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En betel de México (ahora Centroamérica) abundan las hisrorias de legendarios personajes que eran conocidos por su afición a las bebidas alcoholicas, había una tienda en la esquina de la calle Laredo que era visitada constantemente por diversos miembros de la familia que acudían por sus "caguamas" (una cerveza tamaño familiar), y lo hacían en mochilas misteriosas para no llamar la atención, recuerdo en aquellos años, las visitas a una casa sobre la calle tlanepantla a la que le decían la casa de los cochinos porque ahí se dedicaban a la cría de cerdos y hasta donde vi jamás hubo una tienda, pero tocaba la puerta y podía comprar cerveza, especialmente era útil si ya era noche y la tienda estaba cerrada,, este establecimiento era muy socorrido, por los betelitas, así que cuando alguien decía "hay que ir con los cochinos" ya sabía que se refería a surtir de emergencia la alacena etílica.

De los personaje que eran conocidos por su inclinación al alcohol era Gilberto Amaya, anciano veterano que manejaba con mucha habilidad algunos de los asuntos legales de la empresa, era conocido por todos la evidente causa de su euforia, y el l sonrojo de sus mejillas, no era un secreto, y aunque no se embriagaba hasta embrutecerse, se entiende que tenía un problema con su forma de beber, obviamente su consumo favorito no era la cerveza, sino los licores con más glamour, decían que su compañero de cuarto Amado Medina compartía su mismo amor al los licores extravagantes, y para ser honesto , en el caso de él nunca lo note, su peculiar manera de hablar arrastrando las palabras era permanente, así que difícilmente podría notar una diferencia y casi ni hablaba.

Para muchos dentro el alcohol representó un problema pues muchos inclusive fueron invitados a abandonar la casa, por descontrolarse de más y en especial aquellos que no tenían quien los apadrinará, a mí me tocó ver cómo "el pirrurris" hijo de Sabino Álvarez y amigos en una ocasión se reunieron en la habitación de los Prieto, solo a beber alcohol, circulaban las historia sobre este grupo de sus escapadas a lugares de diversión y excesos, Roberto Gama hizo lo que pudo por protegerlo pero la situación se hizo insostenible, y aunque hubo tolerancia en exceso para este personaje en especial no hubo castigo que lo "estimulará" a cambiar sus hábitos, con el tiempo salió expulsado, algunos de sus amigos los corrieron y otros salieron por cuenta propia.


Cabe agregar que entre los estereotipos que existen de los betelitas solteros además de se bailadores y "chamaqueros", también el ser consumidor asiduo del alcohol, figuran como sello distintivo de un betelita, existen ridiculos cuentos donde sale a relucir que los betelitas son bebedores .