12 Jan, 2019, 08:29 AM
Saludos a todos
Llevo más de 30 años sin pisar un Salón del Reino, creí que había borrado todo eso de mi mente, pero no.
Hace como un mes o poco más, estaba con mis hijas, era una de esas tardes que estás jugando con ellas y ves esas risas, ese brillo en los ojos, esa felicidad especial que tienen los niños que se esparce por todo el ambiente. Y de repente me vino todo otra vez encima, me entró una especie de ataque de rabia y angustia y tuve que irme de la habitación, mi mujer me preguntó que que me pasaba y se lo conté, me había acordado de cómo me quitaron mi infancia y primera adolescencia en una secta, esa debe ser la misma sensación que tiene alguien que ha pasado por una situación traumática, la borra de la memoria y de repente vuelve cuando menos te la esperas.
A pesar de que no puedo calificarme propiamente como ex-Testigo de Jehová porque nunca llegué a bautizarme, sí que me considero afectado por la secta, por eso y por si mi experiencia puede ser de ayuda a los demás, me he registrado en este foro.
Mi relación con los Testigos comenzó cuando tenía 5 años, en 1972, cuando justo en el momento en el que mi familia acababa de perder un familiar una pareja de precursores llamaron a la puerta.
Mi madre y mi abuela comenzaron un estudio bíblico casi de inmediato y comenzaron a asistir a las reuniones que de aquella eran clandestinas en España, ya que la secta estaba proscrita, éstas se celebraban en casas y locales discretos sin ningún tipo de rótulo y procurando pasar desapercibidos, mi madre me llevaba a esas reuniones. Tanto ella como mi abuela se tomaron "la verdad" con muchas ganas y comenzaron su labor de predicación entre familia y amigos de un modo tan vehemente que las llevó a tener discusiones y problemas con varios de ellos. Recordemos que en esos años el Armagedón estaba a la vuelta de la esquina y que no íbamos a pasar del otoño de 1975. Poco después de su conversión se bautizaron, creo que en 1973. Mi padre estaba horrorizado con todo aquello y eso nos llevó a una muy mala situación familiar y a la ruina del matrimonio de mis padres, gracias Jehová por bendecir a mi familia.
También comenzaron mis estudios bíblicos acelerados ya que debía hacerme digno a los ojos de jehová de pasar al nuevo orden y evitar mi destrucción y ser pasto de las aves del cielo, porque en el amoroso plan de Jehová Dios sólo se libraban de una muerte horrible los que fueran Testigos.
Mi infancia consistió en Biblia, reuniones, atalayas y despertares, libros de colores, acompañar a la predicación...
En aquella época había 3 reuniones semanales, una que llamábamos "estudio del libro" de 1 hora los martes, otra los jueves de 2 horas y otra los domingos de otras 2, el Salón no quedaba cerca y las reuniones siempre se alargaban más de lo previsto y solían acabar bastante tarde los martes y jueves.
Entre el colegio, preparar las reuniones y asistir a las mismas, el estudio bíblico, acompañar a la predicación y demás, apenas tenía nada de tiempo libre, no bajaba a jugar a la calle con los demás "mundanos" ya que jugar no era de provecho, los libros de aventuras y los tebeos (cómics) eran tonterías, la televisión estaba llena de cosas inicuas... y estando el fin tan cerca nada debía desviar nuestra atención de crecer espiritualmente, cualquier esfuerzo era poco. Por supuesto yo leía todos los libros de aventuras o de lo que no fuera bíblico que podía, todos los cómics que caían en mis manos, veía todas las películas "inicuas" que echaban sin que mi madre se enterase y por supuesto jugaba con los mundanos a la mínima oportunidad.
Yo siempre fui una persona que se cuestionó todo, desde mi niñez nunca me gustó nada de aquello, en realidad lo odiaba con toda mi alma, desarrollé el "superpoder" de desconectar totalmente mi mente del entorno como defensa para aguantar todo aquel horror y aburrimiento. Siempre fui mundano, inicuo desde el primer día, carne de Gehena... y me gustaba.
Para aguantar el tirón me inventaba situaciones a base de imaginación, por ejemplo alguna vez en las reuniones yo era un miembro de "la resistance" en misión secreta en un congreso de las SS, iba uniformado como ellos y tenía que comportarme como ellos para que no me descubriesen, dar vivas al Fuhrer que discursaba, otra vez la historia era la de la peli de "la invasión de los ultracuerpos" estaba rodeado de malvados extraterrestres que si me descubrían me meterían en una vaina y me convertirían en autómata como ellos. Así transcurría mi doble vida en la infancia, todo ello aderezado con un "sano" temor de Dios que previsiblemente me iba a destruir inmisericordemente.
Continuo más tarde, que me estoy extendiendo mucho para un solo post.
