06 Aug, 2017, 03:39 PM
Las Asombrosas Señales de Mateo 24 Cumplidas (Referencias Históricas)
CAYO CORNELIO TÁCITO
“Habían sucedido milagros, que a esta gente supersticiosa y ajena de toda ley de religión, no es lícito purgar ni con sacrificios, ni con votos. Se vieron en el aire ejércitos armados que peleaban unos con otros, resplandecer sus armas, llenarse el templo de una súbita luz que salió de las nubes. Se habían abierto repentinamente las puertas del templo, y se había oído una voz mayor que humana, la cual dijo que los dioses se iban a de allí. Se oyó también un gran estruendo como de gente que partía.”
Historias de Cayo Cornelio Tácito, Pág. 473.
https://docs.google.com/file/d/0B2LX...Y2s/edit?pli=1
Historias de Cayo Cornelio Tácito, Pág. 473.
https://docs.google.com/file/d/0B2LX...Y2s/edit?pli=1
FLAVIO JOSEFO
"Aquel pueblo miserable era seducido por los embusteros que calumniaban a Dios. Como hombres presumidos, sin ojos y sin espíritu, despreciaban y no prestaban crédito a los claros y seguros indicios que predecían su futura ruina, sin consideración para las señales del Ser Supremo. Una vez, aparecieron encima de la ciudad una estrella semejante a una espada y un cometa que duró un año entero. Con anterioridad a la rebelión judía y antes de los tumultos que precedieron la guerra, el pueblo llegó en grandes contingentes a celebrar la fiesta del pan ácimo, el día octavo del mes de Xanticos (Nisan); a la hora novena de la noche, brilló una gran luz en el altar y el santuario, semejante a la del día, persistiendo media hora. A los ignorantes se les antojó que era una buena señal, pero los escribas sagrados la interpretaron como anuncio de los sucesos que ocurrieron a continuación. En la misma fiesta una ternera parió un cordero en medio del templo, cuando el sumo sacerdote la llevaba a sacrificio. Más aún: la puerta oriental del patio interior del templo, que era de bronce y tan pesada que necesitaba veinte hombres para cerrarla, con cerrojos de hierro que hincaban en piedra, se abrió por sí sola a la hora sexta de la noche. Los guardias del templo avisaron a su jefe y entre todos consiguieron cerrarla con dificultad. El vulgo estimó que aquello era un prodigio venturoso, como si Dios les hubiera franqueado la puerta de la dicha. Pero los sagaces comprendieron que se había disuelto de propio acuerdo la seguridad el templo y que la puerta abierta significaba una merced para el enemigo. Proclamaron públicamente que el prodigio les pronosticaba la desolación venidera. Además, pocos días después de la fiesta, el vigésimo primero del mes de Artemisios (Jyar), aconteció un fenómeno increíble y maravilloso. Se le podría tildar de fábula si no lo refiriesen los que lo presenciaron y si la índole de los hechos que siguieron no justificase aquellas señales. Antes de la puesta del sol corrieron, entre las nubes, sitiando ciudades, carros y soldados armados de pies a cabeza. En la fiesta llamada Pentecostés, los sacerdotes, de acuerdo con la costumbre, penetraron de noche en el patio interior del templo a fin de realizar sus ceremonias y sintieron ante todo una sacudida acompañada de un ruido, y luego percibieron como la voz de un gentío inmenso diciendo: "Vámonos de aquí."
Las Guerras de los Judíos libro 7, cap. XII