[Yakyak]

La primera vez que fui a Betel, me parecía lo mas cercano al paraíso. Sin embargo, en la segunda visita, entendí que la felicidad de algunos ahí dentro era fingida. Para otros era un aprovecharse.

Una vez me invitaron a almorzar ahí. Te atienden como la suite 5 estrellas. Recuerdo que se hacía oración al inicio y al final de cada almuerzo. Sin embargo, mi primer alerta llego, cuando vi que la manera de orar, era muy superficial, todo por salir del paso.

Luego, pasamos por la oficina del presidente del comité de esa sucursal, opa... era tratado mejor que un presidente. En marcado contraste con la hermana que estaba en el departamento de "Salón de belleza", era la hermana encargada de rasurar a los hermanos y dar mantenimiento al cabello de las hermanas. La forma en que noté que la trataban era puro clasismo. Solo por ser lugareña.

Otra impresión que me lleve fue que cuando fuimos al área de Literatura, los hermanos de esa bodega, tenían una cara de tristeza increíble. Claro si hacen trabajo de gratis, solo por un plato de comida al almuerzo, alimento que no tomaban con la Familia Betel, y otro plato de cena. Si admito que me sorprendio el desperdicio de comida. Había quienes dejaban enteros los paltos de spageti, o las carnes al Churrasco. Los refrescos, etc...

Luego me impresiono el rol de vigilancia nocturna. Cuando conocí a un hermano que estaba en ese "arreglo", tenía los ojos de mapache. Claro era lugareño, no veríamos en ese puesto a un gringo ojos verdes.

Y todavía recuerdo cuando un miembro del "cuerpo gobernante", un tal Samuel Herd, visitó aquella sucursal, y mas tarde un tal John Barr... wow, es que no hallaban adonde ponerlo, adonde llevarlo, y que caprichos cumplirle. Se consideraba santo hasta el ladrillo que pisaba.

Un amigo que estaba en las cuentas me mostró un recibo de los gastos de una noche que Herd paso por ahí en ese "complejo" llamado Betel... decir 1500 $, era poco. Y a la cena, por supuesto que la hermana del salón de belleza, los de literatura o los de vigilancia no estaban presentes.

Todas estas cosas, me hicieron ver, que Betel... no era ni por cerca el boceto que se intentaba pintar.

Pero lo mas sorprendente era, saber la cantidad de actos inmorales que rumoraban que ahi acontecían, claro, las típicas acciones sexuales, pero también robos de dinero. Acciones que quedaban impunes, acosos, sexo homosexual etc...

Unos meses después, lo que era un rumor se hizo conocido, el presidente de aquel comité de esa sucursal o Betel, que tendría mas de 60 años, se había metido con una hermana joven voluntaria. Todo quedó en silencio, y repentinamente lo mandaron no se si a Colombia o a la India, pero muy muy lejos de ese Betel.

Y luego las experiencias de los que dejaron el Betel, historias de historias.

Para entonces, me di cuenta que no debería decepcionarme, y que la religión TJ no era diferente a las demás. Ahí entendí que si en las altas esferas eran así, con razón en las zonas mas bajas entiéndase cuerpos de ancianos locales, serían igual o peores.

Desde entonces, en mis discursos, dejé de animar a los jóvenes a ir ahí. Y disimuladamente los animaba a estudiar en la universidad o alguna carrera técnica.