18 Sep, 2018, 12:48 PM
Nací en una familia de personas que no son Testigos de Jehová, sin embargo todos hemos estado relacionados con esta religión (yo la considero aún así), porque por ambas lados hemos tenido ese acercamiento.
Hace diez años dí mi primera asignación en la escuela del ministerio teocratico (como se le llamaba en ese entonces), sin embargo como no daba el paso a publicador y siempre iba solo a las reuniones o con mi "profesora" pues, a menudo yo era simplemente un invitado habitual, pero conforme crecí me dí cuenta que yo no existía y si me sucedía algo mi persona les daba igual a los otros.
Durante tres años me alejé de la congregación (asistía siempre), pero mi estilo de vida cambió y ahí me dí cuenta que cuando necesitaba ayuda "espiritual" nadie me la dió, simplemente me juzgaban y esos juicios aún permanecen.
Actualmente soy bautizado y atiendo un departamento, tengo una reputación "buena", pero me critican mis "números" de predicación, además de que tengo una relación con una TJ desde hace un año y suelo escuchar estas expresiones de personas enajenadas por la organización: "¿Para cuándo la boda? La organización dice que no debes durar más de un año; El noviazgo no es juego; No pases tanto tiempo con ella", (Ya saben expresiones de ese tipo). Tengo probabilidades de llegar a ser Siervo Ministerial, pero dudo que me "nombren" porque estoy en un noviazgo, ya saben esas costumbres que se hicieron leyes en la "organización".
¿Qué les puedo decir? Actualmente ya no leo la Biblia, ni las publicaciones, sólo cuando me toca una parte, para que los "hermanos" tengan una presentación de calidad y no la tipica lectura aburrida de siempre o el discurso que aburre y ya no supiste qué onda. Considero que hay personas que valen la pena, y por eso trato de darles animo, cariño y que su experiencia en las reuniones sea menos monotonas.
Hace un año caí en el deísmo, ahora estoy en un estado de agnosticismo intentando disfrutar de el libre albedrío, pero considero que voy a caer en el ateísmo, porque desde hace unos 6 meses dejé de orar, sólo cuando como con mi novia.
Sigo ahí por ella, por mi familia y por algunas personas que valoro, porque sé que el alejarme será un duro golpe emocional que aún no estoy preparado para vivir.
Me he vuelto frío, insensible, pero al mismo tiempo melancólico, porque me da rabia la impunidad y corrupción que a veces vemos en las congregaciones, porque finalmente estamos en un sistema político-religioso, donde unos mandan y los otros obedecen sin derecho a retroalimentar.
Dudo que alguna vez logre desprogramarme, pero estoy interesado en incursionar en otros aspectos de la vida humana como la política, pero tengo mis reservas sobre asuntos como la sangre y aún siento remordimientos cuando he ido a fiestas en secretos.
Ese soy yo, aquí tienen un amigo, espero leerlos. Les manda un saludo su amigo, Leidba, el poeta solitario.
Hace diez años dí mi primera asignación en la escuela del ministerio teocratico (como se le llamaba en ese entonces), sin embargo como no daba el paso a publicador y siempre iba solo a las reuniones o con mi "profesora" pues, a menudo yo era simplemente un invitado habitual, pero conforme crecí me dí cuenta que yo no existía y si me sucedía algo mi persona les daba igual a los otros.
Durante tres años me alejé de la congregación (asistía siempre), pero mi estilo de vida cambió y ahí me dí cuenta que cuando necesitaba ayuda "espiritual" nadie me la dió, simplemente me juzgaban y esos juicios aún permanecen.
Actualmente soy bautizado y atiendo un departamento, tengo una reputación "buena", pero me critican mis "números" de predicación, además de que tengo una relación con una TJ desde hace un año y suelo escuchar estas expresiones de personas enajenadas por la organización: "¿Para cuándo la boda? La organización dice que no debes durar más de un año; El noviazgo no es juego; No pases tanto tiempo con ella", (Ya saben expresiones de ese tipo). Tengo probabilidades de llegar a ser Siervo Ministerial, pero dudo que me "nombren" porque estoy en un noviazgo, ya saben esas costumbres que se hicieron leyes en la "organización".
¿Qué les puedo decir? Actualmente ya no leo la Biblia, ni las publicaciones, sólo cuando me toca una parte, para que los "hermanos" tengan una presentación de calidad y no la tipica lectura aburrida de siempre o el discurso que aburre y ya no supiste qué onda. Considero que hay personas que valen la pena, y por eso trato de darles animo, cariño y que su experiencia en las reuniones sea menos monotonas.
Hace un año caí en el deísmo, ahora estoy en un estado de agnosticismo intentando disfrutar de el libre albedrío, pero considero que voy a caer en el ateísmo, porque desde hace unos 6 meses dejé de orar, sólo cuando como con mi novia.
Sigo ahí por ella, por mi familia y por algunas personas que valoro, porque sé que el alejarme será un duro golpe emocional que aún no estoy preparado para vivir.
Me he vuelto frío, insensible, pero al mismo tiempo melancólico, porque me da rabia la impunidad y corrupción que a veces vemos en las congregaciones, porque finalmente estamos en un sistema político-religioso, donde unos mandan y los otros obedecen sin derecho a retroalimentar.
Dudo que alguna vez logre desprogramarme, pero estoy interesado en incursionar en otros aspectos de la vida humana como la política, pero tengo mis reservas sobre asuntos como la sangre y aún siento remordimientos cuando he ido a fiestas en secretos.
Ese soy yo, aquí tienen un amigo, espero leerlos. Les manda un saludo su amigo, Leidba, el poeta solitario.