[Centroamericana]

Hola Julian :

También a mi me pasa. Y más que mi carácter es introvertido,  me cuesta hacer amistad con los demás en términos generales; sin embargo como se suponía que debía llevarme bien con mis hermanos espirituales, hacía un esfuerzo supremo por pintar buena cara y hacerles plática.

Ahora todo es distinto, siento que me asfixio... Llega el día de la reunión y sufro ataques de pánico, no quiero ir, no quierlo verlos. Y cuando  no  me queda otra mas que ir al Salón llego tarde, faltando un  minuto para que empiece y al final  me hago disponible para llevar a hermanas  mayores a su casa. Esto me alivia bastante pues ayudo a las hermanos viejecitos y salgo como de rayo de ese lugar que tanto me incomoda.

Yo se que no son malas personas como dice @"Joe pantoliano"  y que también estuve programada como ellos, pero sinceramente no tengo tema para platicar con ellos. Las veces que hemos entablado plática ha sido para "animarme" a que me haga precursora, a que me haga disponible para los carritos, que porqué ya no contesto como lo hacía antes, que me extrañan cuando iba a hacer limpieza al Salón de Asambleas. Y pues para mí eso es acoso emocional y no lo soporto.

Querida Aimée tus palabras me han hecho remontarme a mis últimos días yendo a las reuniones. Justamente así me pasaba. Hasta lo de hacerme disponible para llevar en mi coche a los hermanos mayores al terminar la reunión. La verdad disfrutaba más compartir con ellos porque no sentía que estuvieran vigilándome y listos a darme las mil "sugerencias amorosas" (siempre con doble intención) como los demás. Además de que me indignaba que casi nadie les hacía caso y muchos tenían que caminar distancias considerables para llegar a sus casa después de las reuniones. De hecho ya los últimos días, me sentaba siempre a la par de un hermano muy mayor, hasta me apartaba el asiento, y disfrutaba de sus comentarios chistosos que hacían un poco menos miserables las dos eternas horas de la reunión.

Eso fue así hasta que un buen día, no me aparecí más.