10 Jul, 2018, 08:28 PM
Sobre el tema no tengo nada que decir... porque ya lo dije . Afortunadamente no se perdió con el foro antiguo. Quedó registrado en el blog de mi gran amigo Hildebrando.
Estas eran mis apreciaciones relacionadas con los despidos masivos que había por aquella época y los leaks de la sucursal de México:
http://hildeydesa.blogspot.com/2015/12/l...rte-7.html
Recuerdo cuando un día, hablando con el superintendente de casa, me decía que a muchas hermanas les afectaba fuertemente el cambio drástico que sufrían al pasar a vivir en Betel, muchas llegaban allí inmediatamente luego de casarse, así que sufrían doble: la tirantez inicial del matrimonio y el modo de vita betelita.
Piensa en el cambio: Estaban solteras y eran precursoras regulares, así que básicamente lo que hacían era levantarse, ya su madre les tendría el desayuno, luego salían a recorrer calles o sentarse en algún parque, dar estudios... llegaban a casa y ya tenían el almuerzo, tal vez hacían revisitas en la tarde o se dedicaban a su estudio personal, o más directamente, descansaban el resto de tarde o ayudaban un poco en casa... algunas otras salían con sus amigas precursoras al cine o planes parecidos; una vida 'muy abnegada'. Ahora llegaban a Betel, dependiendo del departamento al que fueran asignadas, estarían en un ambiente más o menos machista, cumplir un horario muy estricto, alejadas de su familia, desempeñar labores desgastantes, sometidas al chisme y las intrigas que se viven dentro, conociendo de primera mano tantas 'experiencias' que no salen en los anuarios como homosexualidad, borracheras, películas no muy aptas, bromas obscenas...
Me contaba este hermano que muchas no podían soportar este cambio, pero tenían que hacerlo pues estaban cumpliendo el sueño de sus vidas, el sueño de sus esposos, de sus padres... algunos padres literalmente pagaban lo que fuera por tener algún hijo en Betel... ¿qué tenían que hacer para aguantar en Betel? Recuerdo muy claramente que este hermano me contó (textualmente): "Más de la mitad de las hermanas en Faca[tativá] (la sucursal de Colombia) toman antidepresivos". Conocí personalmente al psicólogo oficial de Betel, Jorge Luis Gutiérrez, un cartagenero con una voz casi femenina, dado a recetar pastillas a todo el mundo, tiene una casa que no se puede permitir ni un ejecutivo en una empresa 'mundana', que le daba dinero a los chicos de su congregación para que fueran amigos de su hijo...
En fin, a lo que quería llegar. ¿Te imaginas todas esas hermanas drogadas para soportar la tensión de vivir en Betel ahora empujadas a vivir en la vida real? Esto tiene muchas implicaciones: son prácticamente adictas, pasarán por apuros económicos (esas drogas son muy costosas), la sensación de haber sido usadas y desechadas...
Los que quedan estarán con la zozobra constante de ser los próximos, si no cumplen las metas (como en una empresa) serán 'amorosamente reasignados a congregaciones locales como precursores regulares'... muy triste todo este panorama.
Estas eran mis apreciaciones relacionadas con los despidos masivos que había por aquella época y los leaks de la sucursal de México:
http://hildeydesa.blogspot.com/2015/12/l...rte-7.html
Recuerdo cuando un día, hablando con el superintendente de casa, me decía que a muchas hermanas les afectaba fuertemente el cambio drástico que sufrían al pasar a vivir en Betel, muchas llegaban allí inmediatamente luego de casarse, así que sufrían doble: la tirantez inicial del matrimonio y el modo de vita betelita.
Piensa en el cambio: Estaban solteras y eran precursoras regulares, así que básicamente lo que hacían era levantarse, ya su madre les tendría el desayuno, luego salían a recorrer calles o sentarse en algún parque, dar estudios... llegaban a casa y ya tenían el almuerzo, tal vez hacían revisitas en la tarde o se dedicaban a su estudio personal, o más directamente, descansaban el resto de tarde o ayudaban un poco en casa... algunas otras salían con sus amigas precursoras al cine o planes parecidos; una vida 'muy abnegada'. Ahora llegaban a Betel, dependiendo del departamento al que fueran asignadas, estarían en un ambiente más o menos machista, cumplir un horario muy estricto, alejadas de su familia, desempeñar labores desgastantes, sometidas al chisme y las intrigas que se viven dentro, conociendo de primera mano tantas 'experiencias' que no salen en los anuarios como homosexualidad, borracheras, películas no muy aptas, bromas obscenas...
Me contaba este hermano que muchas no podían soportar este cambio, pero tenían que hacerlo pues estaban cumpliendo el sueño de sus vidas, el sueño de sus esposos, de sus padres... algunos padres literalmente pagaban lo que fuera por tener algún hijo en Betel... ¿qué tenían que hacer para aguantar en Betel? Recuerdo muy claramente que este hermano me contó (textualmente): "Más de la mitad de las hermanas en Faca[tativá] (la sucursal de Colombia) toman antidepresivos". Conocí personalmente al psicólogo oficial de Betel, Jorge Luis Gutiérrez, un cartagenero con una voz casi femenina, dado a recetar pastillas a todo el mundo, tiene una casa que no se puede permitir ni un ejecutivo en una empresa 'mundana', que le daba dinero a los chicos de su congregación para que fueran amigos de su hijo...
En fin, a lo que quería llegar. ¿Te imaginas todas esas hermanas drogadas para soportar la tensión de vivir en Betel ahora empujadas a vivir en la vida real? Esto tiene muchas implicaciones: son prácticamente adictas, pasarán por apuros económicos (esas drogas son muy costosas), la sensación de haber sido usadas y desechadas...
Los que quedan estarán con la zozobra constante de ser los próximos, si no cumplen las metas (como en una empresa) serán 'amorosamente reasignados a congregaciones locales como precursores regulares'... muy triste todo este panorama.
Ubi dubium ibi libertas (Donde hay dudas hay libertad)
"La verdad nunca teme ser examinada, la mentira sí."