Me encanto el video...eso que ocurre hoy.
Total el p estado financia la reproduccion irresponsable.
La poblacion con IQ sobre 90 va en vias de extincion.
miker
Dios…¿Verdad o Necesidad?
Nacer, llegar a existir, despertar. Cada mañana ocurre el mismo fenómeno. Al abrir los ojos nos reconocemos, revisamos el entorno y comprobamos si lo que nos rodea encaja con el orden preestablecido en la memoria. Los recuerdos de la noche anterior presentes por lo general, nos dan el marco de la normalidad a la que estamos acostumbrados.
Cada vez que pienso en ello me reconozco vivo, tomo conciencia de mi existencia, y cada, vez que esto pasa, me sorprendo nuevamente. Es curioso… por lo general doy por sentado el fenómeno de la vida y actúo sólo porque aún queda energía remanente que me permite respirar.
Estiro mis brazos, nadando entre las sábanas de la cama, me saludo con una sonrisa mental y vamos arriba.
La primera vez que sentí la sensación de estar vivo fue en mi niñez en una mañana de flojera veraniega. Esa vez impactado, miré mis manos, moví mis dedos, me alegré ante el latido de mi corazón y dejé de ser sólo un pájaro… al menos esa mañana.
Cuando pienso en la absurda vastedad del universo, esta concepción me causa problemas y quizá por eso no pienso mucho en esto. La búsqueda del orden en el caos o las leyes que mantienen todo en su lugar es una constante. Desde el momento de percibir vida propia, preguntamos porqué se está vivo. Y esa búsqueda lleva a idear respuestas que dejen satisfecho. Buscar (y en el más feliz de los casos, inventar) la razón del orden, es la manera de hallar sentido en esta magnífica sincronía.
Es innumerable la cantidad de hechos que nos recuerdan nuestra pequeñez relativa y nuestro carácter efímero. Al mismo tiempo reconocemos la grandeza humana, nuestra capacidad única de aprender y el anhelo por comprender. En esta contradicción surge la tormenta, el conflicto provocador de interrogantes. Solos ante el abismo, llegamos al límite de la razón y gritamos ¿porqué estoy vivo?… Un paso más allá, lo infinito que nos aturde con su silencio.
El tema muchas veces me ha agotado, parece vital tener una posición frente a esta cuestión, es la manera de encuadrar la razón que nos obliga a seguirlas rutinas de nuestro papel.
Los límites de nuestros sentidos nos confinana un espacio reducido. Este hecho es la razón fundamental por la cual no podemos entender el completo fenómeno de la vida.
Una de las fuentes de explicación a esta interrogante, es la religión.
La religión no tiene la necesidad de probar cada afirmación. Parte de un supuesto incuestionable,base de toda la estructura de ideas. “Dios existe”, debe existir. La religión como reflejo de la cultura del hombre va cambiando y se adapta para suplir las necesidades de sus usuarios.
La importancia de los dioses obedece a la necesidad del hombre de sentir seguridad en un entorno que le es hostil. Así la humanidad define a sus dioses por la convención de algunos. El método es, como adoptar por ejemplo una dimensión cualquiera, supongamos una unidad de tiempo, el segundo. Y nos ponemos de acuerdo en decir que es el lapso que le toma a una frecuencia de luz en determinada transición de Cesio lograr 9192631770 ciclos. Pero ¿cómo definir a Dios? Si se admite su existencia, la definición es imposible. No podemos decir “Dios es…” y confinarlo en una definición, su enormidad no admite fronteras. La posibilidad que nos queda es que él mismo nos diga, “Ego sum”, y se nos “revele”. Pero esta es una idea cíclica, “Dios dice que Él es”.
De tal modo que hallo dos opciones, una es aceptarla idea de un dios porque se hace intolerable su inexistencia y por contrario la opción es negarlo por la complicación que reviste su figura y la incongruencia que implica frente al sufrimiento humano.
Algunas culturas adoptan elaborados registros compiladosen varias generaciones para atestiguar su propiedad de la “verdad revelada” y avalar sus posturas. No hablo de principios de conducta y buen vivir que el hombre ha ido descubriendo, los cuales pertenecen al legado ambiental y genético de la humanidad. Hablo de esas “verdades” que tratan de las conductas de las deidades y la liturgia que se espera los hombres rindan.
Esa “verdad” a diferencia de los hechos científicos establecidos es propia de quienes suscriben a tales compilados culturales, orales o escritos, pero no es aplicable a los demás. Si se tiene una creencia en dioses particulares, quien tiene tal creencia separará al resto de sus congéneres en “creyentes” e “infieles”, no obstante, el mismo modo de actuar posee el “infiel” que lo juzga a él mismo mirándolo desde la calle de enfrente.
Quizás una manera de evaluar la verdad de un dios es ver los efectos que produce tal creencia en los que adoptan tal idea. Pero esta postura adopta unpunto de vista antropocéntrico. Encontramos que la idea de dios es funcional para el hombre, procede del hombre.
El que Dios “deba” existir es una restricción impuesta por nosotros. La dificultad es que la “solución” alproblema de la creación no se “resuelve” con la creencia en un creador, es sólo una hipótesis temporal.
Noto en este punto la ventaja del creyente en dioses (uno o varios), a saber: este logra su “orden y solución” anticipada y definitivamente.
Quienes creen que los escritos judeo-cristianos llamados comúnmente “La Biblia”, son la revelación del dios creador Jahvéh o Jehová, leen en el Génesis “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”.
