24 Sep, 2019, 08:14 AM
(23 Sep, 2019, 10:44 AM)ruiz escribió: JoseFidencioR, en su habitual ignorancia sobre los TJ, y eso que le encanta escribir sobre ellos (de ahí el dicho popular “la ignorancia es muy atrevida”), cita de una supuesta Atalaya que dice que “de no ser por las leyes humanas, se ejecutaría a los expulsados”. Bueno. Eso es más falso que un billete de 15 euros. Es una calumnia, porque pretende dañar a un colectivo de personas usando una mentira.
Decir que los TJ, que son cristianos, ejecutarían a los expulsados de no ser por las leyes humanas es absolutamente repugnante, y propio de alguien de una bajeza moral extrema.
Repugnante es decir poco.
Lo verdaderamente repugnante es la idea subyacente que transmite la pregunta de los lectores de esa Atalaya a la que han hecho alusión los compañeros [The Watchtower (La Atalaya) del 15 de noviembre de 1952, pág. 703].
Pongo aquí la página completa de La Atalaya en cuestión, junto con su correspondiente traducción, para que pueda leerse entera la respuesta de la Watchtower y cada cual pueda sacar sus propias conclusiones:
"● En caso de que un padre, una madre, un hijo o una hija, sea expulsado, ¿cómo deberían los miembros de la familia tratar a esa persona en sus relaciones familiares?
Hoy no vivimos en medio de naciones teocráticas en las que esos miembros de nuestra familia carnal puedan ser exterminados por apostatar de Dios y de su organización teocrática, como era posible y se ordenó en la nación de Israel en el desierto del Sinaí y en la tierra de Palestina. "Sin falta le matarás; tu mano será la primera que se levante contra él para ejecutarlo, y la mano de todo el pueblo después. Y le apedrearás hasta que muera, porque procuraba apartarte de Jehová tu Dios ... Y todo Israel oirá y temerá, y no volverá más a hacer semejante maldad en medio de ti."—Deut. 13:6-11.
Al estar limitados por las leyes de la nación mundana en la que vivimos y también por las leyes que Dios dio a través de Jesucristo, sólo podemos tomar medidas contra los apóstatas hasta cierto grado, es decir, de acuerdo con ambos conjuntos de leyes. La ley del país y la ley que Dios dio a través de Cristo nos prohíben matar a los apóstatas, aun cuando éstos sean miembros de nuestra propia familia carnal. Sin embargo, la ley de Dios nos exige que reconozcamos que están expulsados de su congregación, a pesar de que la ley del país en el que vivamos nos exija, de acuerdo con algunas obligaciones parentales, vivir bajo el mismo techo con esos apóstatas y tratar con ellos."
Desde el mismo principio, la respuesta de la Watchtower destila una especie de añoranza o nostalgia por aquellos tiempos del antiguo Israel en los que era posible exterminar a los "apóstatas", la idea de que si fuera posible, si las leyes estatales actuales y la ley Cristiana actual no lo impidieran, quitarían de en medio a los apóstatas sin piedad.
Curiosamente, esta idea es exactamente la misma que transmiten estas palabras de Rutherford recogidas en el libro de William Schnell "Esclavo por 30 años de la Watchtower" (capítulo 8):
"A los que han sido nuestros, y se apartaron, no los podemos matar porque las leyes no lo autorizan, pero si nosotros pudiéramos ejercer ya el total dominio de nuestra organización, los mataríamos al instante. Lo mejor que podemos hacer, pues, es considerarlos bien muertos"
Hoy, después de 25 años de haber presentado mi carta de renuncia a la organización, y después de haber experimentado en primera persona durante todos esos años el odio visceral, casi criminal, que son capaces de manifestar hacia los denominados "apóstatas", no tengo la menor duda de que si pudieran, si las actuales leyes de los diferentes estados y países y la ley de Cristo bajo la que se hallan actualmente los cristianos no se lo impidieran, nos quitarían de en medio sin dudarlo.