[Demofonte]

Esa confidencialidad no existe, o al menos en su gran mayoría no existe. Al nacer dentro de esta secta, desde que era niño, siempre me enteré de temas que se suponen deberían haber sido confidenciales. Todo empezaba con alguna reunión social en mi casa, mis padres invitaban a varias familias. Días después hablaban de lo que se habían enterado, pensando que yo no escuchaba. Así que yo también me enteraba.

Las mujeres de los ancianos siempre, sí, SIEMPRE, han tenido la lengua muy suelta y además han sabido sonsacar a sus esposos esos temas tan "escabrosos" para los testigos.

Pero ahí no acaba todo. Cuando un anciano deja de ser anciano, o hasta incluso Testigo, a él ya no le obliga nada ni nadie, a esparcir todo lo que quiera de esas confesiones ,o de esos Comités judiciales. Y esos tienen la lengua aún más suelta que las mujeres de los ancianos.