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Hola, TJ hace más de 10 años, hija de mamá que fue estudiante de la Biblia por mucho tiempo, hasta que decidimos bautizarnos ella, mi hermana y yo.

Hace unos meses después de darle vuelta a varios temas que me inquietaban, mi mente colapsó y fue como si me hubiese dicho que estaba cansada de estar poniendo excusas rebuscadas para justificar que esa era “la verdad”.

Pensé en ser PIMO por algún tiempo, pero no fui capaz, así que decidí decirlo en casa: “no voy a volver a las reuniones, ni a predicar, ya no creo en lo mismo y tampoco voy a hablar del por qué (porque ni siquiera eso se puede hacer sin que haya repercusiones más graves)”.

Agradezco el amor de mamá, porque gracias a ello, con ella las cosas siguen igual. Pero hoy duele hasta lo más profundo ver como se deterioró la relación con mi hermana, me preguntó si algún día vamos a volver a reír juntas, a tener largas conversaciones, a estar la una para la otra. Y no sé por qué hoy me duele tanto. Quizás porque cada día parece un poco menos probable que vuelva a suceder todo ello.

Ojalá un día hermana de mi corazón, te cuestiones en lo que crees y puedas hacerte una opinión realmente tuya. Y por qué no? Entres a este foro y sepas lo mucho que ha dolido tu ausencia, aunque vivamos en la misma casa.

Bienvenida al foro.

Eres afortunada que tu madre este tomando una postura flexible sobre tu decisión de alejarte de la organización. Normalmente los familiares utilizan la manipulación psicológica y el ostracismo para hacer que cambies de opinión y regreses.

Mantén firmeza en tus convicciones, puede que con el tiempo lleve a que a tu hermana tambien flexibilice su postura hacia ti y respete tu decisión.

Solo cuida de ti misma y lucha por tus intereses. No gastes energía intentando sacar a personas de un estilo de vida donde ellos mismos no desean salir.

Saludos.