Muchas gracias a todos
Llevo más de 30 años sin pisar un Salón del Reino, creí que había borrado todo eso de mi mente, pero no.
Hace como un mes o poco más, estaba con mis hijas, era una de esas tardes que estás jugando con ellas y ves esas risas, ese brillo en los ojos, esa felicidad especial que tienen los niños que se esparce por todo el ambiente. Y de repente me vino todo otra vez encima, me entró una especie de ataque de rabia y angustia y tuve que irme de la habitación, mi mujer me preguntó que que me pasaba y se lo conté, me había acordado de cómo me quitaron mi infancia y primera adolescencia en una secta, esa debe ser la misma sensación que tiene alguien que ha pasado por una situación traumática, la borra de la memoria y de repente vuelve cuando menos te la esperas.
A pesar de que no puedo calificarme propiamente como ex-Testigo de Jehová porque nunca llegué a bautizarme, sí que me considero afectado por la secta, por eso y por si mi experiencia puede ser de ayuda a los demás, me he registrado en este foro.
Mi relación con los Testigos comenzó cuando tenía 5 años, en 1972, cuando justo en el momento en el que mi familia acababa de perder un familiar una pareja de precursores llamaron a la puerta.
Mi madre y mi abuela comenzaron un estudio bíblico casi de inmediato y comenzaron a asistir a las reuniones que de aquella eran clandestinas en España, ya que la secta estaba proscrita, éstas se celebraban en casas y locales discretos sin ningún tipo de rótulo y procurando pasar desapercibidos, mi madre me llevaba a esas reuniones. Tanto ella como mi abuela se tomaron "la verdad" con muchas ganas y comenzaron su labor de predicación entre familia y amigos de un modo tan vehemente que las llevó a tener discusiones y problemas con varios de ellos. Recordemos que en esos años el Armagedón estaba a la vuelta de la esquina y que no íbamos a pasar del otoño de 1975. Poco después de su conversión se bautizaron, creo que en 1973. Mi padre estaba horrorizado con todo aquello y eso nos llevó a una muy mala situación familiar y a la ruina del matrimonio de mis padres, gracias Jehová por bendecir a mi familia.
También comenzaron mis estudios bíblicos acelerados ya que debía hacerme digno a los ojos de jehová de pasar al nuevo orden y evitar mi destrucción y ser pasto de las aves del cielo, porque en el amoroso plan de Jehová Dios sólo se libraban de una muerte horrible los que fueran Testigos.
Mi infancia consistió en Biblia, reuniones, atalayas y despertares, libros de colores, acompañar a la predicación...
En aquella época había 3 reuniones semanales, una que llamábamos "estudio del libro" de 1 hora los martes, otra los jueves de 2 horas y otra los domingos de otras 2, el Salón no quedaba cerca y las reuniones siempre se alargaban más de lo previsto y solían acabar bastante tarde los martes y jueves.
Entre el colegio, preparar las reuniones y asistir a las mismas, el estudio bíblico, acompañar a la predicación y demás, apenas tenía nada de tiempo libre, no bajaba a jugar a la calle con los demás "mundanos" ya que jugar no era de provecho, los libros de aventuras y los tebeos (cómics) eran tonterías, la televisión estaba llena de cosas inicuas... y estando el fin tan cerca nada debía desviar nuestra atención de crecer espiritualmente, cualquier esfuerzo era poco. Por supuesto yo leía todos los libros de aventuras o de lo que no fuera bíblico que podía, todos los cómics que caían en mis manos, veía todas las películas "inicuas" que echaban sin que mi madre se enterase y por supuesto jugaba con los mundanos a la mínima oportunidad.
Yo siempre fui una persona que se cuestionó todo, desde mi niñez nunca me gustó nada de aquello, en realidad lo odiaba con toda mi alma, desarrollé el "superpoder" de desconectar totalmente mi mente del entorno como defensa para aguantar todo aquel horror y aburrimiento. Siempre fui mundano, inicuo desde el primer día, carne de Gehena... y me gustaba.
Para aguantar el tirón me inventaba situaciones a base de imaginación, por ejemplo alguna vez en las reuniones yo era un miembro de "la resistance" en misión secreta en un congreso de las SS, iba uniformado como ellos y tenía que comportarme como ellos para que no me descubriesen, dar vivas al Fuhrer que discursaba, otra vez la historia era la de la peli de "la invasión de los ultracuerpos" estaba rodeado de malvados extraterrestres que si me descubrían me meterían en una vaina y me convertirían en autómata como ellos. Así transcurría mi doble vida en la infancia, todo ello aderezado con un "sano" temor de Dios que previsiblemente me iba a destruir inmisericordemente.
Continuo más tarde, que me estoy extendiendo mucho para un solo post.
Muchas gracias a todos