01 Apr, 2024, 04:49 PM
Llegan entonces a Betania. Había allí una mujer cuyo hermano había muerto. Se acercó, se postró ante Jesús y le dice «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Pero los discípulos la conjuraron. Habiéndose airado Jesús, se marchó en compañía de ella al jardín donde se encontraba el sepulcro. Al punto resonó desde el sepulcro una voz poderosa. Se acercó Jesús e hizo rodar la losa de la puerta del sepulcro. Entró directamente adonde se encontraba el joven, extendió la mano y lo resucitó cogiéndolo de la mano. El joven mirándolo fijamente le mostró afecto. Entonces empezó a suplicarle que lo admitiese en su compañía. Al salir ellos del sepulcro fueron a la comunidad del joven. (Es que era rico). Al cabo de seis días Jesús le dio una orden. Al caer la tarde, viene el joven junto a él envuelto en una sábana sobre su desnudez. Y permaneció con él aquella noche. En efecto, le iba enseñando Jesús el proyecto recóndito del Reino de Dios.
Marcos 7:7-8: De nada sirve que me estén adorando, porque enseñan doctrinas que son mandatos de hombres’. Ustedes dejan de lado los mandamientos de Dios y se aferran a las tradiciones de los hombres”.