09 Sep, 2019, 08:12 PM
Sant 2:2-4 Pues, si entra en una reunión* de ustedes un varón con anillos de oro en los dedos y con ropa espléndida, pero entra también un pobre con ropa sucia, pero ustedes miran con favor al que lleva la ropa espléndida y dicen: “Tú toma este asiento aquí en un lugar excelente”, y dicen al pobre: “Tú quédate de pie”, o: “Toma tú ese asiento allá debajo de mi escabel”, tienen distinción de clases entre sí y han llegado a ser jueces que dictan fallos inicuos, ¿no es verdad?
Comprendo que la mentira es engaño y la verdad no. Pero a mí me han engañado las dos.