14 Aug, 2023, 02:47 AM
Charles, completamente de acuerdo con el enunciado de tu entrada. El poder que tienen los ancianos sobre cada uno de los miembros de la congregación es el que cada uno de ellos les otorgan.
Y hablo por mí mismo. Los ancianos de mi congregación me conocen bien y saben que, conmigo, tonterías, las justas. Así que, con ellos -y ellos lo saben- las reglas las marco yo. ¿Qué quieren hablar conmigo? Conocen que no hay conversación conmigo sin que me digan de antemano el orden del día o el tema de la charla. Si no me lo dicen, no hay conversación. Yo converso o hablo con quien yo quiero, cuando yo quiero, donde yo quiero y de lo que yo quiero hablar. ¿Qué quieren hablar conmigo y accedo a ello? Siempre con una segunda condición: que esté alguien de mi confianza presente en la charla. Puede ser mi cónyuge u otra persona. Si no se accede a esa pretensión, tampoco hay reunión. Las reglas las marco yo.
Un segundo ejemplo. Hace unas semanas un anciano se dirigió a mi persona para preguntarme que qué me parecía si un par de ancianos podían reunirse conmigo para hacerme una visita. La conversación iba en la dirección de una visita del tipo “visita de pastoreo” y digo “del tipo de” porque al ser una persona inactiva por años no tiene cabida dichas visitas de pastoreo. Sinceramente, aprecio que quisieran tenerla. No menosprecio su interés. Aun así, ¿mi respuesta? Hermano, gracias por tu interés, pero, la visita ¿para qué a estas alturas? Este tipo de visita ¿no tienen como finalidad animar, impulsar, activar, dinamizar a alguien "débil"? y sinceramente, sin acritud,… me encuentro en el sitio que quiero y en la posición que deseo en este momento. Así que, gracias, pero creo que no merece la pena que perdamos el tiempo, ni vosotros ni yo.
Cierto es que para hacer lo que yo hago, hay que tener los ovarios o testículos bien puestos y eso es raro encontrarlo en otros miembros, por muy diferentes motivos, pero lo que dices en tu entrada es bien cierto, los límites en la relación que cada persona mantiene con los ancianos de su congregación la marca la propia persona.
Pablo López, lo has clavao. La disección que has hecho ha sido más que estupenda. Poco, por no decir nada, hay que añadir. Ha sido muy pedagógica.
Quinto Mucio Escévola
Y hablo por mí mismo. Los ancianos de mi congregación me conocen bien y saben que, conmigo, tonterías, las justas. Así que, con ellos -y ellos lo saben- las reglas las marco yo. ¿Qué quieren hablar conmigo? Conocen que no hay conversación conmigo sin que me digan de antemano el orden del día o el tema de la charla. Si no me lo dicen, no hay conversación. Yo converso o hablo con quien yo quiero, cuando yo quiero, donde yo quiero y de lo que yo quiero hablar. ¿Qué quieren hablar conmigo y accedo a ello? Siempre con una segunda condición: que esté alguien de mi confianza presente en la charla. Puede ser mi cónyuge u otra persona. Si no se accede a esa pretensión, tampoco hay reunión. Las reglas las marco yo.
Un segundo ejemplo. Hace unas semanas un anciano se dirigió a mi persona para preguntarme que qué me parecía si un par de ancianos podían reunirse conmigo para hacerme una visita. La conversación iba en la dirección de una visita del tipo “visita de pastoreo” y digo “del tipo de” porque al ser una persona inactiva por años no tiene cabida dichas visitas de pastoreo. Sinceramente, aprecio que quisieran tenerla. No menosprecio su interés. Aun así, ¿mi respuesta? Hermano, gracias por tu interés, pero, la visita ¿para qué a estas alturas? Este tipo de visita ¿no tienen como finalidad animar, impulsar, activar, dinamizar a alguien "débil"? y sinceramente, sin acritud,… me encuentro en el sitio que quiero y en la posición que deseo en este momento. Así que, gracias, pero creo que no merece la pena que perdamos el tiempo, ni vosotros ni yo.
Cierto es que para hacer lo que yo hago, hay que tener los ovarios o testículos bien puestos y eso es raro encontrarlo en otros miembros, por muy diferentes motivos, pero lo que dices en tu entrada es bien cierto, los límites en la relación que cada persona mantiene con los ancianos de su congregación la marca la propia persona.
Pablo López, lo has clavao. La disección que has hecho ha sido más que estupenda. Poco, por no decir nada, hay que añadir. Ha sido muy pedagógica.
Quinto Mucio Escévola
"Explicaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias y lo que puede ser afirmado sin pruebas, puede ser rechazado sin pruebas" (Christopher Eric Hitchens)