Hoy los descubrimientos científicos establecen que en verdad el universo se encuentra en verdad en un proceso de expansión tremendamente acelerada, lo que ha hecho concluir que universo surge de un principio, una “singularidad” de masa infinita y tamaño infinitesimal. Los dichos de este libro hebreo, han coincidido con ciertos aspectos de la verdad establecida y esto hace que quienes adopten la creencia de la revelación de este libro, sientan que sus declaraciones de aperturason “verdad” al mismo nivel.
El hombre de fe llena los espacios de lo que es incapaz de saberse con su verdad divinamente inspirada (gr) Theospneustós , insuflado por Dios) y esto le permite afrontar con éxito los dilemas. Su verdad le es satisfactoria con tal que no se encuentre con otra “verdad” que sea mayormente satisfactoria en la tarea de explicar fenómenos desconocidos. Quienes no adoptan tales puntos de vista generados por la tradición o los deseos, buscan las explicaciones de los fenómenos en hechos físicos, naturales y al hallar las respuestas acaban con los mitos. El hombre de fe entonces adapta sus “verdades” a la nueva información obtenida.
En consecuencia, pienso que la idea religiosa de “la verdad” siempre estará presente en el hombre, pues no creo posible que la investigación científica pueda explicar satisfactoriamente todas las cosas que ocurren, jamás. La religión estará siempre ligada a la figura del hombre para brindar orden a las ideas y con esto otorgar la paz mental. Expresado así, laidea de Dios es una necesidad humana, una invención para otorgar respuestas.
En este aporte, la figura del cristianismo, en su contribución a nuestra cultura es incuestionable. Los judíos introducen la figura de un Dios único, creador que se revela al hombre en su deseo de acercarse a este y bendecirlo. Tal como los mitos antiguos de la caja de Pandora, los escritos judíos explican el origen del mal. En la Biblia, este origen, se manifiesta como una rebelión a la soberanía del creador, un insulto a su derecho a gobernar. Los escritos cristianosconcluyen la compilación religiosa mencionando la manera en que acaba el mal, otorgando esperanza de un futuro mejor establecido por mano del Mesías, el caudillo libertador, la personificación del dios vivo en hombre, Jesús.
“Saber” que existe una personatodopoderosa controlando todo acontecimiento, con total conocimiento de causa, estableciendo e imponiendo su voluntad bienhechora para nuestro disfrute, es una idea tremendamente encantadora para algunos.
Cumple perfectamente con la tarea de “llenar el hueco”.
La figura del dios judeo cristiano, alcanza en el pueblo israelita y su refinación cristiana un perfil sublime. Los escritos sagrados judeo-cristianos destacan por la coherencia de su tema central que culmina en el Apocalipsisdiciéndonos “La tienda de Dios estará con la humanidad y Dios mismo estará con ellos. Enjugará toda lágrima de sus ojos y ya no habrá más muerte ni lamento ni clamor ni dolor”. Esta visión atractiva de un Dios interventor en la historia, ha captado la atención de millones de personas en los últimos dos mil años y ha sido motor de innumerables gestas religiosas.Pero es engañoso concluir que un célebre escrito sea “divinamente inspirado”, sólo por su singularidad. De nuevo se llega a un razonamiento circular “La Biblia viene de Dios porque Dios lo dice”.
En este punto encontramos una dificultad insalvable para esta “verdad” o cualquier otra “verdad” religiosa. La verdad es un hecho objetivo y aplicable en cualquier parte. Pero los escritos religiosos permiten la interpretación múltiple de ideas. Ni la biblia ni ningún otro escrito religioso “divinamente inspirado” tienen la facultad de permanecer uniformes al momento de ser leídos. De ser cierta tal inspiración, no es posible explicar la multiplicidad de interpretaciones que pueden extraerse sin contradicciones. Alguien dirá que en esta facultad está la riqueza del mensaje. Pero ciertamente no sería un buen manual de cocina, uno cuyas recetas pudieran entenderse de maneras distintas y válidas al mismo tiempo. No existe una “acotación del conjunto posible de soluciones” en la verdad religiosa, es decir es una “verdad” condicionada a mi cultura. La verdad establecida, no es así y en esa verdad creen los que investigan los hechos establecidos.
Antes (en mis vidas pasadas) opiné que la ciencia era dogmática, que se aferraba a sus conceptos con uñas y dientes. Pero me complazco en descubrir que no es así, la ciencia tiene la actitud de decir “¿Tienes una buena idea?, Demuéstrala. Si pruebas tu idea de manera sistemática, todos debemos cambiar nuestros conceptos errados”.
La ciencia establece “modelos” que se esfuerzan por explicar la verdad, y en nuestras limitaciones avanzamos al entendimiento racional y sostenido de lo que nos rodea. El camino por descubrir es infinito, pero los curiosos, los inquietos, los soñadores, los buscadores, están encontrando y seguirán haciendo los aportes para que integremos gradualmente el gran legado de la investigación concienzuda y laboriosa. Gracias debemos dar que los gigantes intelectuales no digan “esto ocurre así por la voluntad de Dios”.
A diferencia lógica, hace dos mil años atrás, se dijo lo que leemos en el corpus-paulinus “Hay una fe, un señor y un bautismo”. Sería interesante imaginar la opinión del escritor acerca de los miles de “verdades” religiosas cristianas que abundan hoy en día.
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