siempre pienso... "el día que alguno me haga la pregunta, le responderé algo así como: No pienso en el futuro porque, mientras pienso, dejo de disfrutar el presente... y bastantes años he perdido ya en el pasado..."

La Epopeya de Gilgamesh es otro de los "libros" que todo TJ debería leer...

Por cierto. Si no recuerdo mal, el final del Poema de Gilgamesh deriva hacia el rescate de un árbol (árbol, otra vez) bajo el fondo marino que da la inmortalidad, el robo por parte de una serpiente (¡serpiente, otra vez!) y la eterna frustración del héroe... Para que luego digan qué influyó en qué...

La última tablilla es tema aparte... ya no forma parte del texto original, sino que es un añadido asirio, creo... en el que Enkidu vuelve a salir (¿resucitado?) y la cosa se va de madre... Quiero decir que no acaba con la muerte de Gilgamesh, como alguien sugería por ahí arriba. Acaba (en su versión clásica) con la marcha de Gilgamesh otra vez hacia Uruk, donde gobernará y, eso sí, esperará la muerte...

Magnífica obra. Tan importante como antigua...

kunta