Hace 8 horas
Gracias por saludar...
Siempre he percibido algo de nobleza en tus mensajes.
Parecerá polémico pero te doy la razón en lo que decís sobre sentirte en tu hogar, ¿y quién no se sentiría cómodo cuando todo va bien y la "familia espiritual" te trata como un consentido?
Me sentía igual que tú, al final, si tuviste la suerte de que las personas que se reunen en tu congregación tengan sus cualidades en mayoría buenas, pues uno se siente bien, porque son buenas personas, víctimas engañadas de una doctrina, como todos allí dentro.
Me pasaba, insisto. Estaban pendientes de mí, me sentía querido y cuidado.
Hasta que durante el tiempo que empecé a investigar la doctrina y al "cuerpo gobernante", un sábado dando un discurso público en una congregación vecina, casi cedo a las lágrimas... tuve un notorio nudo en la garganta y creo que ese fue el principio de mi determinación en salir de allí.
Mi consciencia no permitía enseñar a partir de un bosquejo ideas que sabía que en la práctica no ponían por obra en sus decisiones aquellos que crearon dicho bosquejo.
Dolía sentirse querido pero a la vez verles a todos engañados, con esa venda. No todos son malos dentro, pero sí víctimas de un fraude que ha llenado su necesidad de creer.
Pasaron varios meses de eso... y terminé renunciando.
Puede que nunca llegues a decidirte por decirle a todos ellos: esto es una mentira, aunque me sienta querido dentro y dar ese paso al costado.
Capaz que llegas y escalas esa pirámide.
No se sabe...
Pero la verdad irrefutable que no cambiará, te quedes o te salgas: es que es un fraude lo que profesan como creencia, un gran negocio a nivel mundial.
Respecto a los materiales antiguos, yo los tenía, era un coleccionista por excelenciay eso que era joven ese tiempo, con mi biblioteca personal que llegué a armar.
Pero en el proceso de salida los fui quemando, destruyendo todo. Como decía el buen Pablo, todo eso lo consideré como un montón de basura.
Saludos y ojalá tengas la paz que todo buen ser humano merece...
Por acá te leeremos siempre que se pueda.
Siempre he percibido algo de nobleza en tus mensajes.
Parecerá polémico pero te doy la razón en lo que decís sobre sentirte en tu hogar, ¿y quién no se sentiría cómodo cuando todo va bien y la "familia espiritual" te trata como un consentido?
Me sentía igual que tú, al final, si tuviste la suerte de que las personas que se reunen en tu congregación tengan sus cualidades en mayoría buenas, pues uno se siente bien, porque son buenas personas, víctimas engañadas de una doctrina, como todos allí dentro.
Me pasaba, insisto. Estaban pendientes de mí, me sentía querido y cuidado.
Hasta que durante el tiempo que empecé a investigar la doctrina y al "cuerpo gobernante", un sábado dando un discurso público en una congregación vecina, casi cedo a las lágrimas... tuve un notorio nudo en la garganta y creo que ese fue el principio de mi determinación en salir de allí.
Mi consciencia no permitía enseñar a partir de un bosquejo ideas que sabía que en la práctica no ponían por obra en sus decisiones aquellos que crearon dicho bosquejo.
Dolía sentirse querido pero a la vez verles a todos engañados, con esa venda. No todos son malos dentro, pero sí víctimas de un fraude que ha llenado su necesidad de creer.
Pasaron varios meses de eso... y terminé renunciando.
Puede que nunca llegues a decidirte por decirle a todos ellos: esto es una mentira, aunque me sienta querido dentro y dar ese paso al costado.
Capaz que llegas y escalas esa pirámide.
No se sabe...
Pero la verdad irrefutable que no cambiará, te quedes o te salgas: es que es un fraude lo que profesan como creencia, un gran negocio a nivel mundial.
Respecto a los materiales antiguos, yo los tenía, era un coleccionista por excelenciay eso que era joven ese tiempo, con mi biblioteca personal que llegué a armar.
Pero en el proceso de salida los fui quemando, destruyendo todo. Como decía el buen Pablo, todo eso lo consideré como un montón de basura.
Saludos y ojalá tengas la paz que todo buen ser humano merece...
Por acá te leeremos siempre que se pueda.
Estoy a favor de la verdad, no importa quién la diga. Estoy a favor de la justicia, no importa quién esté a favor o en contra.