[Charles Fiasco Rusell]

En un tiempo en que los dioses dominaban el mundo, los dioses griegos sobresalían por su costumbre de intervenir frecuentemente en los asuntos humanos, a tal grado que su conducta y acciones muchas veces los hacían prácticamente indistinguibles de los simples mortales.

Fue por aquellos tiempos que nació el mito de Sisifo, un hombre que por cierto motivo fue castigado por Zeus, a rodar una pesada piedra por una ladera empinada… ¿el problema?, que en cuanto llegaba a la cima, la piedra rodaba de nuevo hacia el valle, y Sisifo tenía que volver a empezar, así por toda la eternidad, no sé que era peor, si hacer una labor eternamente o que la misma labor no tenía ningún sentido.

¿Y qué tiene que ver esto con los TJ? Me di cuenta con el tiempo lo inmersos que están en actividades repetitivas, e inútiles, que simplemente no tienen sentido porque no muestran ningún avance en su persona, ni siquiera en “la obra” que realizan… actividades que solo servían para sacarles dinero, y tiempo.

Semana tras semana, mes tras mes, año con año, se hacía la labor de “predicar”, pero que consistía básicamente en tocar puertas del territorio esperando hablar con alguien, en varias congregaciones es común incluso que pase todo un año sin que se lleve a una sola persona al bautismo, pero seguíamos dando vueltas y vueltas en la comunidad, bajo el argumento de que “el territorio no se ha abarcado completamente”, ¿en serio? ¿después de todas las horas invertidas y las miles de vueltas dadas alguien se atreve a decir que aún queda algo por hacer? Al menos los Israelitas solo le dieron vueltas 7 días a Jericó, al menos a Jonás solo le tomó 30 días predicarle a toda una ciudad, ¿qué mas quiere el cuerpo gobernante de los TJ? El testigo está condenado como sisifo a rodar la piedra vez tras vez y volver a empezar.

Luego tenemos la maravillosa obra de construir y construir, un bucle infinito de nunca acabar en el cual se piden donaciones, mano de obra y recursos materiales para hacer una instalación, a la cual se le sacará provecho durante un tiempo, y con el tiempo será vendida… solo para poco después informarles a los testigos de a pie que hay necesidad de construir un nuevo inmueble, y que casualmente no hay nada más que buenos deseos para comenzar la construcción: no hay dinero (quién sabe dónde quedó lo de la venta anterior), no hay ni siquiera herramientas (muchos hermanos en estos proyectos llevan su propia herramienta y la donan, pero la WT la vende al finalizar), y por supuesto no hay mano de obra, toca poner todo desde cero, y repetir el ciclo nuevamente.

¿Y qué se gana con todo esto? Porque al menos los católicos y otras religiones te prometen una futura vida de descanso, en el cielo, sin preocuparse por el impuesto sobre la renta… pero en el caso de los TJ eso no existe, incluso en el paraíso se espera que trabajen como burros, intentando evangelizar a Hitler, Diego Armando Maradona y al Rey David, y de construcciones ni se diga, ya ha dicho el cuerpo gobernante que los proyectos de construcción continuarán en el nuevo mundo, ¿y todo para qué? Solo para tener oportunidad de ganar más días de vida que permitirán tener más tiempo trabajando, todo seguirá igual: predicar, construir, e ir a las reuniones, nada nuevo bajo el sol diría Salomón.