[Anciano Señalado]

En un pueblo pobre hay una congregación pequeña de aproximadamente 15 publicadores;  Ya que el privilegio de hospedar al hermano superintendente de circuito y su esposa (en caso de ser casado) que es cada 6 meses implica un gasto económico, lo rotaban entre dos familias que tenían mejores recursos que los demás hermanos de la congregación. Con el tiempo ese dichoso privilegio se convirtió en la manzana de la discordia entre esas dos familias. El privilegio lo veían como una causa de estrés y una carga.

Casualmente para esa época en que se avecinaba la visita del superintendente viajante a la congregación, recientemente se habia mudado un joven anciano y su esposa que lo habían dejado todo en la ciudad, para servir mas a Jehová y su organización. Para subsistir vendían alimentos y con eso lograban  pagar los gastos de cada mes... pero a pesar de vivir una vida con escases y privaciones , los dos servían felices a Jehová.

En esta ocasión que se anunciaba la visita del superintendente y su esposa, las dos familias que tradicionalmente estaban disponibles para hospedar al circuito se negaron a prestar su hogar . El coordinador de la congregación, preocupado por la situación le comento a su  joven coanciano; El hermano con un buen espiritu de servicio accedio a brindar hospedaje...

El joven anciano y su esposa les correspondía dar hospedaje y desayunos al superintendente y su esposa, el almuerzo y la cena le tocaba a otras familias..

Por fin llego el dia de la visita y el joven anciano y su esposa tenían el refrigerador de alimentos vacío, pero si tenían en la  alacena  lo necesario para dar los desayunos... el superintendente muy campante y sintiéndose como en su propia casa abre el refrigerador de los hermanos y se sorprendió de encontrarla vacía... El  superintendente se sintió mal por ello y algunos días de la visita compro un yogur y cereales para desayunar con su esposa...tambien el superintendente hablo  con tacto con el joven anciano y le cuestiono del por que no habían elegido mejor otra familia para brindar el hospedaje...

Este es el pueblo de Jehová... un autentico paraiso espiritual!

Por lo menos aquí en las zonas urbanas de las ciudades de México casi siempre hay algún departamento construido en un salón del reino, así que es raro que un superintendente necesite alojamiento local; solamente una vez en 20 años recuerdo que se necesitó, porque quien venía era un sustituto.

Pero sí, siempre es un problema la comida, es más deberíamos hacer un hilo dedicado exclusivamente a experiencias dando de comer a los superintendentes de circuito, pues siempre hay un "pero". Recuerdo el caso de uno que supuestamente por estar a dieta pidió salmón al horno... la pobre hermana que no pasaba de comer lo más humilde, como pudo consiguió el salmón, pero pues al no estar acostumbrada nunca a cocinar algo de semejante calidad, la forma en que quedó no fue del agrado del supermantenido en turno, y se lo hizo saber delante de todos los presentes, estoy seguro que casi todos aquí conocen experiencias similares.

En fin, prefiero los tiempos aquellos, del siglo segundo donde la Didaché dictaba:

"El Apóstol no permanecerá entre vosotros sino un solo día; si hubiere necesidad, otro más. Pero si permaneciere tres días, es un falso profeta. Al salir de entre vosotros, el apóstol no ha de tomar nada consigo, si no fuere pan, hasta su nuevo alojamiento. Más si pidiere dinero, es un falso profeta."